EDITORIAL

Las hienas quieren ser pajaritos


jueves 27 mayo, 2021

Los comentarios que sitúan a Garrido y Casas fuera del inmueble de Alcalá van a tener que esperar, al menos, hasta 2023, pero tiene pinta de que será más.

Los comentarios que sitúan a Garrido y Casas fuera del inmueble de Alcalá van a tener que esperar, al menos, hasta 2023, pero tiene pinta de que será más.

Es el palacio que todos desean; el fortín que todo empresario anhela; la llave en cuyo candado hay una serpiente: porque todos quieren prenderla mas sólo a uno conoce el reptil. La de Livinio, la de los Chopera, la de los Lozano, la de Choperita y, ahora, la de Simón y Nautalia. La que ha hecho correr ríos de tinta en redes en los últimos días por una situación que no compete a la empresa; porque era cuestión de tiempo que la presidenta volviese a ganar; era cuestión de tiempo que volviese a haber un festejo y, ahora, es de nuevo cuestión de tiempo que regrese el toreo periódico al templo por excelencia de este rito. 

Pero, siendo tan goloso el bastión y tan suculento el botín, parecen oler la sangre las hienas, convertidas hoy en pajaritos, de esos que antes susurraban en los oídos correctos y ahora sueltan las nuevas -buenas o no- al ventilador que hoy ensucia la opinión pública. Porque decía la teoría de Marshall McLuhan que son tres las funciones fundamentales de los medios de comunicación: informar, formar y entretener. Tenía fe en el ser humano el amigo Marshall, que no previó que no tardarían en buscar, ante todo, influir. Por eso se convirtieron en el cuarto poder. Pero lo que seguro que jamás imaginó McLuhan es que llegasen las Redes Sociales a convertir esa influencia en una guerra de poderes donde lo que menos importa es la verdad. Porque eso no parece otorgar demasiados ‘likes’ y todos, desde los vendedores de motos hasta los políticos -qué parecidos se nos hacen estos oficios- dependemos de esos ‘likes’ para sobrevivir. Y para cambiar de inquilinos en las sedes de los diferentes poderes. Pero ¿y si intentásemos recibirlos diciendo la verdad? O al menos la verdad que a nosotros nos consta.

A nadie le consta que vaya a producirse un cambio en la ‘Moncloa’ del toreo porque la plaza más importante del mundo no saldrá a concurso a corto plazo. Ni a medio nos atreveríamos a decir. La maraña en la que está inmersa -y de la que poco a poco va saliendo- se enmarañaría mucho más con un nuevo concurso y otro actor más a participar en el drama. Sobre todo ahora, que el poder de la presidenta se ha consolidado con rotundidad y la existencia del Centro de Asuntos Taurinos -afortunadamente- ha dejado de peligrar.

Lo que a este medio le consta es que empresa y Comunidad están ya trabajando en una programación para la segunda parte de la temporada 2021 en Madrid. Con la lógica problemática del qué pasará dentro de tres días que este virus lleva consigo, pero con la sensatez, el respeto a la plaza y la seguridad de una mayoría política que permitirá trabajar con la libertad que toda una campaña ha predicado Ayuso.

Y con la esperanza del aforo, si no completo, sí al menos al 75% para una Feria de Otoño que será el final de la primavera del sector tras la tempestad, una primavera que ahora está empezando a brotar. No es cuestión de cantidad; es imposible meter en dos meses todos los festejos que se han perdido en este comienzo de curso; es cuestión de la calidad del espectáculo en Madrid, de la sensatez de que sus ladrillos son la Meca de esta religión y de considerar que Las Ventas es el escaparte mundial de la tauromaquia, para bien y también para mal -no se valoraría tanto este último aspecto si las circunstancias sociales se hubiesen tornado o se tornasen en contra-. Pero las hienas han olido sangre. Lo que no saben es que no es de Simón. Ni de Garrido, aunque las circunstancias y el parón les hiciesen sangrar en su momento hasta la pezuña. Aún siguen vivos para librar la próxima batalla. O las próximas…

Y a partir de ahora, ¿qué? El contrato, que ahora está suspendido, requiere una readaptación a las circunstancias. Empresa y CAM, en contacto directo, deberán firmar el necesario acuerdo contractual para la explotación de la plaza durante las temporadas 2021 y 2022 (al no haber actividad taurina en 2020, la CAM ya acordó con Plaza 1 que el contrato se ampliaría un año más, algo contemplado por la ley en casos excepcionales como el Estado de Alarma).

Sí hay un matiz, sin embargo, que puede apuntarse en el Debe de la gestión del tiempo perdido: se podría haber hecho como Florentino Pérez y haber aprovechado para la ejecución de unas obras aprobadas y presupuestadas en la legislatura anterior. Anterior a Ayuso nos referimos, cuando aquel iluminado de Ángel Garrido se vio con el mando de la Comunidad entre las manos tras la dimisión de Cifuentes y se pegó un tiro en el pie pasándose a Ciudadanos un día antes de presentar las listas electorales. También ese hizo caso de la presencia -y los gemidos grotescos- de las hienas.

Por tanto, la empresa se ha beneficiado de la inactividad de la pasada temporada con una extensión de contrato hasta 2022, porque eso -aunque los ‘juristas’ de smartphone dispuesto no cuenten con ello- formaba parte de los reequilibrios de contrato en una situación como la que estamos atravesando. Y hay muchos millones en juego para que esto se resuelva con una mano de mus. Ni subestimando las estrategias de Simón. Porque ni las hienas vislumbraron, en su momento, su zarpazo en esta plaza.