AL SUR DEL CIELO

Borja Jiménez y la oportunidad que le debe el toreo


lunes 28 noviembre, 2022

Ahora Borja Jiménez ve un rayo de luz al final del túnel, su nombre suena por los mentideros taurinos. La pregunta es por qué el toreo ha tardado tanto tiempo en darse cuenta.

Borja Jimenez
Borja Jiménez sale de Las Ventas. © L. V.

Son muchos los llamados y pocos los elegidos. Esa es una cita que casa como anillo al dedo con el mundo del toro, en el que el abanico de posibles figuras acaba contándose con los dedos de una mano tras ir cayendo uno a uno como fichas de dominó, esas que por h o por b se quedaron a las puertas de conseguir aquello que anhelaban.

Pero tienen que existir esas oportunidades, ese ir de la mano para encontrar un objetivo común. Duele, y mucho, ver como un ramillete de toreros con las posibilidades innatas y las balas aún en la muesca del revolver se ven relegados al banquillo sin saber nadie muy bien las causas. Pero ¿realmente las sabemos? ¿O no nos atrevemos a decir cuales son, porque en el toreo todos nos conocemos las caras y sabemos de qué pie cojea cada uno?

En estos últimos lustros se le ha dado la espalda a esos apoderados independientes que han sido esenciales en la historia del toreo, se les ha orillado y marcado como si fueran realmente los culpables de la situación que vivía el toreo. Las casas grandes se han comido a ese apoderado que luchaba por su toreo a capa y espada porque sabía que la recompensa vendría más tarde que pronto. Ahora un torero necesita arrimarse a una casa grande para poder torear, aunque sea para llevarse las migajas que quedan en los pueblos, es eso o tomar un camino que únicamente conduce a fallarse a sí mismo y a su profesión, porque ya se ha encargado el sistema de quitarle la ilusión al apoderado independiente.

El nombre que hoy nos ocupa nos lleva a Espartinas, una tierra del Aljarafe sevillano donde se respira tauromaquia por los cuatro costados pese a la tiranía antitaurina que emana de su ayuntamiento. Allí vive una familia que por suerte o por desgracia tiene a dos hijos toreros, dos jóvenes que pese a los vaivenes del tiempo no pierden la fe en ellos mismos. Javier es el mayor, Borja el pequeño. Uno con una Puerta Grande de Madrid a sus espaldas, el otro con una del Príncipe, ¡ahí es ná! bien orgullosos tienen que estar en casa.

Decía Juan José Padilla que el sufrimiento es parte de la gloria, como se dice por el sur, pasarlas canutas, y de eso el jerezano sabe bastante. Por todo ello el menor de los Jiménez ha sido capaz de serle fiel a su concepto, ese que tiene en la naturalidad y la suavidad la llave para llegar al aficionado. Un torero que busca la calidad y pureza en cada muletazo, el cual tiene a su hermano como espejo y a la familia Espartaco como referente.

Borja
Jiménez, a hombros por la Puerta del Príncipe.

En silencio, sin una queja, sin reprocharle nada al de enfrente trabaja un Borja Jiménez al que el toreo le debe esa oportunidad que lleva años ganándose. Es inconcebible que tras tomar la alternativa en 2015 no se le haya dado la oportunidad de confirmar alternativa en Madrid. Dicen que en el toreo falta paciencia y memoria, yo creo que más que eso falta afición, porque sino no se entiende el vacío que ha sufrido un torero que tiene todas las condiciones del mundo para abrirse camino y que únicamente ha encontrado. oportunidades en su plaza, esa que el año pasado supo ver la evolución de un torero al que aún no se le ve techo.

Un torero que tiene uno de los currículums más importantes como novillero y que tuvo su cénit en aquella historia tarde de Sevilla, amén de actuaciones serias y firmes en Madrid, Pamplona y cosos franceses. Esa carrera que parecía despegar con una alternativa de lujo en su plaza de manos de Espartaco y Manzanares pero que -como tantas veces- quedó sin el respaldo de más fechas. Una travesía por el desierto que lleva alargándose demasiado tiempo y que ahora tras una dura pandemia parece que va llegando a su fin.

Ahora Borja ve un rayo de luz al final del túnel, su nombre suena por los mentideros taurinos, y la bomba puede saltar en cualquier momento. Es el año de ver recompensado tanto esfuerzo con su debut como matador de toros en Madrid. Parece que es el momento, la pregunta es ¿por qué han tardado tanto tiempo en darse cuenta? Cosas del toreo, esas que muchas veces no tienen explicación.