Con la temporada recién finalizada es hora de hacer balance, de hablar con ganaderos, toreros y empresarios para que nos den su visión de este 2022 y del año que viene por delante. Hoy es el turno de Antonio Rubio, ganadero de Peñajara, un hombre que hace unos años tomó el timón de esta prestigiosa ganadería para intentar volver a darle ese impulso que necesitaba.
El agua ha dado una tregua tras unos días en los que ha empezado a teñir algunas zonas de nuestra piel de toro de ese manto verde. Es cierto que el suelo se ha quedado con gran parte de esas lluvias tras la sequía, quedando parduzcas gran parte de las dehesas. Otras como las toledanas y extremeñas, más tempranas y agradecidas ya empiezan a verdear.
Un año, el venidero, que siempre ilusiona a los ganaderos. Los nuevos productos andan rematándose de cara a 2023, poco a poco el utrero toma cuerpo de cuatreño, las peleas por el poder se acrecientan, mientras que el ganadero ya sueña con lo que vendrá: «El 2023 se prevé con muchísima ilusión. Gracias a Dios, la ganadería está teniendo éxitos. Puede ser un año muy interesante, con mucha expectación para Peñajara. Se están poniendo en contacto conmigo Ferias muy importantes y nos podrá ver la afición en plazas de primera. Estamos preparando corridas de toros para sitios importantes: Peñajara tiene mucha aceptación en Francia y han venido a ver toros, al igual que la empresa de Madrid y estamos en negociaciones».
«El 2022 ha sido muy importante para Peñajara»
Pero no podemos hablar de 2023 sin echar una mirada atrás y fijarnos en un 2022 que ha tenido cosas muy positivas para este hierro extremeño: «La verdad que la temporada pasada ha sido muy importante para nosotros, nos hemos llevado varios premios y ha sido muy positiva y muy reivindicativa. Ha habido toros muy importantes, como el de Cenicientos; en San Agustín de Guadalix hicimos un desafío muy parejo, peleando mucho en el caballo. Pero especialmente el toro de Cenicientos me gustó mucho».
Una ganadería con un fenotipo y genotipo muy especial. Hierro legendario que busca encontrar de nuevo la senda que le lleve a las ferias, y eso únicamente se consigo con buena dosis de trabajo, fe y perseverancia: «Morfológicamente, el toro de Peñajara es muy conocido, porque es un animal hondo, con trapío, musculado, bajo… y en comportamiento ya se está viendo. Buscamos un ejemplar con mucha transmisión, que haga una pelea en varas y que a la vez tenga una cualidad para conformar arte en el último tercio. Poco a poco, conformamos caracteres».
Ese sueño de entrar en las ferias siempre está ahí, pero hay una plaza por encima de todas, esa en la que todo ganadero quiere estar y que puede servirle de trampolín de cara al resto de plazas. Madrid está al alcance, se toca con los dedos: «Ese sueño cada vez lo veo más cerca. Estoy deseando medirme con las ganaderías actuales y que el hierro demuestre en el estado en el que está. Las Ventas es un sueño, pero también una gran responsabilidad».
La Casta Jijona, baluarte de esta casa
Una ganadería con una sangre muy especial, la cual fue refrescada con simiente de Baltasar Ibán hace unos años. Pero su origen oriundo aún se nota en los animales, ese que les da una personalidad especial a los toros: «Queda mucho. Yo defiendo la Casta Jijona, igual que las raíces que tenemos de Contreras por Baltasar Ibán. Que yo sepa, es la única que tiene esta sangre Jijona contrastada en un análisis. Sobre mis hombros recae esa responsabilidad histórica: es la única ganadería que tiene un premio a mejor corrida en San Isidro y que no le cortaron ningún apéndice los toreros. Tiene mucha personalidad«.
FOTOGALERÍA: PABLO RAMOS
