TEXTO: MARCO A. HIERRO / ILUSTRACIONES: JUAN IRANZO
Hoy se reencuentran el hierro de Alcurrucén y la carrera de Juan del Álamo. Fue el pasado mes de junio de 2018 cuando dos faenas para el recuerdo y la historia de esta plaza propiciaron la salida a hombros del torero, que se erigió como uno de los nombres fundamentales de la temporada y un pilar indiscutible de esta plaza. Hoy vuelven a verse las caras los toros manchegos con el diestro salmantino. Le acompañan en el cartel Curro Díaz en su primera tarde en el abono y Joselito Adame en su segundo compromiso isidril.
El jienense Curro Díaz buscará la tercera puerta grande de su carrera en Madrid. Es uno de los hombres al que la Feria de San Isidro está esperando, y tiene dos tardes contratadas, la de hoy y la del próximo martes con el encierro de El Ventorrillo.
Fue en el año 2016 cuando se quedó fuera de la feria a pesar de haber salido por la Puerta Grande el Domingo de Resurrección de 2016; posteriormente, compartió mano a mano con José Garrido en la Feria de Otoño en una histórica corrida de El Puerto que, aun sin trofeos, quedó grabada en la mente y el corazón de todos los aficionados que asistieron al festejo. Sinceramente, 2017 no fue su mejor año en esta plaza…
Ahora, el diestro de Linares buscará un nuevo triunfo en la capital.
Hizo el paseíllo el pasado 10 de mayo en este ruedo, pero a estas alturas Joselito Adame ya es un auténtico figurón del toreo en México, un ídolo allá por donde pisa que, sin embargo, debe confirmar su condición y ganarse sus contratos en Europa paso a paso hasta el momento en que termine de romper en actuaciones clave en los momentos clave, y la de hoy, desde luego, pretende ser una de esas.
Joselito necesita que la afición de Madrid no olvide sus comparecencias entregadas y sinceras en esta plaza, donde siempre parece transmutarse y ofrecer la mejor versión que lleva dentro en ese momento. Lo hizo el año pasado, donde entró a matar sin muleta en una tarde heroica.
Torero poderoso y de tremendo conocimiento del oficio, también es capaz de romper las faenas con sutilezas de armonía, pero sobre todo con la exigencia por abajo de su mano derecha y el gran valor que atesora y que también le da su extraordinario dominio de la técnica.
Juan del Álamo hará el paseíllo este sábado en Madrid un año después de su reencuentro con Alcurrucén. Hizo el paseíllo también el pasado lunes sin suerte con su destartalado y descomunal lote de Las Ramblas.
Su nombre, por desgracia, no ha sonado todavía como debiera en los carteles españoles en este 2017, cuando abrió la puerta grande de Las Ventas con la corrida de Alcurrucén el pasado San Isidro. Debe sentirse responsabilizado por saberse dominador de su futuro pero, sobre todo, intranquilo porque el trabajo de un torero que ha realizado a lo largo de los meses invernales debe tener hoy su fruto.
Con José Ignacio Ramos y Mariano Jiménez como apoderados, Juan del Álamo vuelve al ataque y cumplirá el reto de volver a esta plaza. Sin duda, una cita crucial tras una temporada pasada en la que llevó un rosario de orejas consecutivas en Madrid, dos el año pasado –en la goyesca y en la corrida de la Prensa-. Ahora necesita otro zambombazo esta campaña para que fructifique su hazaña. A pesar de todo y de su falta en algunas Ferias.
La ganadería de Alcurrucén es una de las más esperadas por la plaza de toros de Madrid en lo que va de ciclo isidril después de esa gran doble corrida del año pasado, que permitió la salida a hombros de Ginés Marín y Juan del Álamo.
Es el hierro de la familia Lozano que pasta en tierras toledanas, pero detrás de esta vacada está la historia de superación de una de las sagas taurinas más importantes de la historia. Con el encaste Núñez por bandera, son defensores a ultranza de este tipo de toro que es de salida muy frío pero conforme van avanzando los dos primeros tercios van ahormándose para sacar lo mejor de sí.
El gran recuerdo de dos toros importantísimos en los dos últimos años en este hierro y en esta plaza, «Jabatillo” en 2015 al que desorejó Castella y «Malagueño” en 2016 al que le cortó las orejas David Mora, permanece en el runrún de esta plaza. Ojalá y hoy vuelva a ser.
