Pablo López Rioboo / Fotogalería: Arjona-Pagés
El toreo por vía del sentimiento, de la templanza, de la caricia. Ese toreo que fluye por todo el cuerpo, desde la punta de las zapatillas hasta las yemas de los dedos. Ese toreo en redondo, de cintura partida y corazón caliente. De cabeza fría, de valor y de mesura. Más que torear quizás es mejor decir, hacer el torero. Porque torear de así requiere de unos conceptos definidos. No deja lugar a engaños, a trucos de trileros, porque este tipo de torero exige sinceridad y abandono. Ese abandono que es llave del toreo puro, encajado, muchas veces frágil. El torero perfecto no existe, las imperfecciones le dan belleza a la obra, como a la mujer la arruga.
Ese toreo perfecto del que huye un Urdiales empeñado en dormirse tras cada lance, en soltar muñecas y dejar fluir el toreo. Ese toreo que le viene dado desde que su madre lo trajo al mundo. Tras mucho predicar en el desierto consiguió, a base de pureza, colarse en el corazón del aficionado. Ese que hoy por fin lo vio hacer el toreo en su plaza y salir triunfante. Ya era hora de que le embistiera un toro en Sevilla. Esas embestidas que pudo disfrutar un Manzanares que hoy volvió a mostrar su versión más templada con un primero de Garcigrande con virtudes. Esas virtudes que supo explotar para canalizar en su sedosa muleta la clase de un animal que sacó fondo de bravura. Ese fondo que se le atisba a un Ángel Jimenez aún precoz en su toreo pero que tiene muy claro el camino a seguir. El toreo por la vía del sentimiento, del barroquismo, de la expresión. El torear bonito no le hace justicia, Ángel es mucho más que eso. Su toreo tan frágil como sentido no hace sino reafirmar que la llave para llegar a donde quiere la tiene en su mano. Lo perfecto no va con su concepto, nunca fue de convencionalismos ni clichés baratos que no hacen sino llenarle la cabeza de pájaros.
Así te contamos la corrida toro a toro:
Ovacionado Urdiales con un primero de casi seis años que desarrolló sentido
Acusó los casi seis años de edad el primero de la tarde, un animal hondo y basto que salió orientandose. No se empleó en los capotes para llegar al jaco y hacer una espectacular pelea en varas. Empujó con celo y casta en dos puyazos en los que derribó a ‘Calzaito’. Muy bien Manuel Burgos. Toro que siempre estuvo detrás de la mata, mirando por encima de la esclavina. Toro que te daba coba y se lo guardaba todo dentro. Tuvo mejor condición a derechas. Costoso el de Domingo Hernández, un ejemplar con el que estuvo muy firme Urdiales. Con mejor inicio que final del muletazo este abreplaza, ejemplar que nunca obedeció a los toques. Urdiales tuvo una papeleta. Andarín y gazapón, nunca llegó a romper a galopar. Muy firme y dispuesto el riojano dejó muletazos interesantes cuando lo llevó empapado en la muleta y no le dejó pensar. Le tragó mucho entre pase y pase, todo se lo tuvo que hacer en línea. Siempre toques fuertes y muleta puesta ante un ejemplar que todo lo hizo a media altura. No admitía dudas, toro con cierto sentido. Por el izquierdo siempre se quedó corto. Tras dejar una estocada saludó desde el tercio.
Oreja al temple de Manzanares con el importante segundo de Garcigrande
Toro de gran clase y entrega este segundo de la tarde, un animal que todo lo quiso hacer por abajo. Dejó el alicantino un recibo presidido por la suavidad. Gran tercio de varas por parte de Paco María, siempre toreando a caballo y midiendo al animal en el jaco. Destacó el templado y cadencioso quite de Ángel Jiménez, vertical y componiendo muy bien la figura. Muy elegante todo lo que hizo el astigitano. La media tuvo tersura. Toro con movilidad y entrega, pedía llevarlo siempre enganchado, exigía pulso. Manzanares entendió lo que le pedía el interesante animal de Garcigrande. Le dio siempre sus tiempos, jugó con las alturas. Toro agradecido cuando se le hacian las cosas bien. Se gustó en pases de pecho, alguno de ellos a tres tiempos. Los remates por bajo tuvieron mucho sabor dentro de un trasteo presidido por el temple y las buenas formas. A mayor exigencia más entrega del animal. Por el izquierdo siempre se fue a los vuelos. Toreo de muñecas y cintura partida. Mucho pulso, no hicieron falta toques para fijar la embestida a la muleta. Dejó una tanda de mucha exigencia que le dolió una enormidad al toro. Se afligió y bajó la persiana. Tras una gran estocada en la suerte de recibir se le concedió una oreja.
Saludos para Ángel Jiménez con el manejable tercero
Perdió la oreja Jiménez en el tercero. Un torero que puso en valor a un toro medio de Domingo Hernández. Desigual pero templado fue su saludo a la verónica, para más tarde llevarlo toreramente al caballo. Gran cuadrilla la que lleva el astigitano, muy bien lidiado por Neiro y en el que Chacón saludó montera en mano tras un último par que puso a la gente en pie. El inicio de faena fue de esos que marca la diferencia. Doblones por bajo de mucha suavidad unido a un molinete muy garboso, y uno de la firma pusieron en pie a la Maestranza. Faena de más a menos con dos series iniciales de templado compás, siempre llevándose al animal tras la cadera. Torea con todo el cuerpo y eso se nota. Faena muy bien estructurada ante un toro manejable al que le faltó entrega y que se fue apagando. Le faltaron finales al cuarto, siempre cambiando de ritmo. Le tapó defectos Ángel, poniéndole lo que le faltaba al animal. Gira muy bien la muñeca al final del muletazo, lo que le imprime mucho temple. Faena en la que se gustó en los muletazos accesorios en un trasteo bien acogido por la plaza. Falló en la suerte suprema al primer intento, no estaba el toro en su sitio, aún no le había enseñado la muerte. Tras dejar una estocada traserita saludó desde el tercio.
