JAVIER FERNÁNDEZ-CABALLERO
Ya en la Feria de San Isidro, el novillero mexicano Diego San Román dio razones de cómo los novilleros tienen que estar en una plaza de primera categoría. Ahora, lo ha vuelto a hacer en la plaza de toros de Pamplona, saliendo a hombros en la novillada que ha abierto la Feria del Toro con el encierro de Pincha.
Enhorabuena.
Gracias.
El triunfo ha tenido gran calado y ha sido muy sonado. Lo esperaba la afición tras tu imagen en San Isidro.
Sí, se vieron las ganas que quiero desarrollar durante toda mi carrera y lo que quiero llegar a conseguir. Fue una tarde muy bonita.
¿Cómo analizarías tu tarde y tu faena de impacto al tercero?
Fue una tarde especial, porque desde que llegué al hotel ya sentía cosas bonitas, sentía buena vibra. En el camino del hotel a la plaza, sentía a mi cuadrilla muy positiva. La gente estuvo muy amable conmigo, y cuando empezó la novillada y vi cómo salieron los dos primeros animales, me vine un poco abajo porque no entendía cómo podrían calar mis ganas. No cuajé al novillo, pero pude mostrar lo que necesitaba.
Ya se te conocía el valor en Nimes el año pasado y luego en Madrid, pero se ha podido ver un torero mucho más allá del valor.
Sí, todo en base a mi valor, que es ahora lo que más tengo que sacar, porque los toros no siempre te permiten estar bien. Cuando un toro te permite torearlo, trato de sacar mis otras armas para que mi oficio se vea así reflejado.
En el conjunto de la tarde, los novillos de tus compañeros no ayudaron, pero tu nombre acaparó toda la tarde.
Una lástima porque a mis compañeros no les valió su lote. El segundo no fue malo pero se vino abajo muy rápido.