Javier Fernández-Caballero / Fotogalería: Luis Sánchez Olmedo
Llegaba el día más importante de este final de temporada para Antonio Ferrera, que hacía el paseíllo en solitario en la primera plaza del mundo para despachar un encierro de Adolfo Martín por segunda vez en la presente campaña.
El primero echa la persiana tras una sola serie y Ferrera acorta obra
«Peluquero», de 515 kilos, serio por delante pero escurrido por detrás era el primero de Adolfo, que quiso tomar las telas de Ferrera por abajo pero se quedaba muy corto. Cumplió en la primera vara, de la que lo quitó el torero por delantales y trasera cayó la segunda. Humillaba y tenía calidad, mas no vida el de Adolfo, que administró Ferrera en varias series hasta que empezó a buscarle las zapatillas. Acortó obra y, tras un pinchazo al encuentro y otro hondo, dejó un estocada y un descabello. Silencio.
Ferrera torea al viento en el segundo y le arranca voluntarioso naturales al de Adolfo
Torera fue la media abelmontada que le sopló Ferrera al veleto y serio segundo, de 512 kilos. Buena fue una primera vara en la que el toro se arrancó de lejos, pero tras echar Ferrera incluso al picador de la querencia para propiciar la emoción de la segunda, ésta no fue lucida. Espectacular el tercio de banderillas, especialmente un soberbio par de Fernando Sánchez. Tuvo que torear al fuerte viento Antonio y a terrenos del 4 se llevó al animal, donde rascó al natural y en terrenos cortos lo que tenía el animal. Obra en la que lo más granado llegó al final de ésta, con el animal ya aplomado pero mostrando retazos de calidad. Mató de estocada baja y fue ovacionado tras aviso. Hubo petición no mayoritaria.
Ferrera, silenciado tras despenar sin acierto a un tercero agarrado al piso
Voluntariosas las verónicas de Ferrera al hondo tercero, de 580 kilos, al que intentó dejar de lejos también en el caballo pero no fue posible el lucimiento. Accidentado tercio de banderillas con un animal agarrado al piso, tras el que tuvo que saludar la cuadrilla por el esfuerzo. Agarrado al piso el animal, que no dio opciones de lucimiento. Además falló con el acero el torero. Silencio para Ferrera.
Ferrera navega entre la voluntad frente al soso viaje del cuarto
Sin pena ni gloria los tercios primeros al cuarto, animal soso y deslucido en su viaje y al que había que atacarle con toque fuerte y voz para que entrase, pero carecía de toda emoción su embestida. Navegó Ferrera entre la voluntad frente al animal. Pinchó en el primer encuentro con la tizona y la metió a la segunda, pero marró con el descabello. Silencio tras aviso.
Ferrera exprime al natural por la derecha y por la izquierda la clase entre alfileres del quinto
Escurrido de atrás pero serio por delante fue un quinto al que ya dejó un recibo a la mexicana antes de las verónicas posteriores Ferrera, mostrando en ellas el gran y humillado lado derecho que atisbaba el animal. Enorme Fernando Sánchez en su par de banderillas, ovacionado de nuevo junto a un José Manuel Montoliú que fue volteado de forma aparatosa por el cárdeno. Estuvo cogido entre alfileres un animal que apuntó y no disparó su buen lado derecho, pues se cayó en la primera serie el de Adolfo. Y exprimió Antonio al natural por la derecha y por la izquierda la clase a menos del toro. Intentó matar desde lejos pero pinchó arriba el diestro hasta en dos ocasiones, acertando a la tercera. Palmas tras aviso.
Ferrera tira de voluntad con el manso sexto y pide el sobrero de Pallarés
Protestado por escurrido también el sexto, que no fue bien picado y que dio juego en un tercio de banderillas en el que su hombres debieron saludar, sobre todo tras un último par de poder a poder al hilo de tablas. Le dejó dos series de conexión por voluntad, que no por pulcritud, en el inicio de la obra, pero no tuvo continuidad en el resto de la faena el viaje del de Adolfo, que salía siempre con la cara alta de los embroques y que no fue fácil. Además terminó cantando la gallina y manseando. No le ayudó tampoco a matar el toro, haciéndolo de pinchazo, media que escupió, dos pinchazos más . Silencio tras aviso.
Ferrera deja momentos a ralentí, pasea la oreja del séptimo y pide el segundo sobrero
Arrebatadas las verónicas de Ferrera al séptimo de regalo de Pallarés, de 557 kilos. Tras el tercio de varas, dejó el propio matador un primer par de banderillas en buen sitio, seguidos de también pares de buena ejecución de su cuadrilla titular. Ya en faena, de toreo incluso relajado fue la primera serie por la diestra y una segunda en la que um desdén llegó con fuerza arriba. Menos continuidad tuvo al natural, pero ralentizado tranco regalaba el toro. Destacó un cierre de obra con enjundia. Tras una estocada casi entera de buen efecto paseó la oreja.
FICHA DEL FESTEJO
Plaza de toros de Las Ventas, Madrid. Feria de Otoño, sexta de abono. Corrida de toros.
Toros de Adolfo Martín, serios y con mucha presencia. Y un sobrero de Pallarés que regaló el matador. Humillador pero sin vida el escurrido primero, que acabó tomando sentido. Con cierta calidad apagada la del veleto segundo. Agarrado al piso el hondo tercero. Soso y deslucido el viaje de un cuarto siempre a menos. Cogido entre alfileres un primero que apuntó y no disparó su buen lado derecho. Con la cara alta el pasador y al fina mansurrón sexto. De ralentizada embestida la del séptimo de Pallarés
Antonio Ferrera en solitario: silencio, ovación, silencio, silencio, palmas tras aviso, silencio tras aviso y oreja.
