REPORTAJE

La torería de la Hermandad del Baratillo


martes 11 abril, 2017

Es, junto a la de San Bernardo, la Hermandad más torera de cuantas pisan las calles de Sevilla en Semana Santa: hace cada Miércoles Santo el primero de los paseíllos maestrantes

Es, junto a la de San Bernardo, la Hermandad más torera de cuantas pisan las calles de Sevilla en Semana Santa: hace cada Miércoles Santo el primero de los paseíllos maestrantes

JAVIER FERNÁNDEZ-CABALLERO

«No hay mecida más torera que la de la Caridad
baratillera”, rezaba cada Miércoles Santo Rafael Palacios, capataz de la
célebre Hermandad sevillana. Es, junto a la de San Bernardo, la Hermandad más
torera de cuantas pisan las calles de Sevilla. Por ubicación y por compromiso
«El Baratillo” hace cada Miércoles Santo el primero de los paseíllos
maestrantes. Sin el Maestro Tejera,sin silencio expectante, sin tendidos de
Feria y sin ternos dorados cruzando el anillo, pero con el ímpetu por trenzar
el único y más importante de sus paseos hacia la Catedral hispalense.

Sumergiéndonos en la historia de esta señera Corporación del
Miércoles Santo nos encontramos con que los rasgos taurómacos se encuentran
bien cimentados en su pasado. A partir de su fundación en pleno siglo XVII la
Cofradía ha mantenido su vínculo con la Fiesta, y no sólo porque su Capilla
esté ubicada en pleno Arenal, sino porque «en las filas” de su patrimonio
humano, que es el más valioso de un conjunto cofrade, numerosos han sido y son
los profesionales de oro y plata que han trenzado el paseo penitencial.

Desde Pepe-Hillo, el cual donó varias imágenes para
conformar el conjunto de titulares de la Hermandad, entre ellas una talla
dieciochesca de San José atribuida a Montes de Oca; Manuel Benítez «El
Cordobés”o Antonio Ordóñez, el cual compartía esta devoción con la Hermandad de
la Esperanza de Triana, de la que ahora Francisco Rivera Ordóñez es miembro
activo; «Chamaco” o más en líneas actuales Manuel Díaz «El Cordobés”,
vinculado estrechamente a la vida de Hermandad de la misma, incluso toreando en
beneficio de la acción caritativa de ésta o donando un terno particular para
confeccionar una saya a la dolorosa; José Antonio «Morante de la Puebla” y
especialmente Manuel Jesús «El Cid”, diestro comprometido profundamente
con la vida cofrade de la Corporación a lo largo de todo el año.

 

 

Pero si de una devoción ligada a una historia familiar ha de
hacerse mención esa es la mexicana de los Silveti. El rey David Silveti regaló
un terno de torear a la Virgen de la Caridad para confeccionar una saya de
salida el mismo día que torearía en La Maestranza, puesto que la promesa de
debutar en Sevilla le había sido concedida. Sus antepasados también mostraron
especial predilección por la Cofradía baratillera, caso del abuelo de la saga,
El Tigre de Guanajuato. El último en formar parte de las filas de la Piedad y
la Caridad es Diego Silveti.

Otra de las particularidades más curiosas de la Corporación
se trata del llamador del Paso de palio de María Santísima de la Caridad, un
diseño rompedor y, sobre todo, muy taurino. En el mismo puede observarse a dos
ángeles sosteniendo el propio martillo, compuesto por un capote de paseo, y uno
de los ángeles porta en su cabeza una montera. En el centro está situado el
escudo corporativo de la Cofradía del Miércoles Santo.

Además, cada vez que el ocaso se apodera de la temporada, la
Hermandad organiza una Eucaristía a modo de acción de gracias por la pasada
campaña. También se encuentra, de este modo, hermanada con la Real Maestranza
de Caballería, por lo que a ésta le pertenecen dos varas en la Estación de penitencia.

Asimismo, cada Miércoles Santo las filas de nazarenos que
compondrán el cortejo procesional se forman en el mismo albero de la Real
Maestranza, por lo que los nazarenos son los primeros en pisar, cuatro días
antes de Resurrección, la arena maestrante de los valientes. Todo huele a
torería en la Hermandad del Baratillo.

La Virgen de la Caridad, en su paso de Palio en la Capilla del Baratillo, justo a la espalda de La Maestranza