CAMPO BRAVO

La Palmosilla: los sueños cumplidos en 2022 y los retos para una temporada próxima con ocho corridas (y Pamplona y Madrid de nuevo en el horizonte)


sábado 12 noviembre, 2022

Hablamos con Javier Núñez Álvarez sobre el pasado, presente y futuro de uno de los hierros más importantes del campo bravo: el de La Palmosilla.

La Palmosilla
Un serio toro de La Palmosilla. © La Palmosilla

Ya venimos contando los estragos que ha producido la pandemia a los ganaderos de bravo: muchos de ellos se han visto abocados a mandar gran parte de sus reses al matadero, otros a reducir de forma notable su hato de vacas e incluso alguno se ha quitado de en medio debido a los problemas económicos derivados de no poder lidiar ningún animal y los costes diarios que supone mantener una ganadería. Dentro de la amalgama de ganaderías hay en nuestra piel de toros, hay a algunas que la pandemia les obligó a empezar de cero cuando mejor se encontraban, ese es el caso de La Palmosilla, que en 2019 lidió una de sus mejores camadas desde que es ganadero.

Con prácticamente todo vendido para 2020 se encontró como todo aquel trabajo de años se iba por el sumidero. A base de apretarse el cinturón y reajustar costes fue capeando el temporal en dos temporadas nada fáciles para él. Pero la recompensa vino en 2022 de la mano de la vuelta a las grandes ferias con triunfos muy sonados. Su única espinita es no haber vuelto a Sevilla, plaza donde triunfó de forma notable en 2018 y 2019. El resto de encierros han vuelto a colocar a esta ganadería gaditana en el foco tanto de los aficionados como de los toreros y las empresas. Una de las mayores satisfacciones es estar entre los finalistas al Hierro de Oro de RNE.

Por todo ello queríamos hablar con Javier Núñez un amante del toro bravo y un ferviente admirador del toro que cría en su casa. Un ganadero con buen gusto y los pies en el suelo, el cual ha lidiado una de las mejores camadas de la historia de la ganadería: «Ha sido un año notable para nosotros. Veníamos de dos años de no lidiar en la pandemia. La verdad que era una temporada de mucha incertidumbre. Quieras que no, te genera intranquilidad, sentíamos la sensación casi del que está debutando. Aún compromisos muy fuertes: lo de Morante, Pamplona, el toro de la corrida concurso de Madrid, Bilbao, Madrid, Valencia… creo que ha sido una de nuestras temporadas más rotundas».

Palmosilla
Un toro de La Palmosilla de la temporada 2020 que iba a ser destinado a Pamplona. © La Palmosilla

Dentro de un año de grandes noticias para la casa hay varias tardes y toros que le han llenado como ganadero: «Me quedo sobre todo con la progresión de la temporada. Por supuesto, el triunfo de Pamplona marcará un antes y un después en nuestra ganadería, con el reencuentro con Madrid que hacía ocho años que no íbamos a La Ventas creo que han sido las dos satisfacciones más grandes que he tenido como ganadero este año».

En un año tan difícil, con la pandemia aún latente y una subida alarmante de precios el rematar los toros se ha convertido en una autentica prueba de fuego para los ganaderos, esos que tuvieron que revisar bien los números para que estos no supusieran un golpe duro en su cartera: «En algunas corridas de toros podrían haber estado un poco más preparadas, pero el año ha sido de enorme complejidad por los altos costes, rematar a un toro se había convertido en un lujo, Gracias a Dios se ha podido solventar todo de la mejor manera posible y el público ha podido disfrutar con mis toros».

Semental Toro
«Cuentacosas», antiguo semental de la ganadería gaditana de La Palmosilla muerto en 2018. © L. P.

Un año con un balance más que positivo pese a esos problemas derivados de la pandemas y la guerra en Ucrania. La Palmosilla ha vuelto a levantar la mano de cara a un 2023 en el que se ha ganado estar en las ferias: «El balance ha sido muy positivo. En todas las corridas de toros han embestido tres o cuatro animales. Me quedo con la evolución que se le está viendo a la ganadería, en la que están apareciendo sementales nuevos. Estamos viendo en la plaza lo que estábamos viendo en el campo años atrás. Pero aquí uno no se puede dormir: tenemos que mejorar en el tipo de toro, en hechuras, en comportamiento, en regularidad, en seguir afinando la ganadería. Si queremos estar ahí no queda otra, la competencia es feroz, los ganaderos han conseguido criar un toro que ni imaginábamos hace 10 o 15 años».

Por lo tanto, tras un año tan importante el hierro gaditano debe estar presente en las principales ferias de España y Francia, esas donde dio la talla el año pasado, tanto con corridas de gran seriedad como otras más livianas por los cosos donde se anunciaba: «Tenemos el mismo número de toros que el año pasado: unas ocho corridas, un par de novilladas picadas y un par de novilladas sin caballos. Date cuanta que nuestro toro no es de gran alzada y volumen, de ahí que tengamos limitadas las plazas de primera a las que poder ir. Para Madrid hay que esperar a lidiar en Pamplona y ver después lo que haya».

Palmosilla
Un toro de La Palmosilla. © L. P.

La pandemia y sus circunstancias. Hablábamos antes de la reducción de los hierros, a menos vacas menos toros en el futuro y por lo tanto menos costes. Pese a ello en esta casa saben dónde está su límite para tener la ganadería abierta, algo importantísimo para tirar de unas líneas u otras según se necesite: «Nosotros nos movemos alrededor de 300 vacas. Tendré que quitar algunas vacas por rebajar la carga ganadera, sobre todo en este año que el campo está como está, que aquí no ha llovido nada. Nuestro tope por abajo son 250 vacas».

Pese a llover algo en este otoño, más en la zona de Extremadura y Castilla y León, el agua aún no ha caído con la suficiente contundencia como para paliar esa sequía que azota a los ganaderos del sur de la península: «Aquí para que llueva tiene que venir la borrasca del Atlántico, que es la que trae el agua fuerte. No ha llovido desde abril, estamos muy preocupados con este tema».