JAVIER FERNÁNDEZ-CABALLERO
Una de las corridas más importantes lidiadas en la plaza de toros de Pamplona ha sido la de Victoriano del Río. Junto a los hierros de Cuvillo y La Palmosilla, el hierro madrileño destacó con creces. Hablamos con Pablo del Río.
Hasta cuatro toros hubo de nota que os dejarán satisfechos.
Con los volúmenes, las hechuras, las cornamentas de los toros de Pamplona… es para estar medianamente satisfecho.
Además de toda la polémica que había de días anteriores y también después de los encierros lidiados en los que no llegaba la rotundidad, os dejaría tranquilo dar la talla.
Los miedos de las plazas de primerísimo nivel como Pamplona son así, te dejan sin dormir, y dan tranquilidad si esos puertos salen bien.
¿Cómo analizarías toro a toro los animales más importantes?
El cuarto ha sido uno de nuestros toros de la temporada. Confiábamos en su familia, se le vio enclasado desde el principio. Lo toreó Antonio Ferrera y ver a esas figuras en ese momento tan importante ayuda. El primero de los toros de Juli tenía unas querencias del encierro, pero Julián lo fue encelando para que fuese desarrollando toda la clase. Fue una faena de máxima figura que llegó a captar la atención de las peñas, que es donde se marca el nivel de las peñas. Hay faenas de sombra y faenas de sombra y de sol. Julián toreó como un maestro y añadió a la tauromaquia esos guiños a las peñas que hacen que el nivel suba.
Tras el paso por Sevilla y Madrid, ¿cómo os quedáis? La consolidación del hierro está ahí, pero ¿era el desarrollo de la temporada que esperabais?
Ese es el mayor orgullo que tenemos. La Casa de Misericordia tiene un trato exquisito con todos los ganaderos y el poderle devolver tardes de verdad y bravura nos llena. Es una misión fundamental para nuestro trabajo.
Respecto a la polémica con el encierro, con los bueyes, con todo lo que ha rodeado a la situación, ¿cuál es la opinión de Pablo del Río?
La Casa de Misericordia ha hecho perfecto su trabajo, ha contratado de las mejores paradas de cabestros a nivel nacional. Luego han ido corrigiendo los defectos que haya podido haber. Nosotros entrenamos a los toros para que den el máximo juego y también los cabestros los entrenan, pero es algo que entre los ganaderos y la Casa los corregiremos. La tarde es fundamental, pero también lo es el encierro. El nuestro fue más abierto, el de Cuvillo igual y el de La Palmosilla consiguió carreras muy bonitas. La Casa de Misericordia ha resuelto eso perfectamente.
Es injustificada la criminalización que se ha hecho de la Casa de Misericordia y de la parada de cabestros, una labor que ambos realizan de forma pulcra y lo mejor que pueden. Ha sido un hecho puntual que se ha corregido.
Está claro que la Casa de Misericordia no ha escatimado en esfuerzos. Dos encierros han sido más tapados, pero se solucionó maravillosamente bien.
