ALICANTE

El embrujo de Ferrera y las genialidades de Morante para cerrar el homenaje a Manzanares


domingo 27 junio, 2021

Antonio Ferrera -que hacía el paseíllo con los drenajes y las grapas de su cornada de ayer en Badajoz- paseó dos orejas del cuarto; Morante una de peso del quinto y Juan Ortega no tuvo su tarde.

Antonio Ferrera -que hacía el paseíllo con los drenajes y las grapas de su cornada de ayer en Badajoz- paseó dos orejas del cuarto; Morante una de peso del quinto y Juan Ortega no tuvo su tarde.

Concluía, este 27 de junio, la feria que ha homenajeado al maestro José María Manzanares en el 50 aniversario de alternativa con una corrida de Luis Algarra en Alicante. Antonio Ferrera -que hacía el paseíllo con los drenajes y las grapas de su cornada de ayer en Badajoz-, Morante de la Puebla y Juan Ortega estaban acartelados.

Un arrebatado Ferrera le puede a la bruta embestida del primero, pero lo pincha

“Traviato”, nacido en diciembre de 2016, era el primero de la tarde, un animal armónico en el que Ferrera destacó, sobre todo, con una media a pies juntos tras ganarle terreno hacia los medios. Al relance se le fue al caballo el animal, que le empujó al peto con los cuartos traseros.  Comprometido fue el par de Javier Valdeoro en el tercer palitroque, que tuvo que saludar después de que el pitón incluso le llegase a tocar la taleguilla. Al cielo fue el brindis de Ferrera en recuerdo del Maestro Manzanares, hilando una primera serie por el derecho en la que el animal le respondió y, tras ello, prosiguió pudiéndole a la brusca embestida del animal por ambas manos. Mandó callar a la música por la importancia que estaba cogiendo la lidia al complicado animal, al que terminó pudiéndole. Por desgracia, pinchó al de Algarra. Fue ovacionado.

El venido a menos segundo bis de Algarra impide que Morante transmita al tendido

De escándalo fueron tres de las verónicas con las que Morante saludó al segundo, un animal que blandeó en el tercio de varas y que fue devuelto. Del mismo hierro fue el primer sobrero, animal serio para esta plaza y que también mostró esa seriedad en el tercio de varas de Aurelio Cruz, que aguantó la pelea del animal. Midió mucho a los de plata en banderillas, tomando bien el capote de Juan José Trujillo pero esperando mucho a Lili y Sánchez Araujo palitroques en mano. Pero tornó en sosería la condición el animal, que se vino soberanamente a menos y sólo dejó a Morante imprimir detalles por la mano derecha especialmente, pero sin poder ligar las series por la falta de motor del animal. Buena estocada en el sitio y ovación al torero.

Ortega muestra su despaciosidad con el tercero pero escucha los tres avisos

Una caída de costado del segundo en el inicio de faena, animal que también dificultó los dos primeros tercios, mermó la condición del de Algarra. No obstante, Juan Ortega no perdió la fe y a base de paciencia fue construyendo la embestida del animal, al que con toque sutil logró arrancar algún muletazo lucido por la mano diestra. Y atemperó la embestida del animal de una forma sublime y que no caló en el tendido, pero la forma con la que ralentizó el tranco del de Algarra fue, sencillamente, genial, aunque no lo cuajase. No obstante, no logró matar al animal y escuchó los tres avisos.

Brutal Antonio Ferrera ante el cuarto: desoreja a un toro que brindó a la familia Manzanares

Sardo de capa era el cuarto, nacido en octubre de 2016, y segundo del lote de Antonio Ferrera. Tras una larga erguido de recibo, galleó por chicuelinas para llevar al animal al caballo de José María González. Por chicuelinas fue el quite de Ferrera, inspirado. Saludaron José Manuel Montoliú y Fernando Sánchez tras un buen tercio de banderillas. Emotivo fue su brindis a la familia Manzanares, presente en el tendido en la Feria en homenaje a los 50 años de alternativa del maestro: “Formáis parte de mi corazón y de mi alma. Sois la rama de una semilla que creó el toreo como fue vuestro parte, que existirá para siempre en nuestros corazones. Va por vosotros”, le dijo el torero extremeño. Artístico y creativo también el inicio de faena, obra que basó en la mano derecha, por donde consiguió domeñar el tranco y la chispa de un “algarra” que transmitió. Y fue a mejor el animal, al que llevó embebido a media-baja altura, sin obligarle demasiado por la diestra. Zurda en mano, Ferrera también selló naturales de bello trazo, pero fue con su vuelta a la zurda cuando terminó por cuajar al animal en el final de faena. Más de veinte metros dejó Ferrera de distancia para ejecutar la suerte suprema, marrando en la primera ocasión; no obstante, volvió a intentarlo a la segunda de esa peculiar forma y lo consiguió, quedando ésta arriba y desorejando al animal.

Morante embruja ante el quinto de Algarra y le corta una oreja de peso

A una mano saludó Morante al quinto, animal al que dejó su cuadrilla un gran tercio de banderillas. Por ayudados por alto comenzó faena José Antonio al hilo de tablas, sacándose con plena torería al animal a los medios de la plaza y hundiendo al tendido en olés. Extraordinaria la forma con la que toreó a cámara lenta en las siguientes series, acompañando la embestida con su genial concepto. Y siguió brotando la magia: toreo ante el carácter por momentos reservón del animal. Tras un pinchazo que evitó pasear doble premio, metió una estocada y paseó un apéndice de peso.

Juan Ortega, silenciado frente al sexto 

Sin opción alguna Juan Ortega ante el sexto, un animal pasador sin más, soso, a menos, sin transmisión y con el que nada pudo hacer más que recetarle tres soberbias verónicas de salida. No anduvo certero con el acero, cayendo desprendido. Silencio.

FICHA DEL FESTEJO

Plaza de toros de Alicante. Cuarta y última de abono. Corrida de toros. Lleno en el aforo permitido -unas 4.000 personas-. 

Toros de Luis Algarra.

Antonio Ferrera, ovación y dos orejas. 

Morante de la Puebla, ovación y oreja. 

Juan Ortega, silencio tras tres avisos y silencio.