El torero Paco Ureña será apoderado y representado por el también matador de toros Juan Diego. El acuerdo se ha cerrado este fin de semana y por tiempo indefinido, según ha informado el entorno del torero murciano. Con una quincena de corridas de toros ha finalizado Ureña esta temporada, destacando su doble tarde en el San Isidro de Vistalegre en mayo, y su presencia en ferias como Istres, Mont de Marsan, Castellón, Santander, Albacete, Sevilla y Madrid.
Su último festejo esta campaña acaeció en la localidad murciana de Abarán, en un mano a mano con Rafaelillo, tarde en la que resultó herido. Además de la fractura de la vértebra C4, sufrió la rotura del ligamento lateral interno de la rodilla derecha, junto con un fuerte hematoma de las partes blandas parietal derecho y hematoma intramuscular en deltoides.
Recordamos que Paco Ureña y la Casa Lozano decidieron hace unos días de mutuo acuerdo finalizar su compromiso de apoderamiento.
La dramática cogida que heló el corazón de la afición con la que Ureña cerró temporada
La primera cogida de la citada tarde de Abarán acaeció con el cuarto de la tarde, “Reliquia”. Desplegó lo mejor de su concepto el lorquino, puro y vertical, fue llegando al aficionado cada vez con más fuerza. Cuando más encajado estaba, se vivieron momentos dramáticos cuando fue cogido de mala manera a la altura de la pantorrilla cuando trazaba unas ajustadas manoletinas, volviéndolo a coger cuando se intentaba levantar. Se mantuvo en el ruedo para matar al toro, visiblemente herido. La entrega y la torería de Ureña, fue premiada con los máximos trofeos. dos orejas y rabo que no paseó, al irse directamente a la enfermería.
Salió de la enfermería Paco Ureña para matar al que cerraba la tarde. En el recibo lo volvió a coger el toro con toda la fuerza estrellándolo contra las tablas. Se mascó la tragedia, viviéndose unos momentos dramáticos. Se lo llevaron a la enfermería de nuevo, presentando un golpe fortísimo en el pecho y en la cabeza, sin cornada. Para descartar otras lesiones, fue trasladado al hospital “Virgen de la Arrixaca” de Murcia. Más pendiente de la enfermería que del ruedo, continuó Rafaelillo la lidia para matarlo, siendo silenciado.
