TEXTO: JUAN GUILLERMO PALACIO / FOTOGALERÍA: DIEGO ALAIS
¿Quién nos entiende? El sobrepeso de los toros del encierro de hoy, de Achury Viejo, influyó para que la corrida no terminara de romper.
El ganadero Felipe Rocha envió a Cali un encierro digno, de toros bien criados, con cuajo, serios, que inspiró respeto y dio gusto ver desfilar. Pero el peso, esos kilos de más que los hacían ver fornidos, justamente, y algo de mansedumbre, fueron los que les impidieron, a los toros, y a los toreros, ofrecer emociones más duraderas, el happy end.
Los toros de Rocha siempre son exámenes difíciles. Aunque esta vez venían en encaste Jandilla, tuvieron el mismo carácter pendenciero de sus primos del Conde de la Corte.
El Cid tuvo que recordar los tiempos en los que desorejaba victorinos. Porfió con el primero y estuvo mejor con el cuarto. Una serie con la mano izquierda a su segundo, como las de antes, nos recordó la grandeza de su tauromaquia, su historia. Caló al toro y con eso se esfumó la oreja.
Emilio de Justo, torero de finas hierbas, tuvo que recurrir a sus recuerdos como sobreviviente en la provincia colombiana, cuando era un desconocido. Le plantó cara al segundo, enganchando al toro con toques de muleta fuertes, en un in figthing que supo sostener y ganar. Cortó la única oreja de la corrida.
Luis Miguel Castrillón tampoco pudo redondear su actuación. Al segundo le tuvo que hacer el toreo por alto, el de antes de Belmonte, a veces sin temple. El encastado quinto, en cambio, terminó acomodándose al estilo fino del colombiano, a su concepto suave y estilizado de la vida y de la lidia. Le robó varias series, pero una voltereta y su mala puntería con la espada, le restaron fuerza a su quehacer y le quitaron el honor de desorejar a un Achury.
También los van a recordar los subalternos. La incomodidad que sintieron los de plata se vio reflejada, a la postre, en una exposición de salidas en falso y sobredosis de capotazos.
Ese desorden de la lidia, el sobrepeso de los toros, la mansedumbre, el estado lamentable del ruedo y la falta de pericia con la espada, explican la pobreza estadística del resultado. En palabras del ganadero al programa de radio Clarín Taurino, “fue una tarde atípica. Cuando los toros no se afianzan bien al pisar y tienen más de media tonelada, tienden a echar la cara arriba; deben afianzarse bien para poder meter la cara”.
Aunque mansa, fue una corrida interesante. A veces es mejor esto que ver conejitos de Energizer perseguir engaños como autómatas, embestir de forma industrial.
Quizás con unos kilos menos el balance de trofeos sería más alto. Ah, pero se perdía el gusto de verlos fortachones pidiendo condiciones y carnet. Para ver figuras estilizadas está Miss Colombia.
El Cid dio dos vueltas al ruedo y le dijo adiós a Cali para siempre. Sin ocultar su tristeza y sin ser cicatero con su sonrisa. Diría Belmonte: uno también se despide como se es.
FICHA DEL FESTEJO
Diciembre 29 de 2019, segunda corrida, cuarto festejo de feria. Un tercio de plaza. Se lidiaron toros de Achury Viejo, serios, bien presentados, broncos y exigentes.
El Cid: saludos y dos vueltas.
Emilio de Justo: oreja y silencio.
Luis Miguel Castrillón: silencio en ambos.
Se despidió como torero en Cali Manuel Jesús “El Cid”.