Torrestrella, desde que el mítico Álvaro Domecq y Díez se hiciese con ella en los años 50, ha sido un referente taurino de primerísimo orden. Allí se creó un encaste, han convivido el toro y el caballo, fue un laboratorio para las modernas técnicas de crianza de los animales bravos, una escuela de rejoneo y doma vaquera, y hasta un plató de cine, pero el rey, sin duda, de la casa es el toro bravo. Animal con personalidad que está sufriendo, como todas las ganaderías de bravo, las consecuencias del Covid.
El toro de esta ganadería, por los cruces genéticos entre diferentes encastes, ha llegado a configurar un propio, con condiciones morfológicas propias; y que también se dejan ver dentro del comportamiento que ofrecen las reses en la plaza. La legislación vigente, reconociendo la singularidad de estos toros, lo menciona como uno de los encastes propios derivados de la casta Vistahermosa por la línea de Fernando Parladé.
Hace unos días, los fotógrafos Pablo Ramos (@pabloramosfotografiataurina) e Ivi Martín (@elreytoro1) estuvieron en su finca y fotografiaron los toros que don Álvaro Domecq tiene preparados para lo que depare el 2021. Estas son las imágenes de los míticos toros en las fincas «Los Alburejos» y «El Carrascal», ya que la primera de ellas se vendió a inicios de 2020 y los toros están yendo a la segunda: