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El año de… José Garrido


martes 29 marzo, 2022

José Garrido dejó un 2021 de entrega y pundonor; ahora, en el amanecer de la temporada 2022, recordamos cómo fue su pasada campaña, cómo se ha desarrollado su temporada americana y cómo afronta los compromisos que tiene por delante.

Jose Garrido (3)

Con la corrida de Adolfo en el San Isidro alternativo de Vistalegre comenzó su temporada José Garrido. Serio era el tercero de aquel festejo, que no se lo puso fácil al capote de José Garrido de salida. Ya en faena, por el lado derecho le provocó sin toque brusco pero sí firme Garrido, haciendo que se tragase muletazos con la personalidad del extremeño. Se gustó en ese pitón derecho Garrido, componiendo por momentos trazos templados ante la incierta embestida del cárdeno. Al natural el animal iba con la cara alta desde mitad del muletazo, intentando desentenderse de la proposición de un torero que esperó siempre el toro, hizo con suavidad cada uno de los movimientos y le sopló muletazos al tranco dormido del de Adolfo. Silencio tras estoquearlo con habilidad.

Imprimió gusto capote en mano José Garrido para saludar al sexto del festejo, un animal al que también dejó detalles seda en mano antes de brindar al público. Con ese mismo concepto de gusto llevó al animal hasta el centro del anillo Garrido en el inicio de faena, incluso con algún muletazo a pies juntos de bella estampa. A partir de ese momento, construyó una faena en la que la capacidad e inteligencia fueron la base para hacerle frente a otro toro complicado. Mató de doble pinchazo y estocada.

Tras ello, haría el paseíllo en la localidad madrileña de Las Rozas de Puerto Real el día 26 de junio, paseando una oreja de un toro de López Gibaja. Y pasó de ese festejo al del día 7 de agosto en la localidad pacense de Fuentes de León. Dos orejas paseó José Garrido del segundo, al que le sopló un extraordinario quite por chicuelinas rematado con una soberbia media. Buen toro de Iniesta al que aprovechó Garrido con su peculiar concepto artístico, matándolo bien y paseándole el doble premio. Cumbre de Garrido con el buen quinto de Iniesta al que cuajó de principio a fin. Ya con el capote dejó un soberbio recital a la verónica y, muleta en mano, aprovechó al bravo animal para cuajarlo por ambos lados y matarlo de un estoconazo. Paseó los máximos trofeos.

En Idanha a Nova, en Portugal, también dejó su aroma personal de toreo con un encierro de Julio Justino el día 13 de ese mes, al igual que en la localidad burgalesa de Briviesca. José Garrido dejó una faena de mucho mérito ante el primero de su lote de Bañuelos. Culminó con estoconazo y le paseó el doble premio. Otra faena de cuajo por ambos pitones dejó Garrido al sexto rematada con otro espadazo. Dos orejas y petición del rabo para el extremeño.

En Almorox, en Toledo, hizo el paseíllo el 17 de agosto frente a un encierro con el hierro de Alcurrucén, ante el que despachó un deslucido lote. Y en Almagro, en Ciudad Real, dejó dos obras primorosas: a su primero, desde el toreo a la verónica como el galleo del Bu al salir del caballo, su comienzo de rodillas y posterior toreo en redondo dio paso a un recital de toreo al natural en series interminables de mucho gusto, ligazón y temple. Se gustó el torero. Garrido cerró a pies juntos la obra y genuflexo ante el delirio del público. Estocada y dos orejas. Al sexto le cortó una oreja en una obra de esfuerzo, en la que destacó su genial toreo de capote.

En Estremoz, en Portugal, dio dos vueltas con el encierro de Voltalegre y, de nuevo en España, trenzó en septiembre el paseíllo en Calatayud. Doble trofeo se llevó aquel día en el primero de su turno, al que recibió con un aplaudido manojo de verónicas. Apenas picado, el toro portugués tomó la muleta del distro extremeño con escaso celo y un recorrido que fue a menos conforme avanzaba una faena en la que, con empeño, Garrido extrajo muletazos de mérito, hasta el arrimón final ya con el toro apagadísimo. El estoconazo de rápido efecto hizo el resto. Una oreja más paseó del segundo de su lote.

