ENTREVISTA

Eugenio de Mora: “Sería muy duro cumplir veinte años de alternativa y no estar anunciado en Toledo”


martes 24 enero, 2017

Eugenio, un tipo alto que no sonríe mucho, habla poco y pisa con la seguridad de quien conoce el camino, cumple veinte años como doctor y repasa su carrera en esta entrevista

Eugenio, un tipo alto que no sonríe mucho, habla poco y pisa con la seguridad de quien conoce el camino, cumple veinte años como doctor y repasa su carrera en esta entrevista

JAVIER FERNÁNDEZ-CABALLERO / FOTOGALERÍA: LUIS SÁNCHEZ OLMEDO

Nunca falla. De oreja y oreja y tiro porque
me toca es la carrera de un hidalgo toledano que a base de técnica y cabeza
para decir que sí o que no se ha batallado ya veinte tacos como doctor.
Tiene
y ha tenido siempre el moracho regusto para trazar y valor para hacérselo al
malo. Más que al malo, al medio, el que no termina nunca lo que empieza porque
siempre le falta un matiz. Y es que Eugenio, el de Toledo, un tipo alto que no
sonríe mucho, habla poco y pisa con la seguridad de quien conoce el camino, sabe
que este arte pasa por que sea lo que él quiera, y no lo que quiera Dios. Por
eso manda cada tarde que lo anuncian.
Por eso, y porque hatenido los sueños tan cerca y tan lejos que ya sabe qué hacer con el material
que los moldea. Tardes de sudor y de sangre ha vivido en especialmente en
Madrid, tardes que le han servido para fabricar lo que sueña. Así se muestra en
esta entrevista.

Tu pasada temporada
fue irregular en cuanto a que la corrida que tenías en mente en San Isidro
debió suspenderse, algo que cortó tus planes. Finalmente todo se arregló con un
triunfo el 15 de agosto, pero ya era tarde… ¿cómo te encuentras este invierno?

2016
fue un año difícil. Después del anterior, que fue un año bastante redondo,
pensaba que, aun sabiendo cómo está esto, iba a tener un poco más de chance. Se
torció la temporada, la suspensión de San Isidro me dejó parado y hubo que
empezar otra vez de cero. Tuve que arrancar de nuevo, y otra vez en el verano
en Madrid volvió a ser mi trampolín. Solamente con un triunfo como aquel, el
balance fue positivo, porque triunfar en Madrid es lo que buscamos los toreros
y en mi caso es grandioso. Poder torear en Madrid, que entiendan mi toreo y que
triunfes con él es lo que persigo. Luego la de Otoño fue una tarde importante,
en la que faltaron las orejas, que estuvieron a punto, pero fue un paso
adelante. Terminé el año contento.

Sobre todo por lo que supuso esa vuelta a
Madrid. En otras ocasiones han cortado también en verano orejas aisladas dentro
de un estío en el que no ha ocurrido nada. Este sí hubo más cosas, pero ahí
quedó la gran sensación de volver a tocar pelo en la primera plaza del mundo.

Sin duda.
Lo necesitaba y gracias a Dios llegó. Sufrí mucho el año pasado, lo pasé bastante
mal pero con tardes como la de Madrid todo lo malo se olvida y de nuevo a
volver a la pelea.

¿Con cuántas corridas terminaste?

Fueron
once corridas de toros.

Un número bajo para los festejos que has
estado toreando estos años.

Sí, el
año anterior superé las veinte, pero para cómo están ahora mismo las cosas son
muchas. Te quedas entre los quince primeros del escalafón. No son las cifras a
las que estábamos acostumbrados pero me he acoplado.

Qué fecha tan bonita la de los veinte años de
alternativa para volver a tu tierra, Toledo. Además, la Casa Lozano dará una
corrida de toros el Domingo de Ramos con motivo del 150 aniversario del coso, y
sería un error no contar con el nombre de Eugenio de Mora.

Me
encantaría que contaran conmigo. Estos años no han contado conmigo en Toledo y
ha sido muy triste porque han sido estas tres últimas temporadas muy buenas en
cuanto a que he triunfado repetidamente en Madrid. Es triste que después de eso
en tu tierra no cuenten contigo. Me ha tocado resignarme y aguantarme. Sí me
gustaría que este año, que parece ser que va a haber un par de corridas,
cuenten conmigo. Es el vigésimo aniversario de alternativa, que no se consigue
todos los días, y parte de culpa de que yo sea el torero que soy son ellos, los
hermanos Lozano, que son los empresarios de la plaza. Yo les debo prácticamente
el haber sido toreo. Espero que tengan esa sensibilidad y ese detalle para
meterme en la corrida.

Partiendo tu historia en pequeños bloques,
¿con qué faena especial a lo largo de tu carrera te quedas? ¿La de la Puerta Grande
madrileña? ¿La tarde en la que saliste herido?

