OLIVENZA (BADAJOZ)

Toreo de Perera, magia en potencia de Marín y garra sin triunfo de Garrido


domingo 5 marzo, 2017

Hasta cuatro auténticos mansos echó Zalduendo, en una mañana en la que destacó la gran faena de Perera al cuarto, al que desorejó, y las buenas formas de Marín; Garrido, oreja del tercero

Hasta cuatro auténticos mansos echó Zalduendo, en una mañana en la que destacó la gran faena de Perera al cuarto, al que desorejó, y las buenas formas de Marín; Garrido, oreja del tercero

SANTIAGO ROMÁN / FOTOGALERÍA: ALFONSO PLANO

Se celebraba en la mañana de este domingo la cuarta del abono en la localidad pacense de Olivenza, segunda corrida de toros del serial en la que la figura Miguel Ángel Perera se batía en duelo con dos de los jóvenes que más vienen arreando: José Garrido y Ginés Marín. Un encierro de Zalduendo era la materia prima ganadera para la ocasión.

El
primero de Zalduendo lucía 521 kilos, toro que no tuvo el lucimiento esperado
en el saludo capotero de Miguel Ángel Perera, solo pudiendo dejar algunos
lances aislados que no llegaron al tendido. Saludaron Guillermo Barbero y Curro
Javier tras los pares de banderillas, también bregando perfectamente Javier
Ambel. El comienzo de faena fue por dobladillas, con la pierna genuflexa y los
mejores momentos llegaron con la mano derecha, viniéndose a menos un animal que
humillaba más por el pitón diestro que por el zurdo. Se rajó soberanamente el
animal. Un espadazo contrario que tardó en caer evitó el premio para el de
Puebla del Prior, no cayendo el animal tras los golpes de verduguillo. Ovación.

Tiempos
le dio José Garrido al tercero, toro al que quitó por garbosas chicuelinas tras
el encuentro en el caballo con Aitor Sánchez. A Joaquín, futbolista del Real
Betis, brindó Garrido su faena, comenzando ésta por ayudados por alto con mucha
estética especialmente en los remates finales por bajo. Tras la segunda tanda a
diestras, el animal hizo amagos de rajarse y finalmente lo hizo, sonsacando en
ese lugar Garrido compases aislados. Nada pudo hacer ante el manso. Mató de
media que escupió y estocada en buen sitio justo cuando volvía a llover con
fuerza.

«Dabardillo”
llevaba por nombre el tercero, con 505 kilos, primero del lote del extremeño
Ginés Marín. Salió con más viveza el animal, pero no logró componer Marín a la
verónica. Tras brindis a Joaquín, el jugador del Real Betis, se pasó el animal
de rodillas con una arrucina cerquísima, para proseguir toreando al natural.
Vio la posibilidad del animal por ese lado y se los pegó también en la
siguiente tanda llegando al respetable a zurdas en el momento en el que
arrancaba la música. Poco a poco fue dando motivos de su crecimiento por ambos
lados, finiquitando labor por manoletinas. Tras un soberbio estoconazo paseó
una oreja.

«Jilguero”,
número 29, cuatreño de 560 kilos de peso era el cuarto de la tarde, un animal
con trapío para la plaza de Olivenza. El toro se movía pero con falta de
fuerzas en los primeros ercios, cambiándose el animal por la espalda en el
inicio muleteril para ppnerse a torear sin más dilación por el pitón izquierdo
en ese momento. Los tiempos fueron fundamentales en la labor del torero
extremeño, que llevó con muletazos largos y profundos al toro por el lado
derecho también. Llegó arriba el trasteo, especialmente el epílogo en el que
llegó el arrimón del extremeño. Un estoconazo puso fin a la labor de Miguel
Ángel, que recibió doble trofeo.

 

El
quinto de la tarde, segundo del lote de José Garrido, se llamaba «Bullicioso”,
un negro de Zalduendo con el guarismo del 3 y con 545 kilos. Se revolvía de
salida el animal e incluso desarmó al torero. Mantuvo la misma condición
mansurrona el animal a lo largo de toda la lidia, pero se impuso Garrido a las
idas y venidas del de Zalduendo para plantearle el toreo por ambas manos. Entre
los terrenos de las rayas del tercio y las tablas tuvo que ir construyendo la
faena Garrido, cortando tras una estocada en la que tuvo que hacer malabares
para cuadrar al toro una oreja con petición no atendida de la segunda.

 

El sexto
tenía la morfología que el resto de sus hermanos. Por estatuarios en el centro
del anillo comenzó su labor Ginés Marín, plenos de torería los muletazos
finales de esa tanda, destacando un molinete al natural en un remate que llegó
arriba. Sonó «Carrascosa” desde la banda
de música para amenizar las siguientes tandas del joven, las más lúcidas por la
diestra. Se lo sacó todo Ginés a un toro siempre a medio gas, tocando y
haciendo la cruz de forma perfecta a la hora de matar, lo que le propició la
oreja de la salida a hombros.

FICHA DEL FESTEJO

Plaza de toros de Olivenza, Badajoz. Cuarta de Feria. Corrida de toros. 

Seis toros de Zalduendo. 

Miguel Ángel Perera, ovación y dos orejas. 

José Garrido, ovación y ovación. 

Ginés Marín, oreja y oreja.