REPORTAJE

El Pilar: clase al máximo exponente


martes 3 enero, 2017

La estela del hierro salmantino la sigue Moisés hijo, con su padre como ejemplo a seguir, y siempre consciente de que su familia es una de las más importantes en la cría de toros

La estela del hierro salmantino la sigue Moisés hijo, con su padre como ejemplo a seguir, y siempre consciente de que su familia es una de las más importantes en la cría de toros

MARÍA
FUENTES

Es la historia el más grande ejemplo
de la vida humana, es aquello que se instituye con la experiencia y se corrige con el ejemplo. Hay ganaderos que
hacen grande su nombre, porque hay ganaderos con una historia detrás que les
avala cuya vida y dedicación es el mayor ejemplo para los que lo siguen. Hablar
de Moisés Fraile es hablar de una figura emblemática en el Campo Charro, él
supo construir su gran obra hasta lograr posicionar la ganadería de El Pilar en
un referente, en una de las predilectas que hoy apuesta por la línea del tesón
y la constancia para seguir ahí, que no es fácil.

La ganadería fue adquirida por Moisés
en el año 1987, por sus venas corre la sangre de los míticos ‘rabosos’ de
procedencia Aldeanueva, unos astados que pastan en la finca ‘Puerto de la
Calderilla’ en Tamames, donde azota con fuerza ya el invierno y la niebla se
empeña en teñir el prestigioso Campo Charro. Allí, el toro se siente cerca,
huele a tierra mojada y se aprecia y se disfruta la belleza de la anatomía del
animal en su máximo esplendor.

Allí se siente el campo charro como
cuna de toros, viven por y para el animal. La estela la sigue Moisés hijo, con
su padre como ejemplo a seguir, y siempre consciente de que su familia es una
de las más importantes en la cría de toros bravos. Hablamos con él.

¿Qué balance hace de la temporada que
acaba de concluir?

La temporada ha sido
bastante regular, empezando sobre todo bien en Sevilla que para nosotros es un
talismán. Sevilla es la Catedral del toreo y aunque el nivel de exigencia es
muy alto siempre hemos funcionado bien. La corrida de toros fue muy buena,
cortó dos orejas López Simón y pudieron ser más. Eso ya nos dio moral para el
resto de la temporada.

La ganadería en rasgos
generales ha embestido, hemos lidiado en plazas importantes como Madrid,
Logroño, Salamanca, Palencia, Valencia cinco años después… etc. El balance es
positivo pero cada vez el nivel está más alto porque hay mucha competencia. Ya
no es como antes, ahora a las ganaderías que están arriba le embisten por lo
menos tres toros, antes te embestía un toro y la corrida era buena, ahora tiene
que embestir por lo menos la mitad de los toros que lidian para el balance de
la tarde sea bueno.

Un final de temporada con cosas muy
positivas…

La verdad es que sí, que al
final de la temporada hemos tenido tardes muy completas. La de Salamanca y
Logroño con los triunfos de Ponce es algo que estábamos esperando desde hace
mucho tiempo. Ponce a lo largo de su trayectoria ha lidiado más de 30 corridas
de toros de El Pilar y no habíamos logrado nunca esa sintonía de triunfo
rotundo, sí había cuajado toros sueltos pero nunca esa comunión entre toro y
torero tan rotunda.

¿Hacia dónde va la ganadería?

Siempre queremos seguir
creciendo pero la verdad es que si hace diez años me dijesen que iba a
conseguir lo que hemos logrado probablemente no me lo creyera. Hemos sido
referentes para todas las figuras y lo difícil siempre es mantenerse. Seguimos
ahí. Llegar es muy difícil pero mantenerse es más aún. A veces parece que
cualquier ganadería que llega y tiene dos corridas buenas parece muy
reveladora, pero conseguir estar tantos años es muy difícil. Ver carteles del
Pilar de hace 20 años en plazas importantes y que entre las ganaderías
anunciadas sigamos estando eso es lo difícil. Tiene mérito y nosotros lo
valoramos.

Lo cierto es que las figuras siguen
pidiendo el toro de El Pilar…

Así es. Nosotros
perseguimos el toro con clase. El Pilar ante todo es bravura, porque para
conseguir embestir tan despacio y tan entregado con clase tienes que ser más
bravo que otro. El toro bravo tiene unas embestidas que emocionan, tienen que
tener una embestida franca, con clase, sino de poco sirve que un toro emocione
si lo que trasmite es peligro. Los toreros cuando cogen un toro del Pilar
tienen sensaciones distintas, los toreros que se enamoran de nuestros toros lo
hacen de verdad.

¿Cómo afrontáis la realidad que vive
la Fiesta?

La verdad es que han sido unos años muy malos y la crisis
económica ha repercutido mucho en la Fiesta. Nosotros no nos podemos quejar
pero han sido años muy duros. Hemos lidiado diez o doce corridas en grandes
Ferias. Ha bajado el precio del toro, es verdad, pero nos hemos mantenido.

¿Y los ataques diarios a los que os
tenéis que ver sometidos?

Son críticas continuas
desde el desconocimiento. Aquí no somos todos tontos, los que estamos alrededor
del toro somos gente preparada, esto es un negocio y un motor económico, somos
un sector muy evolucionado intelectualmente, probablemente más que el que
critica. Lo cierto es que esos ataques diarios que es verdad que existen cobran
fuerza porque el sector está desunido, y me critico a mí mismo en primera
persona. Es muy difícil poner de acuerdo a todos pero al final, es espectáculo
es tan grande, que gracias a la fuerza del aficionado siempre ha podido con
todo. Tenemos que lograr más unión, remar todos en una misma dirección y
demostrar con hechos la fuerza que tenemos.

FOTOGALERÍA: PABLO ANGULAR