LA PREVIA DE SEVILLA

El Club de los Pantalones Cortos


miércoles 26 abril, 2017

José Garrido, Álvaro Lorenzo y Ginés Marín abren las corridas continuadas de la Feria de Abril con el encierro de Torrestrella

El Club de los Pantalones Cortos

MARCO A. HIERRO

Decía el maestro Santiago Martín ‘El Viti’ que él comprendió que se estaba haciendo un hombre cuando le cambiaron los pantalones cortos por unos largos. A la terna que abre las corridas continuadas de la Feria de Abril le van creciendo las perneras cada día, hasta el punto de que ya huelen la responsabilidad que la empresa les descarga de soportar el peso de una taquilla como la de La Maestranza. Y con la de Torrestrella, que no se cuenta entre las ‘duras’, pero tampoco se apunta a matarla ninguno de los que puede elegir cualquier otra. Por eso sale a escena el Club de los Pantalones cortos, que viene al Baratillo a salir con el calcañar bien tapado.

 

JOSÉ GARRIDO

 

Recibía en este ruedo la borla de matador hace ahora tan solo dos años y en su tercera corrida en este ruedo ya le cuelgan del pescuezo la responsabilidad de abrir cartel. A eso hay que sumarle su apuesta de pisar Madrid en abril, antes de San Isidro, y en un mano a mano cuyos tres silencios supusieron un golpe al planteamiento de su temporada. Inicia su tercera campaña como matador y la demanda de los públicos por ver su nombre en los carteles comienza a convertirse en un juicio cada tarde como si fuera ya figura, porque como tal miden al que hoy luce, tal vez, los pantalones más largos entre la terna.

Su incursión americana, indulto en Bogotá incluido, le abrió los horizontes y le hizo no desconectar del toro en el invierno, pero también le ha restado frescura a un torero que lleva tres paseíllos en España y una oreja en el esportón. Garrido es, sin embargo, un tipo ambicioso y constante cuya juventud aprieta el acelerador, pero también un muchacho con los pies en el suelo que lleva lo suficiente en esto como para asimilar la madurez que le va creciendo en el pecho.

Sabe que el día es hoy y que, a pesar del cambio de apoderado -ahora con una empresa se garantiza una serie de paseíllos que antes se tenía que ganar entre las injusticias del sistema- tardes como la de Sevilla son las que abren las puertas a las que llama. Para descerrajarlas, tiene arrojo y valor, y menos inconsciencia que hace un par de años. Domina la técnica y es osado a la hora de apostar, lo que lo convierte en un torero muy apetecible para el aficionado.

Hoy, además, debe enfrentarse a las dificultades de abrir plaza y casi hasta feria.

 

ÁLVARO LORENZO

 

El toledano fue uno de los príncipes del escalafón menor, donde la Casa Lozano lo llevó con mucho mimo, y ha llegado a su primera temporada completa como matador con el nombre que se hizo entre los utreros, pero como novedad para la mayoría de los públicos que quieren verle con el toro.

El último producto íntegro de los Lozano ha contado sus apariciones por tardes importantes desde que tomase la alternativa, que tuvo lugar en Nimes; en Valencia no sólo paseó una oreja, también dejó su nombre sonando para la campaña, y suele asumir con mucha serenidad los retos que se le proponen.

Es Álvaro uno de los más elegantes intérpretes de la verónica que existen en la actualidad, y uno de los que más despacio ejecuta el toreo que siente. Torero de planta firme, muñeca flexible y reciedad manchega en los ademanes. viene de cortar tres orejas en el Corpus toledano, el día en que la plaza cumplía siglo y medio. Esteta de embarque preciso, toque suave y bamboleo hipnótico, tiene el don del temple para imponerse y una falsa impresión de fragilidad que pone a los públicos de su parte, lo cual es una baza importante.

Pero esto es Sevilla, y aquí gustan del ver torear más despacio que el paso del Cachorro. Él es capaz. Y está necesitado de golpes para salir cuanto antes del Club de los Pantalones cortos.

 

GINÉS MARÍN

 

El extremeño es la raza personificada en un torero que busca siempre planchar el trapo. Es cierto que a veces le pueden las urgencias y que su juventud riñe con la razón más veces de las que debería, pero eso no es malo en un tipo ambicioso, consciente de que en su propio cuerpo y su exposición está el futuro. Porque no comete, a pesar de su corta edad, ni un error de pardillo. Tal vez porque está acostumbrado a ser un niño sabio, un novillero sin caballos -en su momento- con pinta de matador de toros. Porque se le quedaba a Ginés corto el novillo y ahora pelea porque el toro no se le venga grande. Hasta ahora, además, lo consigue.

De momento, abrió las puertas grandes de Olivenza y de Valencia y exhibió temple y reposo en su comparecencia en Zaragoza. Viene a Sevilla, por tanto, a presentarse como matador de toros y a aprovechar la bala de verdad que supone La Maestranza para seguir dando argumentos y, sobre todo, para aportar su distinción. Porque no es el extremeño de los que se adocenan.

Tiene que ver esto con su perfecto conocimiento de los terrenos, las distancias y hasta las reacciones de los animales, que le aportan seguridad a su forma templada y suave de manejar los engaños. Pero, además, Ginés es consciente de lo que se juega y de lo que puede dejar escapar en las tardes en que no pasa nada. Por eso anda despierto para rebañar siempre que exista una mínima oportunidad. Buen capotero, como sus compañeros de terna, esta pueda ser buena tarde para entrar en competencia.

Y, sobre todo, para reivindicar no el estatus que ocupa -eso ya lo hace la FIT y su apoderado, Pepe Cutiño-, sino el que quiere ocupar.

 

 

TORRESTRELLA

Hierro histórico y tronco de casta el que representa el hierro de la cruz, que guarda el trabajo de don Álvaro Domecq para hacer que convergiesen las sangres de Domecq y de Núñez en una ganadería que ha tenido muchos vaivenes en su historia, pero siempre ha mantenido el prestigio para su nombre.

Después de un periodo -más largo de la cuenta- en que desapareció de los carteles de las grandes ferias, Torrestrella ha vuelto a unir su nombre al de los toreros con potestad para elegir ganado, a pesar de que en Sevilla éstos no han visto conveniente apuntarse a los de colores. Sí ocurrió en algunas de las siete tardes en que se anunció en 2016, como Bilbao o Alfaro.

Sevilla, sin embargo, nunca le ha retirado la confianza, y son ya ocho años consecutivos lidiando en el Baratillo, casi siempre en el cartel de los denominados mediáticos. Hay toros históricos en la leyenda taurina que lucieron este hierro y eso hace que se confíe en el fondo de la vacada.