Fue la sensación entre los espectadores que llenaban la plaza de toros de Valdemorillo antes, incluso, de salir al ruedo el primero de Zacarías Moreno. José Antonio Morante de la Puebla, que debutaba en la plaza del municipio madrileño, salía al ruedo estrenando en público un capote con las vueltas en un verde menta poco habitual.
De todos es sabido el gusto de José Antonio por la reedición de suertes antiguas y curiosidades románticas y antañonas del arte de torear y es verdad que los capotes de antes podían llevar las vueltas verdes en algunas ocasiones, si bien era un color más oscuro que el que sacó el sevillano en la plaza madrileña.
El capote verde y los artistas del toreo
A lo largo de la historia ha habido numerosos matadores que han variado el tradicional amarillo de las vueltas del percal, hábito muy asociado, por lo general, a los toreros denominados ‘artistas’ -caso del propio Morante, que ya ha lucido en numerosas ocasiones una montera de los años 20 del pasado siglo y que compró, además, el escritorio que perteneció a su admirado Joselito el Gallo.
Otro matador de toros que solía lucir un capote con las vueltas verdes en algunas ocasiones fue Rafael de Paula, un diestro muy relacionado con el de la Puebla, al que le une una gran amistad y que apoderó durante un tiempo a José Antonio, además de compartir su mismo gusto por el bellísimo toreo con el percal.
Julio Aparicio hijo fue otro de los toreros al que le gustaba lucir capotes con las vueltas de colores, en esa personalidad genial y peculiar que siempre tuvo el madrileño, aunque era mucho más habitual ver en los ruedos a toreros que utilizaban avíos con las vueltas azules o moradas, caso de Luis Francisco Esplá o de José Miguel Arroyo ‘Joselito’.
Para los curiosos pero profanos en la materia, diremos que las vueltas de los capotes pueden ser del color que a uno le venga bien, a pesar de ser habitualmente amarillas. Su color no influye para nada en el comportamiento del animal o en el desarrollo de la lidia.
FOTOS: LUIS SÁNCHEZ OLMEDO