«Dufau se atasca con el estoque ante el ‘pájaro’ Rastrojero que hizo sexto bis«. Así titulábamos este domingo en nuestro toro a toro el resultado del sexto de la tarde ayer en Madrid en un festejo que acartelaba a Sánchez Vara, Luis Bolívar y Thomas Dufau con los toros de Saltillo y Los Maños, un festejo en el que destacó un gran toro de Los Maños de nombre ‘Matón’.
Ese sexto de la tarde fue uno de los toros complicados que se han visto en estos últimos años en Las Ventas por su listeza y por viveza en los primeros tercios. Un toro con complicaciones que le tocó en suerte al torero francés. Un «pavo» que izaba sus puntas al cielo y encampanado en los medios metía miedo a todo el tendido. Salió de sobrero tras devolverse por falta de fuerzas su hermano de camada.
Un astado que después de derribar al picador en el primero encuentro, se dejó pegar sin más en los siguientes puyazos. Esperó en banderillas y se agarró al piso en el último tercio. Un toro que no puso facilidades: ni una embestida regaló, al contrario, si te descuidabas te cazaba. Uno de esos toros que te ponen a cavilar y que volvió a salir en la primera plaza del mundo, allí donde el foco se agranda y la repercusión para bien o para mal es enorme.
Un toro de Saltillo que recordó al célebre ‘Cazarratas’
Recordó en parte al famoso Cazarratas, toro que se lidió en Madrid en pleno San Isidro de hace un lustro y que le tocó en suerte a Sánchez Vara, torero que también estaba acartelado en el día de ayer. Aquel toro parecía un animal de hace dos siglos, un astado que nos recordó de donde venimos y el sentido trágico y la verdad de esta fiesta incomparable. Un animal -el de hace un lustro- condenado a banderillas negras y que puso a prueba tanto a los de plata como a su propio matador. Este año se cumplirán seis años de aquella tarde en la que un toro se hizo dueño de la plaza.
Saltillo, la ganadería a la que pertenecía el ejemplar
Saltillo es de esas ganaderías que tienen un tipo de toro muy definido en hechuras y comportamiento. Su criador es un amante de la casta, de la fiereza en el toro bravo, pero el cual también es consciente que la nobleza debe estar presente en sus animales. Esta es una ganadería muy particular, un reducto de una sangre legendaria del campo bravo, la cual le ha dado y le seguirá dando tardes de gloria a la fiesta, pese a que alguna vez que otra salta un animal que te rompe los esquemas. Así fueron Cazarratas y Rastrojero, dos toros que no quisieron ser uno más.
Un hierro que se ha convertido en un clásico en las diferentes ferias toristas de España y Francia, año tras año es segura su presencia en Las Ventas. Este año saldó su comparecencia con un resultado desigual, tarde en la que lidió tres animales con un comportamiento bien diferenciado. Un tipo de toro exigente, el cual necesita de toreros avezados en este tipo de encastes para sacarles los que llevan dentro. Un animal que pide el carnet de matador de toros, ya sea aporque exigen poder, valor y firmeza o un tipo de toreo más pausado y templado. Una ganadería con aristas y que nunca deja a nadie indiferente. Ya espera el siguiente compromiso, ese que a buen seguro volverá a llevar a los aficionados a la plaza.