Urdiales forma un lío y desoreja a un interesante cuarto de Domingo Hernández
Le cortó las dos orejas Urdiales a un interesante toro de Domingo Hernández, un animal que rompió de verdad en la muleta. Faena de pulso y caricia en la que el riojano soltó muñecas para llevar hasta el final a un astado que siempre quiso irse tras los vuelos. Por la derecha acertó en ir exigiendo al animal en muletazos en las que las distancias y la altura fueron claves. Pero lo mejor vino a zurdas, dejó volar la pañosa para regalarle a Sevilla muletazos bellísimos. Muy torero, componiendo siempre la figura. Todo lo hizo con despaciosidad, lentitud y ritmo, mucho ritmo. A mayor despaciosidad más profundidad agarraba el animal. Muleta siempre puesta, esa fue otra de las claves de su labor. A derechas dejó muletazos a media altura de un enorme sabor, el trincherazo fue de cualquier manera. Hubo ciertos altibajos cuando no le cogió la velocidad al de Domingo Hernández. De frente fue su última tanda al natural, sacando el pecho y llevándose al animal tras la cadera con un toro que derramaba su vida para buscar los vuelos. Fueron de uno en uno, pero cada uno mejor que el anterior, todo con un aire a Romero. A pies juntos, siempre presentando los chismes por delante y toreando de fuera hacia adentro. Cintura quebrada, suavidad en el embroque. Faena para paladares exquisitos, para esos que disfrutan del toreo de caricia. No se le podía escapar la puerta grande, se volcó en la suerte suprema para dejar una estocada en todo lo alto. Sevilla estaba entregada. Las dos orejas fueron pedidas de forma unánime.
La firmeza de Manzanares se topa con el complicado quinto
Muy complicado resultó el quinto de la tarde, un animal que siempre estuvo detrás de la mata. Muy dispuesto anduvo Manzanares, primero en la lidia y luego sujetando al animal. Un astado que se guardaba todo dentro y al que le dejó el par de la feria Daniel Duarte. Se asomó al balcón en un segundo para extraordinario. La plaza se puso en pie tras darle Duarte todas las ventajas al animal. Ya en la muleta aprovechó las inercias de un toro con cierto peligro sordo. La clave estuvo en no dejarse enganchar. Muleta en la cara dejando un único pase, ya que si lo soltaba se salía del muletazo, ante un animal que siempre estuvo loco por rajarse. Astado con guasita, de embestida mansa y desordenada. Faena de firmeza y exposición de un Manzanares que no quiso dejarse ganar la pelea. Tras un pinchazo y una media estocada sonó un aviso. Todo fruto de alargarse con el verduguillo. Hubo división de opiniones, lo que no hacía justicia a una labor de entrega sin alaracas.
Ovacionado Ángel Jiménez con el orientado sexto
Una prenda fue el sexto de la tarde, un astado con genio que nunca se empleó. Ya lo marcaban sus hechuras, otro animal que no tenía nada de sevillano en sus hechuras. Astado que siempre embistió a empujones, y que salió de enajas nada más pasar por el caballo. Gran lidia la realizada por Chacón, en la que sobresalió también Neiro con una actuación muy valerosa. Muy firme anduvo en todo momento Ángel, aguantando parones y miradas de un animal orientado. Por el izquierdo topaba. Un toro para andarle por la cara y matarlo. Pero el astigitano quería justificar su inclusión en el cartel, no quería irse de vacío. Apostó por dejarle la muleta en la cara, tratarlo como si fuera bueno, pero el toro se defendía, no daba opción ni a templarlo. Le abrió siempre el muletazo, se fajó con el animal en un cara a cara de gran intensidad. Toro con el que había que estar siempre muy cruzado y llegarle a la cara. Encomiable esfuerzo recompensado con una ovación por parte de la Maestranza tras darle muerte al animal.
FICHA DEL FESTEJO
Plaza de toros de la Real Maestranza de Sevilla. Penúltima del abono de San Miguel. Corrida de toros. Lleno en el aforo permitido en septiembre.
Toros de Garcigrande (2º) y Domingo Hernández. Desigualmente presentados y de juego variado. Corrida voluminosa y con varios toros que acusaron su edad. Con genio y cierto sentido el reservón primero; con ritmo y entrega el interesante segundo; desigual en sus embestidas el noble y manejable tercero; fijo, entregado y de enclasada embestida el buen cuarto; sin ritmo ni entrega el geniudo y desrazado quinto; basto y alto de agujas el complicado y reservón sexto.
Diego Urdiales: Ovación con saludos y dos orejas.
José María Manzanares: Oreja y división tras aviso.
Ángel Jiménez: Ovación con saludos en ambos.
INCIDENCIAS: Macarena Zulueta hizo el paseillo junto a su padre como la primera mujer alguacililla en la historia de la Maestranza. Saludaron José Chacón en el tercero y Daniel Duarte en el quinto.