VILLASECA DE LA SAGRA

La Sagra vive apasionada lo insólito de Miguel Polope


domingo 30 junio, 2019

Una faena de las que dejan huella en la afición fue la que el joven construyó, con plena personalidad, para hacerse con el Alfarero de Plata. Las buenas formas de Solalito también destacaron.

Una faena de las que dejan huella en la afición fue la que el joven construyó, con plena personalidad, para hacerse con el Alfarero de Plata. Las buenas formas de Solalito también destacaron.

JAVIER FERNÁNDEZ-CABALLERO / Foto: Juan Carlos Maestre

Llegaba, en la tarde de este domingo, la final del Certamen de novilladas sin picadores “Alfarero de Plata” de la localidad toledana de Villaseca de la Sagra. Hacían el paseíllo González-Écija, Jordi Pérez “El Niño de las Monjas”, Miguel Polope, Villita, Sebastián Marín y Solalito con novillos de Hermanos Sánchez de León.

Despaciosa fue la larga cambiada de rodillas que le recetó González Écija al primero de salida, un animal que ya iba con la lengua fuera antes incluso del tercio de banderillas. Tras un duelo de quites por gaoneras y tafalleras. Supo aprovechar la fijeza del animal por ambos lados, lidiando en la contraquerencia a un animal que quería mantener el tipo y la calidad ante los trazos del joven, pero que el defecto del poder no le hizo romper del todo. Finalizó por ayudados por alto con buen gusto en el trazo. Voluntad del novillero, que mató de media tendida y trasera que escupió, de cuatro pinchazos y descabello. Ovación. 

Al portón de los sustos se fue a saludar al segundo de la tarde, un animal que no fue fácil de lidiar y que cuando le propuso el toreo el valenciano pegaba un derrote muy seco en el momento del embroque. Aún así, sacó agallas el joven para tragar quina y pasaportar por el derecho al de Sánchez de León, dejando por ese pitón muletazos de mano baja de mucho mérito. Se tiró de rodillas el joven en el final de la faena, conectando mucho con el tendido en ese momento. El fallo con la espada evitó el premio. Silencio tras aviso. 

Aunque no fueron de máximo calado las verónicas y chicuelinas de Miguel Polope al tercero, si lo fue el tremendo inicio por estatuarios que el joven le sopló a la calidad del animal. Parsimonia, mano baja, hombro caído y plena estética tuvo el toreo por la derecha del joven, que aprovechó la calidad humillada y noble del novillo para gustarse muchísimo. Acertó en terrenos, en distancias y en toques un joven cuya actitud llegó con fuerza arriba. Quietísimo se quedó Polope en el final de la faena también por estatuarios, recreandose en su concepto y matando de soberbio estoconazo. El palco ninguneó la actuación del joven, que dejó una de las faenas más rotundas de la joven historia de esta plaza. Oreja y dos vueltas al ruedo. 

Más incierto era el cuarto novillo, un animal con el que Villita dejó compases gustosos pero sin terminar de conectar por las teclas que tenía su oponente. Animal con tendencia mansa al que el joven toledano tuvo que sujetar en los medios. Falló en repetidas ocasiones con la espada. Silencio. 

«Víbora» llevaba por nombre el quinto, un animal muy suelto ya de salida y con un comportamiento incierto. Brindó el novillo a Jesús Hijosa  y tuvo una papeleta delante, pues fue un animal con movilidad encastada pero sin clase a la hora de aguantar el viaje. No fue nada fácil. Además manseó el los últimos compases. Pasó las de Caín con la espada. Silencio tras dos avisos.

«Jurista II» se llamaba un sexto al que Solalito saludó con verónicas de muy buen trazo, respondiendo por el mismo palo al quite que le realizó Sebastián Marín. Puso banderillas a un novillo que seguía manseando durante el trasteo del galo, que tuvo que tener siempre la muleta puesta en la cara del novillo para evitar que saliese suelto. Por circulares fue el final de la faena de un joven resolutivo pero que pinchó al animal para matarlo de estocada entera a la segunda. Palmas tras dos avisos después de fallar con el descabello. 

FICHA DEL FESTEJO

Plaza de toros de Villaseca de la Sagra, Toledo. Novillada sin picadores final del Alfarero de Plata. Media entrada.

Novillos de Hermanos Sánchez de León.

González-Ecija, ovación.

Jordi Pérez “El Niño de las Monjas”, silencio tras aviso.

Miguel Polope, oreja con dos vueltas al ruedo.

Juan José Villa “Villita”, silencio.

Sebastián Marín, silencio tras dos avisos.

“Solalito”, palmas tras dos avisos.