La novillada de Araúz de Robles llegaba en la noche de este sábado a la plaza de toros de Las Ventas dentro de la última novillada clasificatoria del ciclo de novilladas nocturnas en el primer escenario taurómaco del orbe. Guillermo Valencia, Luis Manuel Terrón y Fernando Flores hacían a las nueve en punto el paseíllo.
El primero de Araúz fue el más novillo de los que han salido a Las Ventas esta temporada, y a la puerta de chiqueros se fue Guillermo Valencia a saludarlo, pero evidenció el animal la fuerza muy escasa en su buen tranco de calidad. Y a media altura tuvo que instrumentar la faena el venezolano, que anduvo técnico y conocedor de los entresijos, pero le faltó enemigo para emocionar. Sobresalió la suavidad de su trazo y la actitud con la que trasteó al esmirriado utrero. Lo pinchó, sin embargo, y escuchó silencio tras aviso.
Era más novillo, aunque pesaba menos, el segundo, que le humilló con brío y con el viaje corto en las verónicas encajadas pero urgentes de Luis Manuel Terrón. Distancia le dio el extremeño en el inicio, aprovechando el geniecito del animal con más ligazón que ajuste, sin perder el paso hasta que llegó el desarme. Mejor más tarde, cuando frenó el ímpetu del utrero y se templó más Terrón, que incluso llegó mucho al tendido en una serie diestra. Pero falló también con el acero y escuchó silencio tras aviso.
Dos puntas astifinisimas tenía el tercero, que acudió con alegría y con buen tranco en el primer puyazo, pero tenía la distancia mucho más corta después. Pero en la muleta no quiso pasar del embroque, y de poco sirvió el alarde de valor de Fernando Flores, con la actitud siempre al ataque y la disposición impecable. Un estocadón después de un pinchazo no le permitió pasar del silencio.
Al largo cuarto lo lanceó animoso Guillermo Valencia antes de que arrancase largo a topar en el peto y saliese de naja al sentir el hierro. Y en el quite de Terrón lo cogió por la corva y lo volteó aparatosamente. Con la muleta anduvo firme el colombiano, que siempre intentó sobreponerse a un utrero al que siempre le costó arrancar y mucho más pasar. Porfión y al ataque Guillermo, estuvo por encima del novillo.
El toreo de capa de Terrón al badanudo quinto fue asentado y suave, de lo mejor de la tarde hasta la media abelmontada. Pero a la faena de muleta le faltó estructura y gobierno, porque se puso siempre para pegárselos buenos, pero se quedó sin soluciones en cuanto no recibió una respuesta. Y embistió el de Araúz, con hechuras más de Cuadri, aunque se fue a menos antes la falta de estructura. Ovación con protestas tras aviso.
Brilló Fernando Flores con el capote en el sexto, al que le sopló verónicas de firmeza suave pero mandona. Tuvo desmayo y gusto el extremeño en el inicio, y lució quietud pero dejó puntear demasiado al descompuesto animal, que cogió el vicio de tirar gañanes en los finales. Puso valor y muslo el extremeño en el final de faena, pero las manoletinas que precedieron al pinchazo y a la estocada solo dieron para una vuelta, pese a la petición.
FICHA DEL FESTEJO
Plaza de toros de Las Ventas. Cuarta clasificatoria del certamen internacional de novilladas nocturnas. Un cuarto de plaza.
Seis novillos de Araúz de Robles, de buena intención y calidad y la fuerza escasa el esmirriado primero, de cierto genio con transmisión el segundo, deslucido y sin pasar el tercero, remiso y reservón el complicado cuarto, exigente de buen fondo el quinto, descompuesto pero obediente el sexto.
Guillermo Valencia, silencio y silencio.
Luis Manuel Terrón, silencio tras aviso y ovación con protestas tras aviso.
Fernando Flores, silencio y vuelta.