Dentro del encaste Santa Coloma hay una ganadería que marca una raya en el agua respecto a las demás. Se trata de una divisa con personalidad propia, que tiene en su sangre goterones de Vicente Martínez y Duque de Veragua vía Curro Chica. Es una ganadería que tras a años de selección ha conseguido criar un toro muy en Santa Coloma, bajo, redondo, recogido de cuerna y muy pegado al suelo: hoy nos sumergimos en la camada para 2022 de hierro cacereño de Toros de Pablo Mayoral, pero tan sólo a un paso de la Comunidad de Madrid.
Como en todas las casas ganaderas, hay saltos atrás respecto a la conformación zootécnica de los animales, así como en el pelaje que pueden llegar a darse. Debido a su sangre principal, los pelajes más usuales son el cárdeno en todas sus variantes y el negro, pero también se dan animales ensabanados, colorados, castaños, sardos, salineros o incluso jaboneros. Toda una amalgama de pelajes. «Mucha gente se alarma al ver estos pelajes y es porque desconocen que en Santa Coloma ocasionalmente, sí se dan este tipo de pelos, otra cosa es que se enseñe menos», nos comenta Ana Mayoral, ganadera del hierro.
«Nuestra camada 2022 es quizás un puntito más larga que la de 2021»
Una camada esta de 2022 que ilusiona mucho a la familia Mayoral; aquí están reflejadas todas las ilusiones de tres hermanas que apostaron sin fisuras por un tipo de toro que las llenaba plenamente. «Nuestra camada es quizás un puntito más larga que la de 2021, al tener algunos animales que no pudimos lidiar el pasado año. Bien es cierto que quemamos en la plaza un buen número de machos. Para este año tenemos dos corridas de toros; una de ella más cómoda y otra más seria, así como cinco novilladas picadas, tres de ellas de gran seriedad dignas de plazas de envergadura, y dos más “bonitas”; además como parte importante de nuestro negocio entre 30 y 40 erales a los que se espera darles salida», señala la representante de Pablo Mayoral. +
Un importante 2022 para la ganadería de Toros de Pablo Mayoral
Un año importante para una ganadería que lleva trabajando en silencio durante muchos años. Pasos cortos pero seguros para poder ir amoldando el toro de casa a las exigencias que se exigen hoy en día. Una camada en la que los pueblos han sido siempre su nicho de mercado. «A día de hoy tenemos reseñado tres toros para las calles y los que irán a la Copa Chenel; el resto hay quién pregunta y quién ha venido por Moheda interesándose, pero aún no hay nada en firme. Esperamos además que la normalidad vuelva a nuestros pueblos habituales de la provincia de Ávila (Navalperal de Pinares, El Barraco, Burgohondo) y dar salida en el mes de septiembre a gran parte de esos utreros y erales en los distintos festejos que suelen darse, entre Rejones, festivales picados y sin picar y novilladas de promoción».
Una ganadería que cuenta con un hato de vacas suficiente para darle salida a la demanda de machos que cada año tienen en Moeda El Alcornocal. «Seguimos manteniendo 200 vacas de vientre. Bien es cierto que antes de la pandemia pensamos en subir un poco el número hasta las 250, pero al final no tomamos esa decisión y apostamos por mantener lo que teníamos. En la medida que podamos vamos a seguir manteniendo esta idea. Al tener un número amplio de vacas buscamos abrir familias y evitar una posible consanguinidad. Date cuenta que al llevar desde el año 55 sin meter nada de fuera es fundamental abrir familias».
FOTOS: IVI MARTÍN – CHEMA URUEÑA
