El río Árrago, que discurre en dirección noreste-suroeste por el norte de la provincia de Cáceres, pertenece a la cuenca hidrográfica del Tajo. Éste se encarga de separar dos de las fincas que posee el ganadero Victorino Martín en la provincia de Cáceres. Al norte Monteviejo, la primera propiedad de la familia, y al sur San Marcos. Para poder pasar ganado de una finca a otra, Victorino Martín Andrés construyó un puente que servía de paso entre ambas explotaciones, algo que facilitaba el movimiento de ganado.
Debido a la crecida del río, muchas veces el puentes es engullido por la fuerza del agua, siendo muy peligroso transitar por esa zona. Cuando las lluvias cesan el caudal baja y se puede usar como paso entre las dos fincas. Una zona que tiene su historia y donde han sucedido momentos de peligro que pudieron cambiar la historia de esta vacada.
Dos historias que vivió en sus carnes el padre del ganadero y que estuvieron a un tris de acabar en desgracia. Ambas sucedieron hace años, una estando presente padre e hijo y en la otra el vaquero y el mayoral. Dos momentos angustiosos que podemos conocer gracias a el vídeo publicado por la ganadería cacereña.
La primera anécdota que Victorino y su padre recuerda en el río: un accidente con el todoterreno
El primero se vivió durante una crecida del río. «Aquí mi padre y yo tuvimos un accidente y venía el agua por encima del puente, le cubría como medio metro más o menos y en la parte posterior de dicho puente nos caímos los dos al río y justo en medio de la corriente. La verdad es que las pasamos un poco canutas, más si cabe al no saber nadar mi padre. Gracias a Dios esta la contamos». Por fortuna no pasó a mayores.
La segunda anécdota, más grave aún: el toro Hospiciano cogió a su padre en este río
Pero años antes la tragedia sobrevoló esta finca, un semental de la casa corneaba gravemente a Victorino Martín hace ya más de 50 años. «Estamos muy cerca del puente junto al río Árrago. El semental Hospiciano estaba metido y refugiado entre la maleza debido a una pelea con sus hermanos. Entonces había un pescador al otro lado del río que les avisó de la presencia del toro a mi padre y al mayoral, pero estos no se enteraban, se arrimaron, entonces vio mi padre moverse la maleza y vino la paliza. El toro hizo por él y lo lanzó varias veces por el aire. Sin saber nadar se metió en el río y ahí despistó al toro», comentaba el propio Victorino.
«La verdad es que estuvo muy mal, prácticamente se salvó de milagro. Eso fue en dos de junio del año 68, fecha en que ‘Hospiciano’ estuvo a punto de matar a Victorino Martín, gracias a Dios no fue así y mi padre se recuperó de aquel percance y se convirtió en un referente mundial como ganadero», concluía su relato Victorino Martín.