CAMPO BRAVO

Un ganadero abrirá las puertas de su finca en Madrid para que los aficionados vean tentar sus «carasblancas»


viernes 28 enero, 2022

La ganadería madrileña de Bella Lucía abrirá sus puertas a los aficionados el próximo 12 de febrero para un tentadero de sus vacas "caras blancas" a cargo de Miguel Tendero, Gómez del Pilar y los alumnos de la Fundación El Juli.

Caras Blancas
Uno de los "Caras Blancas" de Gómez-Carpio. © Instagram

Las ganaderías de bravo han sido las grandes sufridoras en estos dos años de pandemia. Falta de ayudas por parte de las administraciones, bajada de los precios de los toros, bajada del precio de la carne en los mataderos, subidas de costes y materias primas… un problema que muchas de ellas han llevado en solitario, sin levantar la voz. Y otras, sin embargo, han tomado cartas en el asunto y han buscado soluciones.

Con la temporada dando sus primeros coletazos, hay un ganadero que se resiste a la queja sistemática: se ha puesto manos a la obra y ha ideado una fórmula para, al menos, tener un ingreso extra con el que tirar hacia adelante. Se trata de la vacada de Bellalucía y Caras Blancas, ubicada en la localidad madrileña de Fuentidueña de Tajo. Su ganadero, Julián Gómez-Carpio, ha ideado un plan que al menos lesservirá al corto plazo.

Será el próximo sábado 12 de febrero en la finca Bellalucía en la que se tentarán dos erales de la ganadería de Caras Blancas para los matadores de toros Miguel Tendero y Gómez del Pilar, así como cuatro vacas para cuatro alumnos de la Fundación Julián López ‘El Juli’, todo para que el aficionado se lleve a la boca un día de campo. Para tal evento las plazas serán limitadas, teniendo un coste de 25 euros.

Esta ganadería madrileña ya sacó una curiosa iniciativa la pasada Navidad

Recordemos que esta misma ganadería ya sacó en Navidad una curiosa iniciativa: ponía al servicio del aficionado el poder tener la oportunidad de apadrinar un becerro. Con una aportación económica, ayudas al mantenimiento del animal y a la sostenibilidad de la ganadería y la conservación del medio natural. El apadrinamiento consiste en ofrecer una aportación anual y seguir desde su nacimiento, crecimiento, bautismo a fuego y tienta (en el caso de las hembras) hasta su lidia (en el caso de los machos).