EDITORIAL

Así no se va una figura…


lunes 28 junio, 2021

La carrera de un torero de época no puede -no debe- terminar con un escueto comunicado en su cuenta de Twitter el día antes de torear en Burgos

La carrera de un torero de época no puede -no debe- terminar con un escueto comunicado en su cuenta de Twitter el día antes de torear en Burgos

Hubiéramos esperado una rueda de prensa al final de la temporada. Hubiéramos esperado un acontecimiento multitudinario en el que el mundo del toro le agradeciese los servicios prestados a quien ha sustentado los cimientos de este negocio durante tres décadas. Hubiésemos esperado que el adiós de uno de los toreros más relevantes de la historia hubiese tenido más entidad. Mucha más entidad. Porque la carrera de Enrique Ponce merece una estrella XXL en el Paseo de la Fama del toreo, y no un escueto comunicado en su cuenta de Twitter. Así no se va una figura.

Un tío que ha rivalizado al máximo nivel con César Rincón, con Joselito, con El Juli, con Morante, con Manzanares -padre e hijo-, con Perera, con Dámaso, con Capea y, por supuesto, con José Tomás no puede dejar el toreo por la puerta de atrás. Por eso suponemos un parón repentino y esperamos que no haya detrás algún problema de salud que desconocemos, porque lo cierto es que Enrique está en su hotel en Burgos a la hora de escribir estas líneas y ha sido allí donde ha tomado la decisión. Pero deja abierta la puerta a la vuelta a los ruedos, y este medio espera que eso suceda algún día. Porque lo cierto es que así no se va una figura. 

Enrique Ponce merece algo más que una sorpresa en el final de su carrera. Enrique Ponce, que puede decir con orgullo que el toreo es él por cómo ha transcurrido su trayectoria hasta hoy, no merece una comidilla como la que existe a estas horas en las Redes Sociales, y sí un homenaje multitudinario para que el sistema le dé las gracias a quien ha dejado la vida en velar por su prosperidad -a pesar de que este adiós le hace un roto de buenas dimensiones a las empresas que lo tenían contratado-. Habrán cambiado los tiempos y las costumbres a nuestro alrededor en estas tres décadas de toreo, pero así no se va una figura.

Por eso vamos a esperar en el ruedo a quien en el ruedo debe abandonar el ruedo. Que no se acabe con un tuit la carrera con más fondo de cuantos han comenzado a torear de los 90 para acá. Porque puede atravesar el momento más complicado de su vida en la cara del toro y fuera de ella, pero debemos esperar que esto sea sólo un hasta luego. Porque dirán que el torero hará lo que se le ponga en la cima del cardao, pero así no se va una figura…

Foto: André Viard