Volvió Salvador Vega a los grandes escenarios. Volvió un torero con un toreo único. Y lo hizo en un festejo en el que la autenticidad de los tres conceptos mostrados fue el alma de una corrida que llenó la escena. Más allá de que no llegase el triunfo rotundo: los pedacitos de gloria que fueron los momentos de toreo vertical de Ferrera, el regusto en los naturales de Vega y el estoicismo de Roca Rey significaron mucho para una Malagueta hambrienta de toros desde hacía dos años. Así os contamos el festejo toro a toro:
Ferrera domeña tiempos, terrenos y distancias ante el primero y le pasea un despojo
Una oreja se llevó del primero Antonio Ferrera, un animal serio de estampa, con sus dos putas al cielo y al que domeñó de salida el diestro extremeño a la verónica. Tras el encuentro con el caballo, fue Salvador Vega el que entró en escena para quitar por chicuelinas al animal, mostrando el garbo que su peculiar concepto del toreo lleva consigo. Obra en la que supo estructurar tiempos, terrenos y distancias Ferrera para sacar series limpias y con garbo en ocasiones, sobre todo por la diestra. Mató estocada entera citando desde veinte metros de distancia.
Salvador Vega, cogido en dos ocasiones por el segundo, al que le corta la oreja
Bello de estampa el chorreao segundo, primero del lote de Salvador Vega, al que el diestro malagueño lució con lances de bello trazo a la verónica, recordando el gran gusto que atesora un concepto que hacía años que no se veía en este ruedo. Empujó en el caballo el animal y luego mantuvo ese motor durante la faena de muleta de Vega, que impuso su dominio e incluso se relajó por instantes en las primeras series en redondo. Toreo incluso con garbo, especialmente en los finales de serie. Y esa entrega la pagó con una doble voltereta de la que salió magullado, pero de la que se repuso sin entrar en ese momento a la enfermería. Y tras torear al natural asentado y con pleno gusto tras el doble percance, mató al animal y le paseó un premio.
Roca Rey y su firmeza en los embroques pasean la oreja del tercero
Una oreja se llevó al esportón Roca Rey del tercero, primero de su lote, un animal al que quitó por saltilleras ajustadas y que se movió en el tercio de banderillas. Pero se le vino muy abajo cuando la faena tomó vuelo. Hierático comenzó su obra, con las zapatillas clavadas en la arena malagueña, haciéndole frente a un tornillazo que pegaba al final de cada muletazo a base de paciencia y firmeza en los embroques. Mató de estocada un punto baja y paseó el despojo.
El acero arruina un nuevo premio de un Ferrera inteligente ante el complejo cuarto
Fue ovacionado Antonio Ferrera frente al cuarto, un animal exigente, al que Ferrera le buscó los terrenos adecuados y, a base de tocar las teclas del animal, encontró el toreo. Requería de una lidia limpia, con los toques ecuánimes, con los movimientos justos… y la experiencia de Ferrera supo encontrarle el sitio. Limpieza, sobre todo, fue la tónica de la obra. Pero mató mal, y no pudo pasear otro premio.
Palmas para los buenos naturales Salvador Vega en el quinto marrados con el acero
Palmas escuchó Salvador Vega en el quinto, que mató de media estocada baja tras tres pinchazos. Animal que se vino a menos, y con el que tuvo que porfiar el veterano diestro. Especialmente destacó su toreo al natural, enganchando en la cintura y llevando en redondo el viaje del de Daniel. El fallo con el acero le hizo no tocar pelo.
El sexto capítulo, para olvidar
Se lastimó el sexto en una voltereta y eso condicionó toda la lidia. Además, su condición reservona y mansa hizo que la obra no fructificase. No fue devuelto un animal para el que se pidió el pañuelo verde y Roca Rey lo mató con dignidad. Fue silenciado.
FICHA DEL FESTEJO
Plaza de toros de La Malagueta. Segunda de abono. Corrida de toros. Lleno en el aforo permitido.
Toros de Daniel Ruiz.
Antonio Ferrera -en sustitución de Cayetano-, oreja y ovación.
Salvador Vega, oreja y palmas.
Roca Rey, oreja y silencio.
INCIDENCIAS: Los tres subalternos parearon al primero de la tarde
Fotos: Arjona – Lances de Futuro
