ILLUMBE

Apabullante Roca Rey en una nueva tarde magistral de Ponce


martes 14 agosto, 2018

Cayetano se cayó dos horas antes de la corrida y finalmente quedó en un interesante mano a mano en el que Roca Rey paseó tres orejas y Enrique Ponce una. Tres cuartos de entrada en los tendidos.

Cayetano se cayó dos horas antes de la corrida y finalmente quedó en un interesante mano a mano en el que Roca Rey paseó tres orejas y Enrique Ponce una. Tres cuartos de entrada en los tendidos.

JAVIER FERNÁNDEZ-CABALLERO

La corrida de Victoriano del Río en la cuarta de la Semana Grande llevaba el hierro de Victoriano del Río. Enrique Ponce y Roca Rey hacían el paseíllo en el coso vasco a las seis de la tarde, después de que a última hora se cayese Cayetano.

Abriéndole los caminos fue el inicio de capote de Enrique Ponce al primero de la corrida, un animal que brindó al Rey Juan Carlos. Antes, quitó Roca Rey por chicuelinas. Fue tirando de la embestida del animal por el pitón izquierdo en el arranque de su faena, dejando bellos compases por ese lado ya en la tercera serie. Animal al que le faltaba el celo y el recorrido iba cada vez a menos, y que Ponce tiró de él para conformar un trasteo de mérito que el presidente, tras la estocada, no vio. No concedió la oreja entre el enfado del respetable. Incomprensible.

“Tentador”, número 23, nacido en agosto de 2013, era el segundo de la corrida, un animal alto y con caja. Fue devuelto y en su lugar corrió turno Roca Rey, saliendo “Soleares”. Al quite entró Enrique Ponce, dejando una buena larga cordobesa para rematar el momento. Tras el brindis al rey Juan Carlos por Perú y por España, se topó Roca Rey con un animal que tenía un viaje demasiado corto y, además, se defendía con gañafones, alcanzándole sin consecuencias aparentes uno de ellos. Intentó prolongar muletazos imposibles por el pitón izquierdo el peruano, para finalizar faena por circulares al hilo de tablas, la única forma posible de robar algunos momentos de emoción al tranco peligroso y cortísimo del animal. Soberbios muletazos de epílogo que, tras la estocada, le valieron la oreja.

Actuación de torero enrazado la de Enrique Ponce ante el segundo de su lote, un tercero al que ya en el quite puso el punto sobre las íes sobre lo que quería conseguir. A pesar de su volumen y de que se quedó prácticamente parado en la segunda tanda, tiró de arrojo y entrega el valenciano para componer en la distancia corta y conseguir momentos de mérito y de calado en las butacas. En un momento de peligro, el toro derribó al torero, sin consecuencias aparentes finales. Faena de pundonor ante un toro muy parado. Ovación tras pechar con la espada a un animal que fue reservón. 

Velocidad tomó el castaño oscuro cuarto de la corrida, nacido en enero de 2014, con un peso de 525 kilos, segundo del lote de Roca Rey. Frescura mental mostró el torero con un toro ante el que la calidad de sus muletazos fue la clave, sobre todo por el lado izquierdo. Y despertó la sorpresa del tendido en una faena variada, que comenzó con péndulos de rodillas en el mismo centro del ruedo de Illumbe. A partir de ese momento, fue a más un trasteo en el que se arrimó como un perro el peruano para meter el acero y convencer a la afición donostiarra. Dos orejas de ley a la frescura, la sorpresa, la improvisación y el dominio del torero.

Ya predisposición capotera mostró Enrique Ponce frente al quinto de la corrida, un último de su lote al que le recetó unas chicuelinas de mano baja de mucho sabor tras la primera vara de Luciano Briceño. Leve fue el segundo palo del picador. Obra maestra del valenciano, que fue sobando la condición de un animal con virtudes al que dejó tandas soberbias sobre todo con la mano izquierda. Incombustible el ímpetu de un torero siempre con el querer como titular. Y puso en pie en varios momentos de su faena al tendido de Illumbe, fiel junto a Bilbao a la carrera del torero de Chiva. Tras un abaniqueo airoso antes de cuadrarse para matar, Ponce dejó un primer pinchazo hondo, una estocada y un descabello. Oreja con petición de la segunda de «Cantaor». 

“Jilguero” fue el primer sobrero de la tarde, castaño listón, nacido en diciembre de 2014, con un peso de 560 kilos y al que saludó Roca Rey por verónicas a pies juntos en las que el toro le humilló. Finalmente se fue apagando un toro con el que porfió el peruano y fue ovacionado.  

FICHA DEL FESTEJO

Plaza de toros de Illumbe, San Sebastián (Guipúzcoa). Cuarta de Feria. Corrida de toros. Más de tres cuartos de entrada. 

Toros de Victoriano del Río.

Enrique Ponce, ovación, ovación y oreja. 

Roca Rey, oreja, dos orejas y ovación. 

FOTOS: ANDRÉ VIARD