SEVILLA

El Juli dicta normas


jueves 27 abril, 2017

Una corrida que no rompió, cargada de romana y muy deslucida en general. Con este inapropiado material tocó pelo el de Velilla con el buen quinto, siendo silenciados Morante de la Puebla y Talavante

Una corrida que no rompió, cargada de romana y muy deslucida en general. Con este inapropiado material tocó pelo el de Velilla con el buen quinto, siendo silenciados Morante de la Puebla y Talavante

 

 

EMILIO TRIGO / FOTOS: ARJONA-PAGÉS

 El primero de los cartelazos del ciclo continuado del abono maestrante llegaba en la tarde de este jueves de preferia al coso del Baratillo. En el cartel, Morante, Juli y Talavante haciendo a las seis y media en punto el paseíllo con un encierro de Garcigrande como materia prima ganadera. 

Una corrida que no rompió, cargada de romana y muy deslucida en general. Con este inapropiado material tocó pelo el de Velilla con el buen quinto, siendo silenciados Morante de la Puebla y Alejandro Talavante

Sobre el papel, se masticaba una terna de figuras, directores de la gran orquesta del escalafón. Unas batutas del más alto nivel para deleitar a la Maestranza aunque el concierto del toreo se quedó sin las partituras de la bravura. Y es que es impensable, dirigir una orquesta sin músicos, lo mismo, que torear sin toros. La de ayer no valió para nada, ni para estar por debajo de ella, porque no dio opción ni al fracaso. Sólo se salvó el buen quinto. Eso lo palpó el señor ganadero que naufragó rotundamente con un encierro impropio para Sevilla.  

Julián López ‘El Juli’ es figura entre otras cosas, por la «insultante» demostración de toda su raza. Un ser nacido torero desde ante de ver la luz. Julián volvió a superarse otra vez en Sevilla. Un nuevo Juli le ganó la pelea al Juli de la temporada anterior en el Baratillo. Un Julián más reposado, estético y plástico, al margen de la evidencia de su titánica capacidad y autoridad. Lo realizado ante el quinto llegó a rayar la soberbia muleteril puesto que su pañosa parecía un juez dictando sentencia. Por decreto y mandato gobierno yo. Aquí se acata lo que mi ser decida. Así de claro y de poderoso se mostró el madrileño ante el segundo de su lote. Y eso fue lo que afianzó Julián en una faena tan inteligente como enormemente templada. Exprimió al límite la calidad del Garcigrande. El toro le entregó fondo, nobleza y dulzura pastueña para que el madrileño se sirviera a mesa y mantel. Faenón de poder, de mucho gusto y de gran expresión artística, cuajado en los medios con los tobillos llenos de fango por las toneladas que pesan sus machos. Se atracó en el volapié y por eso se fue la espada trasera. Oreja de figurón del torero tras descabello. Con el otro anterior, Julián recibió a su oponente con algunas pinceladas con el capote a la verónica. El madrileño cuidó a su astado en el caballo que poco a poco se fue espabilando. Se explayó en el quite con un pasaje variado que recordó a la tauromaquia Azteca. Replicó Talavante  por chicuelinas verticales y expresivas. ‘El Juli’ brindó al cielo su primer toro. Un Garcigrande tan discontinuo en la embestida como una línea de carretera.Toro informal, bajo de raza, sin franqueza en su acometida y con las manos por delante. Julián ofreció la panza del paño con suavidad y también con ímpetu, según convenía y necesitaba el segundo.Firme y muy variado estuvo el de Velilla de San Antonio, construyendo una faena sin toro. Le sacó lo que nadie veía a pesar de carecer de transmisión. Esa concesión la puso Julián con su buen hacer, aguantando y tragando derrotes a la taleguilla con el pitón de fuera.

Lucía una tarde gris plomizo en Sevilla. Un cielo caprichoso que descargó una llovizna suave pero de esas que te calan hasta los huesos por su ininterrumpida continuidad. Así comenzó un festejo de «no hay billetes» que arrancó con la climatología a la contra. Y como dice el refranero «las cosas no gustan con buenos principios». El abreplaza fue un voluminoso ejemplar que salió medio moribundo del chiquero. Morante atisbo algún intento de lance pero sin más, como dictaba el preceptivo guion de la lidia. La suerte de varas casi inexistente convertida en un mero trámite burocrático y el último tercio sin relevancia alguna. Totalmente inocuo, invisible por tan paupérrimo astado.Nada que decir del Cigarrero. 13 kilos le faltaban al cuarto para los 650. Una barbaridad para un astado de este encaste. Salió como tenía que salir muy adormecido. Apretó para dentro e hizo rectificar al de La Puebla con el percal. Viaje corto, efímero saludo con un toro que nunca gustó a Morante. Leña le dieron en el caballo, más leña que en los pinares del Coto. Un Garcigrande nulo de cualquier opción y un Morante que no se dio coba. Un trasteo de compromiso que no agradó a la Maestranza, pero lo cierto, es que no cabía otra cosa. El enfado era por la desilusión de no ver el arte de Morante, más que por el imposible cuarto. Aunque José Antonio rebosa arte hasta vestido de Amaranto. Lote para el desolladero.

Alejandro se fue de la plaza con la sensación de no haber estado. Su lote no le regaló ni una embestida. Muy malo los de Morante y peores aún los de Talavante. El tercero salió mirando al tendido sin codicia, dormido, con poco gas. Alejandro recogió al tercero con buen criterio capotero. Unas pinceladas y permiso para los varilargueros. «Qué no lo piquen» dijo aquel, y lo oyeron desde el ruedo. Ordenó el extremo cumplir pero sin castigarlo. De lo mejor hasta el momento del festejo los dos pares de Trujillo al cornúpeta. Talavante ofreció la muleta con la sinceridad de unas muñecas desnudas para interpretar perlas de mucha calidad. Pulseó sin afectación alguna, corriendo la mano tan suave como la lluvia que desprendía el cielo hispalense. Lo mejor vino con la diestra y nada con la siniestra puesto que se venía al cuerpo el tercero de la gris partitura. Oficio y tesón sin nada más que decir. El sexto fue otra cosa parecida. Este no tuvo la viveza de su hermano quinto. Viaje corto, al que hay que añadirle las escasas ganas de embestir. El cierraplaza no ofreció nada, ni siquiera para estar mal con él y es que los mulos con cuernos nunca han embestido, ni con 50 kilos, ni con 626 como el desastroso último. 

 

 

 

 

 

FICHA DEL FESTEJO

Plaza de toros de la Real Maestranza de Caballería de Sevilla. Cuarta de abono. Corrida de toros.

Entrada: «Lleno de No Hay Billetes”.

Seis toros deGarcigrande. Una corrida que no rompió, cargada de romana y muy deslucida en general. Salvo el buen quinto.

Morante de la Puebla; Silencio y leves pitos tras aviso.

Julián López ‘El Juli’; Palmas y oreja tras aviso.

Alejandro Talavante; Silencio en ambos.

Cuadrillas: Saludó Juan José Trujillo tras buenos pares al tercero.