BÉZIERS (FRANCIA)

El acero arruina una tarde de arrojo y clasicismo de Leal


viernes 13 agosto, 2021

Daniel Luque sella una gran obra al primero, Emilio de Justo se topa con un agrio lote y Juan Leal tira de arrojo y saca un concepto muy clásico con deslucidos toros de Torrealta

Juan Leal

Stéphan Guin / Fotogalería: Muriel Haaz

La localidad francesa de Béziers celebraba, este viernes, la segunda de su abono, un festejo en el que un cartel joven compuesto por Daniel Luque, Emilio de Justo y Juan Leal trenzaba el paseíllo. Se lidiaba una corrida de Torrealta.

El primero era de 510 kilos, castaño claro, bien hecho y astifino, que no se dejó capotear por Luque de salida. No se empleó en el caballo tampoco el de Torrealta. Quitó De Justo por chicuelinas de manos bajas, contestando Luque por el mismo lado. Comenzó faena de forma superior el sevillano, con muletazos a pies juntos por alto sin moverse un ápice y un extraordinario muletazo ante un toro noble y que tenía clase sobre la mano diestra. Cumbre en las cuatro tandas, con un toreo a cámara lenta a diestras. A zurdas el animal embestía por dentro. Remató faena por manoletinas y un espadazo trasero con dos descabellos. Oreja de peso.

En el segundo, De Justo se enfrentó a otro animal alto y astifino. Sufrió enganchones cuando intentó torearlo de capa porque era un animal al que le costaba mucho humillar en los engaños. Tercio discreto de varas en el que el toro no se entregó, quitando Leal por saltilleras ajustadas. En faena, Emilio lo obligó por doblones a un astado que no iba hasta el final del viaje. Toque fuerte del extremeño por el pitón derecho para domeñar a un animal con complicaciones. Mató de espadazo caído y dio vuelta tras petición.

El tercero fue un animal cuesta arriba que no humillaba en el capote de Juan Leal. Cabeceó bajo el peto en los dos encuentros y se lo pensó mucho en los palos antes de arrancarse. Leal puso la plaza boca abajo en los cambiados por la espalda de inicio. Toro al que le faltaba mucha raza, protestaba cuando Leal le bajaba la mano y con el que el torero optó por acortar terrenos. Y el toro lo midió mucho y se paró totalmente. Con los pitones tocando la taleguilla, Juan de dio un soberbio arrimón. Espadazo fulminante y el palco negó la petición de la segunda oreja.

El cuarto toro, de 530 kilos, fue un animal negro, bajo, largo, cuesta arriba y muy frío de salida. Empujó en los dos encuentros pero con violencia. Embistió muy tardo y fue imposible el animal. No pudo haber u a versión artistica del torero pero sí lidiadora. Estuvo muy por encima del animal e hizo un esfuerzo grande, pero encontró grandes dificultades con el acero también. Silencio.

El negro listón quinto tenía 490 kilos. No permitió lucirse a De Justo, que realizó un gran quite por chicuelinas de manos bajas de nuevo, respondiendo Leal por gaoneras. Sufría el de Torrealta una gran falta de raza. Brindó el torero a Castella, nuevo empresario del coso. Se impuso De Justo al animal imponiendo mano baja… pero no rompió la obra a pesar de intentar el toreo puro. Espadazo desprendido y palmas al diestro.

El último toro de la corrida fue un castaño oscuro serio de cara, un animal que nunca salió de los engaños y que se frenó cuando lo hacía. El animal empujó con fuerza sólo sobre un pitón y siempre con la cara alta. Toro complicado durante la lidia. Leal intentó fijar al animal en los medios dominandolo por abajo. Además mostró poca fuerza y raza. En un corte clásico, dejó dos buenas series de naturales con la mano muy baja y media muleta en la arena. Le faltaba mucho recorrido al toro y eso le obligó a acortar distancias a Juan, toreando siempre muy por abaio. Los pitones le tocaron la taleguilla en el final de faena. Muy bien el galo en una faena en dos partes, una primera clásica y una segunda de toreo de cercanías. Perdió los trofeos con los aceros. Cuatro pinchazos y silencio tras aviso.

FICHA DEL FESTEJO

Plaza de toros de Beziers (Francia). Segunda de feria. Corrida de toros. Unas 3.500 personas.

Toros de Torrealta.

Daniel Luque, oreja y silencio.

Emilio de Justo, vuelta y palmas.

Juan Leal, oreja y silencio tras aviso.