EL DETALLE

“Ca uno, es ca uno”


miércoles 17 mayo, 2017

El señor que ocupaba el palco ha querido ser más protagonista que los que se juegan la vida en el ruedo.

El señor que ocupaba el palco ha querido ser más protagonista que los que se juegan la vida en el ruedo.
EMILIO TRIGO

Dice la canción de la Niña Pastori «Cuando nadie me ve” pero esta vez no ha
sido así, puesto que todo el mundo ha visto al señor que ocupaba el palco,
porque él ha querido ser más protagonista que los que se juegan la vida en el
ruedo. En la tarde de hoy, un presidente
que con gesto arrogante y prepotente se ha dedicado a manipular el resultado
del festejo. Si sí, digo bien, manipular el resultado del festejo. Y es que es
inaudito que un torero que ha cometido un leve error en una de sus cosas que
mejor domina, como es el tercio de banderillas, no le haya dejado enmendar la
plana.

‘El Fandi’ ha visto como este
sujeto, no sólo le negaba poner un par y de paso arreglar su desaguisado
anterior, sino que además, ha privado al público de ver al granadino en su
total expresión. Para colmo no conforme con esto, ese mismo dedo que se
levantaba para que todo el mundo lo viera en absoluta negación, era el que
mantenía el cronómetro como si se tratase de una carrera de contrarreloj. Este
señor lo pulsó a los 10 minutos justos,
ni más ni menos, para mandarle un recado al bueno de Garrido y de paso
manifestar el «Aquí estoy yo”.

Algunos me dirán que los 10 minutos son lo que
marca reglamento, desde luego, totalmente de acuerdo pero habría que recordarle
al señor del palco, que el dedo debe tener un poquito de más sensibilidad o
mejor dicho, él que lo pulsa. Claro que ya lo dice el refrán «donde las dan las
toman” y más en esto del toro. Mi aplauso al Fandi porque con total astucia e
ironía, lo que le negó en el primero, se la coló en el cuarto, y es que, el
granadino entre la raza y pundonor se salió con la suya. Ya lo dijo el Guerra en su famosa afirmación «Y es que ca uno es ca uno” Se podría
decir que uno ha creado arte y otro ha manifestado soberbia.