La pasada semana, Juan Ortega fue el protagonista principal de las tertulias de la Asociación El Toro de Madrid. En una distendida charla, se repasó la carrera del torero sevillano, así como su tipo de toreo y lo que se espera de el en este 2022 y en un futuro a corto y medio plazo. Todo fue por la vía de la cordialidad y del respeto, como no podía ser de otra forma.
Se vio cómodo a Ortega en todo momento, un torero que no esquivó ninguna pregunta por parte de los intervinientes. Pero la gente quería saber por propia boca de Juan como veía a Pablo Aguado, torero también sevillano que durante la pasada temporada trenzó el paseíllo en varias ocasiones junto a él. Ambos en este 2022 también se verán las caras en muchos carteles. Y la pregunta surgió, un aficionado le cuestionó a Ortega sobre su paisano.
«Muy buenas tardes, maestro. Coincidió usted en el lanzamiento junto a otro torero sevillano como es Pablo Aguado, con la diferencia que su irrupción fue más fulgurante, es decir, no estuvo tanto tiempo en el banquillo como usted. Por eso me gustaría preguntarle ¿Qué cree usted que tiene Pablo Aguado que le falta a Juan Ortega? O viceversa claro. Yo si me deja creo que Aguado es un torero más geométrico, más vertical, más rígido, con un sentido del temple fuera de toda duda, mientras que usted es más flexible. Muchas gracias», le preguntaba el aficionado. Y esta era la respuesta de Juan Ortega;
«Indudablemente yo tengo cosas que Pablo no tiene, así como Pablo otras que yo no tengo, eso es así, y negarlo sería estar faltando a la Verdad. Por otro lado le doy gracias a Dios porque así sea, ya que si fuéramos iguales daría igual ponerlo a él que a mí en los carteles», comentó Ortega.
«Yo no tengo relación con Pablo pero por lo que yo le observo yo creo que él es un torero que persigue mucho algo tan antinatural como como es la naturalidad delante de los toros. Usted dice que yo la busco, pero a él le preocupa, le obsesiona más, me da la sensación. Hay veces que lo ves delante de un toro y parece que se está tomando un café en la barra de un bar; esa colocación vertical en sus formas, esa ausencia de brusquedad. A mí sin embargo, aún buscando esa naturalidad, no me llena tanto. Me gustan las cosas más profundas, las que duelen, entonces creo que ahí nos diferenciamos. Buscamos cosas distintas gracias a Dios», acabó respondiendo el sevillano a la pregunta realizada.
