PLATA DE LEY

Gallardía torera


domingo 19 agosto, 2018

Qué sería de los toreros sin sus cuadrillas, esas que siempre están en el sitio indicado, esas que no pierden ojo a su jefe de filas, más si cabe en festejos de esta exigencia.

Qué sería de los toreros sin sus cuadrillas, esas que siempre están en el sitio indicado, esas que no pierden ojo a su jefe de filas, más si cabe en festejos de esta exigencia.

PABLO LÓPEZ RIOBOO / FOTOGALERÍA: EMILIO MÉNDEZ

La primera corrida a pie de la semana grande comenzaba con un festejo de la divisa cacereña de Victorino Martín. Ante ella una terna capacitada para tal cita. Los hombres de a caballo y plata  cumplieron de sobra con una exigente corrida de la A Coronada.

Qué sería de los toreros sin sus cuadrillas, esas que siempre están en el sitio indicado, esas que no pierden ojo a su jefe de filas, más si cabe en festejos de esta exigencia. El momento de mayor tensión se vivió en el cuarto de la tarde, un animal de gran exigencia en el que la terna nunca perdió de vista. Primero fue el capote prodigioso de Abraham Neiro, el cual salvó a Escribano tras un comprometido par al quiebro en tablas y segundo tanto al propio Neiro como a Sierra, los cuales evitaron una cornada a su jefe de filas en la faena de muleta. Los Ángeles de la Guarda hoy volvieron a saltar a la arena negra de Bilbao.

A caballo destacó por encima de sus compañeros un Francisco de Borja que se fue entre palmas por dos varas en muy buen sitio. Toreó a caballo y supo dosificar la temperamental embestida  del quinto toro. Midió al animal en un primer puyazo bien colocado y en un segundo que incluso mejoró al anterior. Como dijimos se fue entre palmas como premio a una labor solvente.

A la hora de lidiar a la corrida de Victorino sobresalieron varios nombres. Primero un Juan Sierra  que no apretó en absoluto al animal, llevándolo siempre a su aire. También acertó en correrle hacia atrás al toro para aliviarlo, en ella ni un capotazo de más, todo medido. Miguel Ángel Sánchez lidió con suavidad al segundo, mientras que Sergio Aguilar supo entender al tercero, imprimiéndole suavidad a todo lo que hizo, abriéndole los caminos y con un temple marca de la casa. Por último también hay que destacar a Puchi en el sexto, siempre intentó pulsearlo, acertando en los terrenos y las alturas.

A la hora de hablar de los rehileteros tenemos recalcar dos nombres. Primero facilidad de un Raúl Ruíz que saludó por dos interesantes pares en el segundo y segundo un Sergio Aguilar en el sexto. También Aguilar saludó montera en mano por dos pares de gran expresión, colocación, tiempos y eficacia. Sin duda alguna dos toreros de plata que dieron el do de pecho ante la corrida de la A Coronada.