La noche de Lisboa

Garrido Lisboa

Acogía Campo Pequeno el gran homenaje a Víctor Mendes en un nuevo festejo de abono. El segundo de la noche con el hierro de Voltalegre, fue un toro con trapío y buenas hechuras pero frío en el capote del torero extremeño que lo remata con una soberbia media verónica. Brindó la faena al maestro Víctor Mendes. Faena templada la del torero extremeño a un buen toro de Voltalegre que le costó romper pero acabó por entrar en la muleta y la faena de Garrido, que dejó muletazos a cámara lenta por los dos pitones para acabar con un extraordinario final de faena por naturales a pies juntos. Saluda una clamorosa ovación.

El sexto hierro de Núñez de Tarifa para Garrido no se dejó torear con el capote y no lo puso nada fácil al extremeño, que a base de querer y tirando de oficio logró meterlo en el canasto y enroscándoselo en la cintura. Ovación para Garrido.

Así prosiguió José Garrido su temporada

En la localidad pacense de Barcarrota de nuevo salió a hombros Garrido unos días más tarde. Una oreja paseó del primero, un toro noble de Marca, de impecable estampa jabonera y de seria presencia para una plaza de tercera categoría. Lo llevó embebido en sus telas con buen gusto el pacense, que mató de una estocada y paseó el premio. Una oreja del cuarto también se llevó. Fue una obra de pundonor en la que el extremeño tuvo que poner todo ante la nula condición de su oponente, que tenía también poca fuerza. Le robó muletazos de enjundia y, tras pasaportarlo con el acero, fue premiado con un apéndice.

Logroño, el punto álgido de su campaña

Garrido Logr

Garrido demostró en Logroño que quiere engancharse de nuevo. Salió el sexto toro de Garcigrande y con él un torero dispuesto a todo. Una larga de rodillas para después recetarle un ramillete de verónicas con el empaque del toreo de verdad, encajado sobre los talones y meciendo un capote de categoría.

Empezó su faena con ayudados a pies juntos como si el toro embistiera y cogiera los vuelos por abajo. A Garrido nunca le importó la condición del toro, que lo fue enjaretando en su poderosa muleta a pesar de que saliera con la cara por las nubes. Dándole distancia y poniéndose de verdad se la jugó por ambos pitones y a base del camino de la verdad fue enganchando al respetable.

Tandas de derechazos y naturales por abajo y acompañando las embestidas de Cascado. Cerró la faena con media docena de ajustadísimas manoletinas que puso como un hervidero La Ribera. Estoconazo con un volapié de libro y con unanimidad orejón para Garrido, que salió de la plaza como los toreros que torean con verdad, con el chispeante ensangrentado y el público a sus pies.

Todo de menos a más: el cruzarse, el desplantarse y el ganar en actitud más que en toreo fue clave para, tras epílogo, consolidar al tendido. Se ganó a Logroño. Sólo una paseó José, pero se ganó la credencial de La Ribera.

Y de la tarde de Chamusca a su temporada americana

Garrido 8

En Chamusca, en Portugal, toreó el 2 de octubre y en la localidad salmantina de Alba de Tormes el día 16 de ese mes, en una tarde en la que el suceso de Garrido y «Parcelito» puso el broche a una vibrante concurso. Fue un gran toro de Domingo Hernández: tuvo duración, movilidad, codicia, humillación y lo cuajó a placer José Garrido. Selló series de mucho calado en el tendido, rompiéndose de verdad al natural en una obra siempre a más. Especialmente el toreo garboso de José salió a relucir en los finales de tanda, con su personal toque artístico. A la hora de entrar a matar el tendido pidió un indulto concedido por el palco y dos orejas y rabo simbólicas para el toro.

Tras ello, llegaron las citas americanas: La Esperanza limeña, Zacatecas en México, Manizales en Colombia, Lajas en Perú, Puente Piedra y San Cristóbal, donde indultó un ejemplar con el hierro de Campolargo.