ENTREVISTA

Iván García: “Cuando entraban los toros al caballo o banderilleábamos, el público pedía las orejas”


miércoles 23 octubre, 2019

Hemos hablado con uno de los protagonistas de aquel día, Iván García, que ha narrado para CULTORO todos los detalles de aquella doble jornada: “Fue un espectáculo a nivel mundial muy importante”

Hemos hablado con uno de los protagonistas de aquel día, Iván García, que ha narrado para CULTORO todos los detalles de aquella doble jornada: “Fue un espectáculo a nivel mundial muy importante”

JAVIER FERNÁNDEZ-CABALLERO

El 23 de octubre de 2004, hace hoy justo 15 años, se celebró por primera y última vez una corrida en China. Aquel día y el siguiente hicieron el paseíllo José Ignacio Ramos, Iván García y Guillermo Albán frente a un encierro mexicano de La Soledad. Fue en Shanghai, una ciudad que se vistió de luces para acoger un espectáculo con tercio de varas y banderillas, aunque finalmente se suprimió el de muerte. El festejo se celebró en un estadio con 10.000 espectadores.

Hemos hablado con uno de los protagonistas de aquel día, Iván García, que ha narrado para CULTORO todos los detalles de aquella doble jornada: “Fue un espectáculo a nivel mundial muy importante”, comienza relatando. “Pasamos allí una semana muy bonita. Toreé con mi compañero José Ignacio Ramos y con Guillermo Albán”, recuerda el joven ahora banderillero.

El público “hacía cosas lógicas y raras de no saber qué espectáculo estaba viendo. Cuando entraban los toros al caballo o banderilleábamos, pedían las orejas. Tuvieron ese tipo de reacciones. Nos sorprendía, pero al no estar acostumbrados a ver toros era normal”, comenta García.

En principio iba a ser una corrida de toros, “pero dijimos que como era una cosa nueva, preferíamos partirlo en dos días, tres toros en un día y tres toros en otro”, relata sobre lo sucedido. Eran toros de la ganadería de La Soledad, “una corrida muy bien presentada. Hubo tres toros bastante fuertes y otros tres más terciados”, relata el subalterno. Del estadio en el que se construyó el coso, reseña que “era impresionante. Había unas 10.000 personas: hubo bastante gente y las entradas eran caras”, admite.

Aquel experimento no se volvió a repetir, por desgracia: “A mí al año siguiente me llamaron para ir a torear a otro sitio de China, pero al final el festejo no se hizo. Supongo que no será fácil montar un espectáculo allí. Los toros tuvieron que pasar la cuarentena y todo…”, concluye García.