EL DETLLE

El abrazo de la alianza


sábado 30 septiembre, 2017

El matador sevillano y su poderdante se fundieron al final del festejo en un sincero abrazo de gratitud mutua.

El matador sevillano y su poderdante se fundieron al final del festejo en un sincero abrazo de gratitud mutua.

EMILIO TRIGO

Dicen los toreros que el mayor reconocimiento que ellos pueden tener siempre es el de sus propios compañeros. Tal vez, para un profesional, al margen del cariño y el respeto del público y de la afición en general, cuenta interiormente la satisfacción de su propio compañero de escalafón.

Miguel Ángel Perera protagonizó ayer en Las Ventas una tarde sensacional. Una de tantas que ha realizado el extremeño en la primera plaza del mundo. Perera llegaba para decir adiós a la temporada actual. Lo hacía con máxima responsabilidad pero de forma distinta a su anterior paso por esta plaza allá por San Isidro.

Miguel Ángel, anduvo mucho más fluido, menos atenazado y mucho más comprometido con su propia tauromaquia. Esa que a veces raya casi la perfección. El de la Puebla del Prior entendió su lote de forma impecable y de no ser por la espada su tarde hubiera acabado como un triunfo aún más clamoroso. Rozó las cuatro orejas, pero como dicen los grandes en la humildad está aún más la grandeza. Al final fueron sólo dos, pero ese par le sirvió para descerrojar la Puerta Grande de Madrid.

La Puerta que mira a la calle Alcalá la atravesó en olor de multitud el figurón de Miguel Ángel Perera, pero en su interior y junto a él lo hacía también su apoderado, amigo fiel y compañero, Fernando Cepeda. El matador sevillano y su poderdante se fundieron al final del festejo en un sincero abrazo de gratitud mutua sellando una alianza independiente entre ambos pero muy constitucional con la Fiesta Nacional. Un abrazo de torero a torero, de compañero a compañero y de amigo a amigo.