Javier Espada
Víctor Barroso, Nacho Torrejón y Marcos Linares trenzaban, en la tarde de este 10 de julio, el paseíllo en la plaza de toros La Sagra de Villaseca para la final del Alfarero de Plata. Se lidiaba un encierro de Montealto.
Barroso traga con el buen primero pero la espada le arruina el premio
Serio de estampa era el «Torero» primero de Montealto, animal al que Víctor Barroso dejó verónicas voluntariosas de recibo, quitando Nacho Torrejón por limpios delantales. Un desastre la lidia del correoso animal en banderillas, astado que le repitió con codicia y humillación en la primera serie al portuense. Y le hizo el toreo largo y embebido Barroso hasta que decidió tirar de ojedismo e impactó por ese palo. Firme en los desplantes entre los pitones del animal. Un pinchazo previo a la estocada evitó el premio. Vuelta al ruedo.
Torrejón exprime a un segundo más parado y saluda ovación
«Veraniego», de diciembre de 2018, era el segundo de la tarde, animal al que Nacho Torrejón recibió a la verónica antes de que quitase con suprema cadencia Linares también por esa suerte. Quiso contestarle por delantales el toledano pero no fue lucido el quite. Saludaron sus hombres de plata tras banderillearlo. Al público fue el brindis del novillero, que se enfrentó a un animal más parado que el anterior y al que le tuvo que buscar las cercanías. Si bien el conjunto de la faena no fue rotundo, sí tuvo momentos de buen toreo aislado. Mató de estocada entera y saludó ovación tras petición.
La inteligencia de Marcos Linares, oreja de mucho peso al tercero
Espectacular la cadencia y buen manejo del capote de Marcos Linares para saludar al serio tercero, de cuerna abierta y de gran volumen. Desde que le abrió los caminos de inicio, Linares tuvo en la cabeza el comportamiento del animal y fue trazando con gusto y mucha personalidad su embestida. A sones de La Concha Flamenca enamoró al tendido por sus capacidades y el desarrollo de su inteligencia delante de la cara del animal. Una estocada contraria evitó el doble premio, quedando éste en un apéndice que paseó al calor de la afición de la Sagra.
Barroso tira de ojedismo ante el cuarto y se tira a matar sin muleta
Más escurrido pero serio para una sin caballos era el cuarto, que Víctor Barroso brindó al tendido. Firme en su propuesta por la diestra, ahondó en la condición del animal por ese lado hasta que decidió tirar de ojedismo y meterse entre los pitones al astado. Mucho valor del gaditano. Incluso se tiró a matar sin muleta, pinchando en el intento y dejando una estocada casi entera efectiva en segundo lugar. Ovación.
Torrejón saca por abajo la calidad del jabonero quinto pero lo pincha
Jabonero y largo era el quinto, otro serio animal de Montealto correoso en los dos primeros tercios, en los que destacó el despacioso quite a la verónica de Marcos Linares. Movilidad mostró en las telas muleteriles de Torrejón en unos primeros compases en los que le dio media altura para que el astado se confiase y, cuando lo hizo, sacó la calidad que llevaba dentro. Si le daba tirones se ponía bruto el de Montealto y, cuanto más le bajaba la mano y con más suave, mejor le respondía. Los pinchazos sucesivos mancharon la obra. Palmas tras aviso.
Linares tira de recursos ante el manso sexto sin fruto
De nuevo en el sexto, el novillo de la jota, sacó Marcos Linares su enorme expresión, pero se topó con un manso de libro al que tuvo que sonsacar en terreno de tablas todo lo que tenía. En un primer pinchazo se hizo daño en un dedo, matando como pudo al astado con el dolor del percance. Ovación.
FICHA DEL FESTEJO
Plaza de toros de Villaseca de la Sagra, Toledo. Quinta novillada del Alfarero de Plata. Final.
Erales de Montealto. Con codicia y humillación repetidora la del buen primero; a menos la condición de un segundo sin mala fe; Con codicia y transmisión también la del buen y serio tercero; repetidor y con noble movilidad el aplaudido cuarto; con calidad que sacó cuando se le trató con suavidad al jabonero quinto; manso de libro el sexto.
Víctor Barroso, vuelta al ruedo y ovación.
Nacho Torrejón, ovación y palmas tras aviso.
Marcos Linares, oreja y ovación tras aviso.
Fotos: Eusebio Sánchez