ENTREVISTA

Castella: “Voy a hacer el toreo, no a defenderme, aunque con estos no sea fácil”


sábado 11 mayo, 2019

El francés afronta esta tarde su reto personal de matar la corrida de Miura en Sevilla consciente de la decisión que ha tomado y de lo que supone, pero también de que no lo necesitaba en absoluto

El francés afronta esta tarde su reto personal de matar la corrida de Miura en Sevilla consciente de la decisión que ha tomado y de lo que supone, pero también de que no lo necesitaba en absoluto

TEXTO: MARCO A. HIERRO / FOTOS: André Viard

Si a Sebastián Castella le dicen hace apenas seis meses que se va a ver en Sevilla matando la corrida de Miura le da un ataque de risa. Si, además, le dicen que va a ser por decisión propia y sin más motivo que el reto personal, la carcajada podría haberse escuchado en la luna. Pero lo cierto es que en un rato José Chacón y Rafael Viotti meterán la mano en un sombrero que contiene dos pupilos de Zahariche con el nombre de Sebastián. Se habría reído, sí, pero al final es torero y está acostumbrado a ver cómo cambian las circunstancias -personales y profesionales- y cómo van variando los retos que más te apetecen. Y este es el que le toca hoy.

– Sebastián, torea el encierro de Miura en Sevilla. Parece que si lo hacen otros compañeros figuras está más reconocido que si lo hace Sebastián Castella. Es como si estuviera obligado a ello…

– No me he parado a pensar eso ni me choca si pasa. Si lo hago es porque lo decido yo y es un reto muy personal y muy fuerte. Lo hago con gusto. Esa es una de las cosas clave de cuando tomas una decisión. Es una forma de evolucionar como torero para mí. No ha entrado nunca en mis planes, pero a lo largo de una carrera los planes van cambiando y se van viendo de otra forma. Es lo que me apetece ahora mismo. Espero estar a la altura del acontecimiento y así lo tengo claro. Es una forma de crecer como persona, como torero y de seguir madurando y aprendiendo. No entraba en mis planes porque no es una forma de lidia en el toreo que me llena, pero a lo largo de la historia todos los toreros lo han hecho y han toreado toda clase de ganaderías.

Los toros, hoy en día, son más grandes que nunca, por lo que es cierto que es difícil hacer un toreo sentido y quedarse cerca. No es el toreo que se le tiene que hacer a esos toros, por eso es un reto para mí, porque soy un torero que me gusta quedarme en el sitio, no quedarme en la distancia corta. Me gusta dar un paso entre pase y pase, y eso está claro que el domingo no creo que me lo permitan los toros. Es un reto porque, por mucho que uno se mentalice, cuando llegue el día tiene que ser duro. Por eso, admiro mucho a los compañeros que torean esas ganaderías.

Como periodista, tengo la impresión de que Castella no tiene nada que demostrarle a nadie excepto a sí mismo, ¿no es así? 

– Es muy cierto. Es así. Es una decisión propia. No me han obligado nunca a hacerlo. Aunque debuté en Bilbao con una corrida de Victorino Martín, después no toreé ni una más, con todo el respeto a esas ganaderías. Ahora, tras casi veinte años de alternativa, soy el que decido y el que lo quiero hacer. Sé que lo voy a pasar muy mal, porque el día de los seis toros de Adolfo en Nimes fue el día que peor lo pasé, ya que no fui capaz de digerir ni un vaso de agua, pero los días previos no tenía presión. Ahora le estoy dando muchas vueltas a la corrida de Miura. Es un día muy importante, no es la tarde clave, pero siendo Sevilla y siendo esa ganadería, sé que mucha gente de Francia bajará a verme con esa corrida. El otro día venía en el avión de Aguascalientes y se me acercó una persona para decirme que venía expresamente a verme… también con la de Cuvillo, me dijo, pero también con la otra.

La impresión que tengo es que la mentalización está siendo absolutamente férrea por saber lo que ha apostado y lo que se juega. No es la primera vez que lo hace. Por eso decía al principio que parecía que no se le daba la importancia que merece lo que hace. Es usted figura y tiene el privilegio de elegir lo que mata, pero decide exponerse. ¿Cree que se le valora lo suficiente?

– Si no lo quieren reconocer muchos no pasa nada. Pero otros muchos sí lo reconocen. Aunque no se diga.

Cuando se anuncia con la de Adolfo en Madrid, le sopló ocho naturales de bandera y casi nadie lo cantó. Eso debe frustrar, ¿no?

– En el momento y en los días siguientes, no lo quisieron cantar, aunque sí lo vieron. Eso es pasado y no le doy mayor importancia. Es un reto personal y sé que al final todo tiene su recompensa. A mí las sensaciones personales que tengo son las que me llenan.

¿Cómo se está preparando?

– Estoy en la finca, preparándome igual que mis compromisos fuertes. No estoy viajando y lo estoy haciendo como siempre, no cambiando nada de mi rutina. Soy consciente que no es una tarde para cuajar un triunfo grandioso. Nunca se sabe qué puede pasar, pero espero estar a la altura y ser capaz de lidiar esa corrida como se debe hacer. A lo que voy es a intentar hacer el toreo, no a defenderme, porque es mi concepto, pero sé que no será nada fácil.

Hay que recordar que cuando los profesionales deciden hacer una gesta así, aunque muchas veces lo olviden tan a menudo, existe el miedo físico. Te estás jugando la vida y, además, lo haces mientras exploras tu tauromaquia. Esa simbiosis debería valorarse mucho por parte de la afición, supongo.

– El aficionado lo valora, y Sevilla más todavía por la sensibilidad que tiene. Ahora hay que llegar y tiene que pasar. Ese día descubriré muchas cosas. La vida te la juegas, aunque parezca un tópico, pero es muy cierto. En pocos años hemos perdido varios toreros, uno de ellos amigo mío. Eso está claro y esa es una realidad, pero parece que la gente ya no se acuerda por lo volátil que esto es en esta vida. Es cierto que pagan 50 euros por una entrada y tienen el derecho a exigir, pero que no se olviden que nosotros nos jugamos la vida y también somos humanos a la vez que tenemos que dar un espectáculo. Tengo ganas de que llegue el domingo, porque es una forma de crecer y eso sé que me ayudará para crecer en las demás corridas.

Esperemos que tras el domingo no me diga que no lo volverá a hacer más…

– (Una carcajada sincera distiende la conversación). Cuando pasó lo de Adolfo en Madrid dije que ni una más… y luego me encerré con seis toros. Y ese día fue la tarde más importante de mi vida. Le hice a cada toro lo que había que hacerle, exponiendo en el caballo.

Fue la dimensión de torero que dio...

– Exacto, y eso es lo que espero sacar el domingo. El triunfo es lo más bonito y es el culmen, pero dar la sensación de poder y torería es una cosa muy importante. Esos toros no te dejan expresarte del todo estéticamente, por eso valoro mucho a los toreros que se ponen delante de esos toros. Para mí, como torero y como aficionado, es lo que me gusta.

Otra cosa que no podemos olvidar es que, cuando pase el domingo y haya triunfado, habrá tres corridas que le esperan en Madrid. No depende nada de esa tarde, si no es que puede hacer historia, ¿no?

– Sí, estoy feliz por ello. Estoy contentísimo porque es mi vida, y sin esos miedos ni retos yo no podría vivir. Hay toreros que les gusta más esta responsabilidad que otros, y yo soy uno de ellos.