La ganadería de Toros de Mollalta, aunque joven, es una de las vacadas con más futuro por los resultados que han dado en la plaza. Pasta en la provincia de Ciudad Real y es propiedad de Inés López, ganadera que recibió el hierro como «un regalo de cumpleaños» -como así lo narra ella misma en la siguiente entrevista- y está consiguiendo alzarlo no sin esfuerzo. Con origen Torrealta, la ganadera nos explica cómo está recorriendo el camino y los escollos que está solventando especialmente en estos dos últimos años de pandemia.
Así cría la ganadera Inés López el toro de Mollalta: «Buscamos un animal bajo, fino de cabos, con cuello y las manitas cortas»
¿Quién es Inés López Salinas? ¿Cómo llega a ser ganadera?
Soy Inés López Salinas ganadera de Toros de Mollalta, divisa que está situada en Tirteafuera, término de Almodóvar del Campo, Ciudad Real. Llegué a ser ganadera por un regalo de cumpleaños que me hicieron, y desde el primer día hasta hoy sigo luchando por llevar los toros de casa a lo más alto. Sé que es difícil, pero sé que tengo una buena base para trabajar.
Desde aquellos inicios en 2007 supongo que hay una evolución palpable en la ganadería
Desde que tengo la ganadería he intentado no sacarla de tipo y conservar la mayor parte de la esencia del encaste, que es Torrealta, poniendo o intentando poner la chispa que de emoción en los tendidos, esa que creo debemos cuidar. La evolución en estos 15 años creo que se ha notado bastante. El camino que me tracé no pienso cambiarlo, es el que creo que me llevará a poder meter cabeza en el circuito.
Usted es mujer y ganadera, supongo que un orgullo pero también una responsabilidad enorme.
Como mujer ganadera creo que tengo la misma responsabilidad que el resto de ganaderos, no nos diferencia nada, queremos triunfar, que todo salga bien, y que nuestros toros hablen en la plaza con su bravura. Aquí no le preguntan al animal si lo ha criado un hombre o una mujer, aquí lo que importa es que los que seleccionamos dicha bravura lo hagamos bien. No creo que haya diferencias entre un hombre o una mujer, salvo las sensibilidades de cada uno.
Muchas veces se habla con cierta rapidez por parte de ciertos sectores de la política del animalismo y del ecologismo, mientras que se les da de lado a los ganaderos de bravo, esos que son los verdaderos ecologistas y animalistas.
Estamos mal vistos por nuestros políticos y nos usan según les conviene. Pienso que el político debe de tratarnos y respetarnos igual que a los demás. Nosotros contribuimos en igual media a las arcas del estado. Pertenecemos al sector primario, que es el que mueve la economía de un país, por lo tanto pido respeto para nosotros. Los ganaderos tenemos un valor añadido, ya que cuidamos y conservamos el ecosistema. Gracias a nosotros se protege un entorno único. ¿Qué pasaría con nuestros campos si los ganaderos no estuviéramos ahí? Somos los primeros que cuidamos y respetamos el medio ambiente, protegemos a una flora y una fauna de incalculable valor y fijamos población en las zonas rurales gracias a los puestos de trabajo que da el campo y el toro, esa que llaman ahora la España vaciada.
«Hemos estado dos años sin sacar ningún animal para ningún festejo»
La pandemia ha golpeado con fuerza a los ganaderos, en muchos casos llevando toda la camada al matadero. ¿Cómo os afectó a vosotros? ¿Conseguísteis lidiar algo?
Hemos estado dos años sin sacar ningún animal para ningún festejo. En mi caso me he dedicado a definir un poco más la ganadería, buscar ese tipo de embestida que soñamos. Se han lidiado toros y utreros a puerta cerrada, lo que sin duda nos ayudó a encontrar nuevos sementales. Respecto a los costes hemos tenido que seguir dando de comer todos los días y nadie se ha acordado de nosotros; las tiritas que han querido poner desde la Administración no sirven de nada. Están siendo años muy duros, cuando un animal se pasa la edad de lidia, tienes que llevarlo al matadero y nuestra carne aún vale menos que el resto.
¿Cómo afrontáis la temporada de 2022? ¿Hay algo visto o cerrado?
Esta temporada parece que se mueve algo, nosotros empezamos el domingo 27 de febrero en un festival benéfico (insomnio familiar letal) en el que pondremos como no podía ser de otra forma granito de arena en la localidad jiennense de Villanueva del Arzobispo. Tenemos unos 20 toros para lidiar este año, de los cuales saldrán tres corridas. Respecto a las novilladas, tenemos una preparada. Las cosas no están fáciles y tampoco se ha querido dejar mucho animal en el campo. Interés hay por nuestra ganadería, pero de momento no hay nada cerrado salvo el festival del que te hablé. Espero que el trabajo de estos años se pueda trasladar a las plazas, y los aficionados puedan disfrutar con nuestra ganadería.
«Nos gusta la clase y la nobleza pero que el toro también tenga esa transmisión necesaria para que llegue a los tendidos»
Se dice que el ganadero trata de transmitir en los genes que selecciona su propio concepto de la vida. Entiendo que ese concepto de toro va marcado por un tipo definido de embestida.
Podría decirse que sí. Nosotros en casa buscamos un tipo de toro bien definido. Nos gusta la clase y la nobleza pero que el toro también tenga esa transmisión necesaria para que llegue a los tendidos. El toro de Torrealta no lo va a descubrir nadie, sus virtudes están ahí; nosotros lo que buscamos es amoldarlo a nuestro sentir como ganaderos.
Dicen que el torero, además de serlo tiene que parecerlo. Aalgo así debe pasar con el toro bravo, ¿es así?
Totalmente. El toro tiene que ser bajo, fino de cabos, con cuello y las manitas cortas. El toro que vino aquí hace unos años era un pelín bastito, con los años le dimos esa finura que estábamos buscando. Esto es muy lento, hay que ir dándole poco a poco prioridad a algunas cosas, pero creo que se ha conseguido criar un toro que morfológicamente guste a los toreros y tenga la seriedad que piden las plazas hoy en día.