ENTREVISTA

El Cid: “Muchos me han dicho que soy como el Ave Fénix y resucito cuando estoy en mis cenizas“


viernes 30 septiembre, 2016

A El Cid la primavera no le afecta: últimamente florece por septiembre. Es su mes. Toree donde toree, tiene la foto diaria a hombros... lo narra a CULTORO antes de pasear en Las Rozas, Mont y Madrid

A El Cid la primavera no le afecta: últimamente florece por septiembre. Es su mes. Toree donde toree, tiene la foto diaria a hombros... lo narra a CULTORO antes de pasear en Las Rozas, Mont y Madrid

JAVIER FERNÁNDEZ-CABALLERO

A El Cid la primavera
no le afecta: últimamente florece por septiembre. Es su mes. Agosto lo embala y
septiembre lo eleva. Toree donde toree, tiene la foto diaria a hombros, una
realidad que desde hace varias temporadas viene experimentando Manuel Jesús. Hablamos
con él antes de una triple cita crucial en su temporada: esta tarde hará el
paseíllo en Las Rozas, mañana será testigo Mont de Marsan con una corrida de
Victorino y, el próximo domingo, Madrid con el encierro de Adolfo Martín
examinará su momento. De menos a más. Lo narra a CULTORO en esta entrevista.

¿Cómo te encuentras
antes de una triple cita importantísima como es la de Las Rozas, Mont de Marsan
y Madrid?

Para mí es un cierre de temporada muy bonito. He mantenido
un nivel bastante alto, disfrutando y la verdad que tengo mucha ilusión. Tengo
ilusión por torear, por querer cuajar a los toros y eso hay veces que es
difícil conseguirlo por tu estado. Ha habido tardes bonitas, importantes,
triunfando casi todos los días y eso es señal de que está uno fresco, de que te
salen las cosas.

¿Te molesta esa expresión
de que «El Cid ha resucitado”?

Mucha gente creían que estaba de vuelta, muchos me decían
que si me iba a quitar del toreo. Para nada. En la vida, igual que en el toreo,
hay rachas buenas y malas y todas terminan. Hay que tener la mente fría para
saber que cuando se va una mala racha llega una buena y hay que aprovecharlas.
Este año ha sido bueno para mí, ha sido fruto de la preparación del invierno,
tanto física como técnicamente estoy a tope y ahora tengo el rendimiento de ese
esfuerzo y entrenamiento diarios. Esto no es casualidad, sino trabajo, trabajo
y más trabajo. Hay que tener la mente clara, fresca y hacer las cosas lo mejor
posible. El toro sale y muchas veces no sale cuando uno quiere. Siempre habrá
personas que crean que he resucitado: muchos me dicen que soy como el Ave
Fénix, que cuando está en sus cenizas sale volando. No me molesta para nada,
son pensamientos que te inspiran para seguir luchando y haciendo cosas
importantes. Todo el que piensa eso es porque es seguidor mío, y cuando ocurren
estas cosas bonitas se alegran ellos.

Lo que está claro es
que le toro de Santander del indulto o el de Victorino de Logroño han llegado
en un momento clave, como clave es esta triple cita del fin de semana para
corroborar el momento que vienes predicando en las plazas.

Es un fin de semana muy importante para cerrar una temporada
muy buena para mí. Empezar en Las Rozas el viernes supone mucho, también el
compromiso fortísimo en Mont de Marsan con Victorino y la mente la tengo con la
corrida de toros de Adolfo el domingo. La gente le va a dar mucha importancia
porque la tiene. Es una ganadería que no es fácil, y para mí me puede marcar un
punto bonito en mi carrera taurina igual que Victorino lo ha hecho. Es el mismo
encaste, es la misma ganadería en dos versiones, pero el fondo es el mismo.
Cuando embiste un toro así puedo expresar todo el toreo que llevo dentro, esa
tauromaquia que a muchos aficionados añejos le gusta. Es lo que pretendo.
Intentar seguir ahí y refrendar el momento dulce para disfrutar. También se
disfruta delante de la cara de los toros. Aunque a veces ese disfrute te cueste
más trabajo. Lo que le gusta a un torero es vestirse de torero y le gusta
emocionar, porque en definitiva esto es un espectáculo de emoción.

Quizá ese circuito de
menor importancia es el que te ha dado vida después de no vestirte nada de
luces en junio y julio, tan sólo en Santander. Esa foto diaria a hombros en
plazas de tercera te habrá dado la droga necesaria para seguir adelante con
fuerza…

Cuando te ves en cierto modo no relegado pero sí apartado de
las plazas importantes, lo que te da vida es entrar en este tipo de corridas,
no parar de torear e intentar crecer como artista. Si tiene que ser en este
tipo de plazas, hay que hacerlo. Y no pasa nada. Me ha servido mucho estar en
contacto con otro tipo de público, no siendo menos exigente que otros, porque
he matado muchas veces corridas de toros mucho más cuajadas que en plazas
importantes. Pero los triunfos no influyen tanto como en otras plazas como
Santander o Logroño, donde un triunfo repercute mucho en la temporada. Para
muchos toreros ha sido necesario en sus carreras intentar seguir toreando
aunque sea en plazas de menor importancia. A los toreros lo que nos llena de
verdad es torear. Para volver a torear en este tipo de plazas tienes que estar
toreando, tienes que puntuar en plazas importantes porque la competencia ahora
mismo es atroz, hay muchos compañeros figuras y emergentes que están arreando y
hay que hacer cosas distintas para intentar buscar mi hueco. Un hueco que he
tenido y por unas u otras razones lo he dejado de tener en plazas importantes.
Uno tiene que tener los pies en el suelo y saber la situación que tiene cada
uno.

Sevilla, Madrid,
Santander, Logroño… y esperemos que vuelvas a tu Bilbao. La de 2017 pinta bien.

Todo eso lo espero. Este año ha habido plazas en las que me
hubiese hecho mucha ilusión haber estado. Una de ellas es Bilbao. Siempre que
he ido he dado la cara. El año pasado corté una oreja a la corrida de Jandilla,
pero este año ha salido así. En Valladolid corté dos orejas a un toro de
Victorino y este año tampoco he podido estar. Ha habido ferias importantes que
no han estado y me hubiese gustado estar. Pero este es el mundo del toro, aquí
dos y dos no son cuatro y hay que hacer diariamente méritos para encontrar esos
sitios. Si no te contratan, no pasa nada, a seguir luchando y seguir en esas
plazas con motivación, alegría y poniendo tu granito de ilusión.