CAMPO BRAVO

Alarma en la ganadería de bravo: no hay toros suficientes para 2023 y los veedores se apresuran en cerrar las corridas


lunes 21 noviembre, 2022

El toro de primera mengua en su número y los veedores se afanan en adelantarse a sus colegas, una estrategia que está adelantando los plazos a la hora de adquirir los animales para las distintas ferias del año 2023.

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Toro en una finca en pleno invierno en una imagen de archivo. © Pablo Ramos

Tras la finalización de la temporada taurina, el foco se pone ahora en el campo bravo. Son días en los que los veedores de las principales plazas se ponen manos a la obra para cerrar las ganaderías que coparán las ferias de cara a la campaña 2023. Como si de una tensa calma se tratara, el campo bravo vive con expectación estos momentos previos al frenesí de salidas y entradas de veedores en las distintas fincas. Previo al comienzo de llamadas y visitas al campo, los ganaderos preparan con mimo a sus animales aún sabiendo del alto coste que esto tiene para ellos.

Como llevamos contando desde hace días en este portal, un gran número de ganaderos están ya con sus toros prácticamente ‘colocados’ de cara a la temporada venidera. De hecho, Cultoro ha tenido acceso a datos que corroboran que el censo de toros para 2023 ha bajado de forma importante y los veedores de empresas grandes ya tienen reseñadas todas las camadas de toros para la próxima temporada.

Hay que tener en cuenta también que 2023 es año de elecciones municipales y autonómicas en España, una razón más que obliga a reseñar animales y a planificar la temporada con celeridad ya que muchos Ayuntamientos pretenden ‘cerrar’ el grueso de sus fiestas independientemente de lo que ocurra en las urnas. Este es uno de los temas que ha producido un adelanto en los tiempos a la hora de reseñar corridas o novilladas: ningún alcalde quiere quedarse sin toros en su municipio de cara al año que viene.

Por tanto, tanto las comisiones como los veedores de toreros y empresas privadas se afanan en ser los primeros en reseñar los animales que encajen en su prototipo de toros. Valencia ya ha dado un par de vueltas al campo bravo, siendo la divisa de Álvaro Núñez una de las escogidas para el ciclo fallero. Sevilla ya ha peinado el campo y tiene vistas todas las corridas para su abono de 2023. Como grandes conocedores de este mundo, reseñan los toros de los hierros que tienen apuntados en rojo, mientras que no le quitan el ojo a otras de las que pudieran echar mano en un momento dado.

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Más toros en una imagen de archivo. © Pablo Ramos

Pero este año todo ha venido antes: la carestía de toros para determinadas plazas hace que la competencia por adquirir determinados animales sea una batalla sin cuartel, algo que debe incidir en una subida de precios por parte de los ganaderos que tienen en su poder ese Santo Grial llamado toro de plaza de primera. Está claro que el animal de Sevilla no se debe lidiar en Madrid, ni el de Bilbao en Málaga por mucho que algunos aficionados pidan el ‘toro’ en estas plazas.

Esa tensa calma puede tornarse en marejada en el campo bravo. Los nervios pueden aparecer por la falta de determinados animales, esos que la pandemia se llevó con la reducción de unas camadas que se adaptaban a la situación que iba a vivir el sector. El toro de primera mengua en su número, pero las plazas siguen programando un número similar de festejos, por lo tanto, el ganadero tiene en su mano defender con más ahínco el valor de sus animales, esos que en época de excedente ya se encargaron los empresarios de igualar a la baja.

Ahora existe otra pregunta: ¿Bajará el trapío del toro por la falta de animales para las plazas de primera? ¿O, por el contrario éstas se reducirán para adaptarse a la situación actual? En el campo los ganaderos son conscientes de esta situación, según el estatus que tenga cada uno unos podrán salir a ganar el partido, otros a empatar y muchos a intentar perder por la mínima, por eso urge una cumbre del sector para reorganizar completamente el rumbo de la tauromaquia, que ya no soporta los números en los que se ha estado moviendo en los últimos tres lustros.