Los lobos continúan protagonizando episodios de ataque a las reses de nuestro campo bravo, confirmando así el grave error que supone prohibir su caza. Después del último ataque, producido en la ganadería de «Los Lastrones», los ganaderos han estallado contra las administraciones públicas demandando soluciones para «una realidad que el mundo no quiere ver».
La ganadería de «Los Lastrones», la última en sufrir un nuevo ataque de lobos
El ganadero Daniel González, de «Los Lastrones», explica con rabia y frustración cómo los lobos han acabado con una becerra recién nacida y también con su madre, que murió unos días después plagada de heridas en su cuerpo por defender a su cría. «Así estamos semana tras semana. Es una pérdida genética y económica insoportable» explica el criador de bravo.
«Ser ganadero y que venga el lobo y en una noche acabe con tus ilusiones de nueve meses y de toda una vida es inaguantable» denuncia. «La vaca estaba destrozada de la paliza que le han pegado, toda la noche bregando con ellos, echaba sangre por la boca y en las heces, estaba reventada por dentro y finalmente ha muerto esta noche, aparte de las heridas que le han causado por el cuerpo. No puedo más» clama el ganadero .
«Necesitamos que las Administraciones Públicas nos ayuden a parar esta sangría»
La situación ha sido recogida y publicada en las redes sociales de la Asociación de Ganaderías de Lidia, que representa a un total de 352 ganaderías de bravo de España, Francia y Portugal. «Esta es la realidad que el mundo no quiere ver, la que hiere la sensibilidad de ese mundo cada vez más frágil y más de mentira, la que soportan día a día nuestros ganaderos viendo cómo sus reses son sometidas a los continuos ataques despiadados de un depredador al que no se le considera peligroso, ni especie cinegética» señalan.
«El lobo campa a sus anchas haciendo lo que sabe hacer, atacar al débil, siempre en manada, y lo hace para comer, pero la culpa no es de él, es del que se sienta en un despacho sin querer saber ni conocer absolutamente nada del comportamiento natural del ecosistema, pero dejen de taparse los ojos, actúen, hagan algo porque las pérdidas económicas y genéticas de los ganaderos son diarias. En esta guerra necesitamos de todos, y sobre todo, que nos escuchen las Administraciones Públicas y que nos ayuden a parar esta sangría» demandan desde la asociación de ganaderos.
