Agustín Montes es un ganadero de bravo sin pelos en la lengua. Un hombre que vive y siente el toreo a través del rey de la Fiesta hasta lo más profundo. Cumplió su sueño de ser criador de toros de lidia con el hierro de Montealto en los comienzos del siglo XXI tras comprar animales de sangre Domecq vía Luis Algarra y El Ventorrillo, dos hierros que tienen varias de las mejores líneas ganaderas provenientes de Juan Pedro Domecq.
Tras 22 años trabajando por pulir y mejorar su ganadería, ha conseguido hitos importantes que han colocado al hierro madrileño en un lugar importante del escalafón. «Los Vaenes», en el municipio de Navalafuente, y «Montealto», en el de Cabanillas de la Sierra, son sus cuarteles generales; allí da forma Montes a un concepto bien definido de toro, ese que cría a su gusto y semejanza un ganadero honrado, paciente y con las ideas muy claras.
Por todo ello nos citamos con él para hacer ese balance del 2022 y conocer los pasos a seguir en la temporada venidera. Un hierro que se ha asentado en un lugar importante del escalafón de bravo pese a no tener camadas exageradamente largas. Montealto continúa su camino de cara a la consolidación definitiva de un hierro con unas particularidades muy definidas.
Agustín Montes, ganadero de Montealto: «Estoy contento por la temporada, pero no tenemos que bajar la guardia porque las cosas no son fáciles»
Tras dos años de pandemia y un tercero donde parece que la normalidad se hizo presente, el hierro madrileño escapó bien de una temporada compleja en la que la competencia ha sido altísima y entrar en las ferias se ha puesto muy complicado: «Estoy contento de la pasada temporada. Siempre queremos más, pero estoy satisfecho porque las cosas han salido bastante bien. Es la meta que uno busca, pero no tenemos que bajar la guardia porque las cosas no son fáciles y es verdad que la temporada pasada me ha salido bastante bien, pero hay que conseguir que las próximas sean mejores», señala sobre un año en el que ha lidiado en cosos como Madrid, Valencia o Albacete.
Un año en el que hubo cosas muy interesantes dentro de una temporada marcada por la regularidad: «En casi todas las plazas que he lidiado ha habido cosas buenas, distintas pero positivas. No todos los toros son iguales. Por supuesto, en Madrid he salido contento, que es la plaza más exigente y donde mejor se ve el momento de una ganadería. Salieron bien las cosas. En Valencia salí también muy contento, además de Albacete, donde vi cosas interesantes. En plazas menores también funcionó el tema: en San Agustín de Guadalix me indultaron un novillo, saliendo otro extraordinario, y en Moralzarzal el juego también fue interesante con otro novillo que a mi personalmente me encantó. Respecto a la corrida de toros de Bargas, fue muy seria tanto en su presencia como en su comportamiento, salí muy satisfecho también de aquel festejo», comenta.
Sobre el extraordinario novillo lidiado en Moralzarzal: «La ley sirve para indultar delincuentes pero no para indultar a un buen toro»
Una temporada donde Agustín Montes siguió apostando por lidiar novilladas, un tipo de festejo donde se siente muy cómodo y en el que los animales suelen embestirle. Su apuesta este año le salió bien y los resultados están ahí, pero hay un hecho que ocurrió en la Feria taurina de la localidad madrileña de Moralzarzal y que quiere denunciar públicamente: «Hubo novillos de vacas en Valencia. Y en Moralzarzal también, pero los presidentes parecen ser que saben más que los ganaderos. ¿Quién va a tener más interés que un ganadero en que le indulten un toro? Ese novillo nadie sabe lo que vale. Si el público se lo está pidiendo, pues indulte el animal, y si luego el ganadero quiere matarlo, que lo haga», señala sobre lo ocurrido en aquella novillada del mes de septiembre en Moralzarzal sobre un astado lidiado por Víctor Hernández que, a su juicio, mereció ser indultado.
«¿Usted qué sabe del toro más que el ganadero?», le pregunta al presidente. «Pero se abstienen a cómo está hecho el reglamento, y éste podrá decir misa, pero los ganaderos que no lidian en plazas de primera, ¿no tienen derecho a que les salga un novillo extraordinario e indultarlo porque un reglamento así lo diga? Y, sobre todo, apelo a la conciencia de los presidentes. Porque no pasa absolutamente nada. Pero tendremos que seguir así con la ley, que sirve para indultar a los delincuentes, y no para indultar a un buen toro«, sentencia.
Una vez que no sale el pañuelo naranja la frustración es grande: ver como un animal que cumple tus requisitos para padrear no es indultado desgasta mucho al ganadero. Afortunadamente existen otros métodos para perpetuar esa sangre en la ganadería, esa que no es otra que cortarle las turmas al animal para inseminar a las vacas que crea oportuno el ganadero: «No se las corté, porque estaba cabreado y tuve un gran disgusto. Fue un animal excelente, un novillo que reunió las virtudes que busco en un animal. Afortunadamente el padre todavía vive».
Un novillo que tuvo delante a uno de los novilleros del momento, un Víctor Hernández que ha realizado una buena campaña: «Lo cuajó de cabo a rabo en una faena que me llenó como aficionado, pero cogió la espada enseguida. Respecto al indulto, puedo llegar a entender que no le perdonen la vida a un animal en Valencia por el nivel de la plaza, pero no en Moralzarzal. Además, el presidente con su actitud puede crear un altercado público en cualquier momento».
Sin corridas de toros de Montealto para 2023
Por otro lado, expone que su hierro no lidiará corridas de toros en el año 2023, sino que todo se venderá en novilladas: «Serán entre siete y ocho novilladas, porque me las pagan mejor que las corridas de toros. Es sorprendente, pero es así. Así que lidiaré las novilladas, y si no logro vender alguna, la dejaré para corrida para el año siguiente», señala. No obstante, tiene algún toro suelto listo para la Copa Chenel.