SALAMANCA

El lobo mata becerros en la ganadería de Capea el mismo día que prohíben su caza: "¿Y a ellos quién los protege?"


sábado 6 febrero, 2021

El lobo ha atacado la ganadería de Pedro Gutiérrez "El Niño de la Capea" justo el mismo día que han prohibido su caza, algo que ha servido a la veterana figura del toreo para explotar en RRSS.

El lobo ha atacado la ganadería de Pedro Gutiérrez "El Niño de la Capea" justo el mismo día que han prohibido su caza, algo que ha servido a la veterana figura del toreo para explotar en RRSS.

El lobo ha atacado la ganadería de Pedro Gutiérrez «El Niño de la Capea» justo el mismo día que han prohibido su caza, algo que ha servido a la veterana figura del toreo para explotar a través de las redes sociales tras lo sucedido: «Esta es la realidad del campo. La que los políticos y los medios de comunicación no quieren enseñarnos. Esto es lo que hace el lobo. Lo sufrimos cada día los ganaderos. ¿A estos animales quien los protege? ¿Qué vamos a hacer? Prohibieron la caza del lobo, estamos indefensos ante sus ataques… esto no os da pena? hasta cuando?», denunciaba el ganadero charro. 

Fue el pasado jueves cuando se reunió la comisión estatal de patrimonio natural, que reúne a los directores generales de las comunidades autónomas, y acordó por un estrecho margen aceptar la propuesta de los científicos y del Gobierno de incorporar al lobo en el listado de especies de protección especial. Esto significa que el Gobierno prohibirá la caza del lobo en los próximos meses. Pero, en realidad, ¿en qué afecta esto a los ganaderos de lidia?

Los cánidos producen una serie de estragos importantes en cualquier ganadería (de bravo o no) que habite en una zona en la que hay manadas de este animal. La dificultad que hace que el lobo no pueda acceder a animales silvestres en muchas zonas lleva a este depredador a tener que atacar a animales con menor capacidad de defensa natural, y en este caso, los criados en cercados como el toro bravo son un manjar auténtico para ellos. Lógicamente, no lo hará nunca con una vaca o un toro bravo que puedan defenderse, pero sí con sus crías: aprovechando la debilidad de sus pocos días de vida o incluso que estén recién nacidos y la madre esté cansada del parto para defenderlos, los devoran vivos. 

Por lo tanto, la prohibición de la caza del lobo en zonas con ganaderías de lidia afectará a estos hierros no sólo en pérdidas de ganado, sino en lo más importante (e irrecuperable): en pérdida de genética. Aunque podrán pedir compensación al Gobierno por cada animal que el lobo les mate, lo que no podrán recuperar será precisamente eso, la herencia genética que los animales bravos llevaban consigo.  

Otro claro ejemplo: lo que pasó hace unas semanas en el hierro de Domingo Hernández

La ganadería brava de Domingo Hernández denunció el pasado mes de diciembre la muerte de más de 60 animales por ataques de lobo en 2020 entre becerros y añojas bravas y cerdos ibéricos. Así lo puso entonces de manifiesto en declaraciones a CULTORO el ganadero Domingo Hernández: «Los ataques de lobo se llevan intensificando en nuestra finca desde hace un año y medio aproximadamente. Lo que antes era de forma puntual se ha ido convirtiendo en algo más y más grave», señalaba el joven ganadero charro.

«Antes no sabemos si la manada era más pequeña o que se acercaban menos, pero ahora todo se ha intensificado mucho más y, de tener un par de ataques cada tres meses, hemos pasado a tenerlos a diario»: ASÍ NOS LO CONTABA.