CAMPO BRAVO

El peligro de un toro bravo: así embistió un astado de Yerbabuena al equipo de ‘Toros para Todos’ mientras grababa un reportaje


miércoles 9 noviembre, 2022

Es crucial tener una buena parada de bueyes, ya que son los más indicados para arropar a los animales y calmarlos en situaciones complicadas como la que se topó este equipo de 'Toros para Todos' en la ganadería sevillana de Yerbabuena.

Toro
Un toro bravo enfundado en una imagen de archivo. © Pablo Ramos

El toro bravo en el campo es un animal imprevisible, y eso lo saben bien los ganaderos y mayorales. Hoy rescatamos un vídeo emitido por los compañeros del programa ‘Toros para Todos’, de Canal Sur, filmado en la ganadería sevillana de Yebabuena. Se trata de un astado que hay que llevar a los corrales para enfundarlo, una labor nada fácil debido al comportamiento de un astado que se niega a ir por donde le mandan.

Un ejemplar espectacular con muy buena reata y nombre ‘Informal’ y que, debido a su buena familia, va a ser tentado como semental. El toro está en el cerrado junto a sus compañeros de camada y hay que separarlo, llevarlo a corrales y en el cajón de curas enfundar los pitones para así poder torearlo a puerta cerrada. Existe un gran peligro para el mayoral, ya que el toro está en batalla y requiere del arropo de los bueyes para tranquilizarlo.

Una vez que el toro se queda solo es imprevisible, de ahí que sea necesaria la pericia del mayoral y el valor del caballo para meterlo en la zona de corrales donde las dimensiones se acortan. Una vez ahí, habrá que tener mucho cuidado para que el animal no se dañe. El toro solo en corrales también es muy peligroso: está enfadado y se puede arrancar en cualquier momento, por lo que es imprescindible mantener la distancia y no perderle la cara.

Asombra la valentía y pericia del mayoral para ir convenciendo al animal y que éste no derrote contra ninguna de las puertas; al hacerlo podría partirse los pitones o incluso matarse en el intento si el golpe es muy fuerte. Una vez dentro del cajón se le inmoviliza, se le tapa los ojos y se procede a enfundarlo, una técnica que requiere de mucho oficio y paciencia por parte del mayoral.

Una vez terminada esta labor, el toro sigue inquieto, enfadado y arremete contra los bueyes, poniendo en serio riesgo la integridad de éstos pese a no tener las puntas al aire. La fuerza con la que puede arremeter un toro de este tipo puede acabar dañando seriamente a los mansos que lo arropan. Con el animal algo más relajado se le abre la puerta que le conduce a uno de los cercados que hay junto a los corrales, allí volverán a bajar las revoluciones en un entorno que le es familiar.

Las cámaras de ‘Toros para Todos’, también testigos de otro momento de peligro en Peñajara

Pero no es el único momento donde se ha jugado el físico uno de los vaqueros o mayorales de la ganadería y han sido testigo las cámaras de ‘Toros para Todos’. En la vacada de Peñajara vivieron un momento parecido con uno de los toros de saca. El astado colorado no quería correr volviéndose sobre sus pasos y poniendo en serio riesgo la integridad de aquellos que iban en el 4×4. Un astado de esta magnitud puede hacer volcar sin problemas un vehículo de este tamaño.

Por suerte los vaqueros y mayorales conocen las querencias de los animales, de ahí que en muchas ocasiones les dejen salirse del redil para evitar que se calienten en exceso. Para ello es importantísimo tener una buena parada de bueyes, ya que son los indicados para arropar a los animales y calmarlos en situaciones así. A fuerza bruta nunca se le gana al toro bravo, algo que si se consigue con inteligencia.