La
Puerta Grande evidentemente fue la que marcó mi vida. Cortar dos orejas en
Madrid en el año de tu confirmación y salir a hombros es la culminación de los
sueños de un torero. Aquello lo conseguí y eso es imborrable. Luego volvía a
cortar dos orejas al toro que comentas que me cogió, pero aquel toro me hirió y
ya no pude salir por la Puerta Grande. Fue una salida con orgullo y honor,
porque fue un triunfo, pero ya se amargo con el percance de la cornada. La
tarde del Conde de la Maza hace dos años fue de las más importantes de mi
carrera, y fue un día que fácilmente podría haber sido de tres orejas.
Simplemente fue el presidente el que no consideró abrirme la Puerta Grande. Son
tardes de las que marcan la carrera de un torero. Luego ha habido más de orejas
sueltas, pero esas tres me han marcado especialmente en la primera plaza del
mundo.

¿Qué queda hoy del concepto del Eugenio de
Mora de aquellas Puertas Grandes, del Eugenio de Mora que compartía, por
ejemplo, carteles con José Tomás?

Básicamente
mi forma de entender el toreo es la misma. Yo he sido un torero que siempre he
sido muy fiel a como yo siento esto. En veinte años le ha dado tiempo a venir a
un montón de toreros y siempre la gente se puede dejar llevar por el torero que
está de moda, pero yo siempre he sido, para bien o para mal, muy honesto a la
hora de entender mi concepto. Yo he variado poco. He tratado de, lógicamente,
mejorar y perfeccionar mucho. Lo que en un principio ganas con la novedad lo
vas perdiendo cuando eres un torero que ya estás macizo, pero estos últimos
años, para tratar de que la gente se afecte y poder triunfar, tiene que perfeccionar
mucho el toreo. Trato de hacerlo con más pureza, torear más profundo y por
abajo, es decir, tratar de perfeccionar el concepto que he tenido siempre, y
tener los menos errores posibles. He variado poco en la forma de entender el
toreo.

La Casa Lozano ha tenido mucho que ver en
esto…

Los
primeros años estuve apoderado por la Casa Lozano. Para ellos no hace falta
presentación. Eran los empresarios de Madrid, eran una casa muy fuerte y muy
poderosa. Una gran culpa de que hoy siga toreando es de ellos. Fue una etapa
importante y bonita. Al salir de su amparo vinieron años más difíciles, en los
que yo tampoco mantuve el nivel que había tenido hasta entonces, por percances.
Estos últimos años he estado con apoderados independientes, que han estado en
la lucha conmigo. Ha sido bonito pero más difícil.

La
época en la que yo comencé de matador de toros nada tiene que ver con la época
actual: ahora hay un montón de corridas menos, todo se reduce más y cuesta
mucho trabajo torear en las Ferias y hacer el paseíllo con determinados
toreros. Han sido años bonitos, pero muy duros porque tanto dentro como fuera
de la plaza me lo he guisado y me lo he comido yo solo muchas veces. Entonces
cada tarde ha sido un triunfo conseguirla en la calle y luego intentar
conseguirlo en la plaza. Han sido tardes que las he vivido más intensamente que
cuando toreaba cincuenta o sesenta corridas. Es otra etapa. Aquella del inicio
era más bonita, porque estabas en más Ferias y estaba el toreo de otra forma.

Hemos hablado de lo positivo, pero ¿con qué
no te quedas de tu carrera?

Uno
siempre comete fallos. Taurinamente creo que no he cometido grandes errores que
me hayan perjudicado demasiado. Pero no me quedo con los percances. Sí he
tenido muchos percances muy seguidos en momentos muy determinantes que sí me
han perjudicado mucho. No he sido torero de pegar petardos y de andar muy mal,
pero sí he tenido percances en momentos puntuales que me han perjudicado mucho.

¿Cómo te encuentras de aquella imagen dramática
de la cogida en Pamplona que luego no fue tanto?

Tuve
muchísima suerte. Fue un milagro. He tenido cornadas y lesiones absurdas que,
sin cogerme el toro prácticamente, sí me han dejado tocado. Pero aquella, con
el dramatismo de la imagen, luego no fue tanto. Tardé un poco tiempo y aún
tengo un pequeño bulto pero no fue nada gracias a Dios para lo que pudo haber
sido.

¿Quién te dirigirá esta temporada en los
despachos?

Este
año va a estar a mi lado un taurino joven de la tierra, Carlos de la Rosa, que
sobre todo espero que aporte esa ganas de luchar en la calle. Mi papel en el
ruedo sé cuál es y eso depende de mí en exclusiva, pero es importante que a la
hora de buscar contratos, aunque es algo que estos últimos años lo he venido
haciendo y tampoco me disgusta, pero también es bueno tener alguien a tu lado
que esté codo con codo contigo y este años será Carlos a tu lado.

Además, con una nueva etapa con Simón en Las
Ventas que se avecina ilusionante.

Dentro de
su equipo hay conocidos y amigos, como Roberto Piles, que el año pasado me
acompañó también en el apoderamiento y la relación fue bastante fluida y buena.
Espero que no haya problema y sobre todo a parte de la amistad, que tengan en
cuenta lo que he hecho en Madrid en los últimos años. Con eso me conformo.

No sé si te ronda por la mente alguna fecha
especial…

Me
gustaría hacer algo. Aún es pronto, porque en mi mente está encauzar el arranque
de temporada, ya que mi año depende de lo que suceda en Madrid y si saliese la oportunidad
de estar en Toledo. Una vez que arranque el año sí que me gustaría. ASPAYM está
ahí y sobre todo la temporada debe coger ese ritmo importante para que la gesta
tenga interés.