El pasado domingo en La Maestranza, y a modo de prólogo de la Feria de Abril, seis toreros sevillanos se jugaron sus ilusiones a una carta. Borja Jiménez -uno de ellos- dejó sobre el albero y a la vista de todos la impronta de su personalidad y una tauromaquia evolucionada en su argumento artístico. Pasados los días, hablamos con él bien temprano en la mañana pues le esperan en un tentadero en la nueva finca de lo de Zalduendo, ahora propiedad de Guillermo García Palacios, cerca de Sevilla.
Cuando, al acabar la corrida, llegas al hotel y te quitas el vestido de torear ¿qué sensaciones tenías?.
Ante todo que el público pudo ver la evolución de mi toreo, un concepto distinto al que tenía acostumbrado, un paso más en mi carrera. Y la pena de que fuera una tarde de triunfo numérico, que es lo que también buscaba, pero que con el toro que tuve di una dimensión que todos han valorado muy positivamente.
Esas sensaciones personales, más aún en caliente, a veces no coinciden con las de quienes lo han visto. En este caso, como dices, no ha sido así, y a la respuesta del público en la plaza se suman las valoraciones de la crítica, que constata y canta ese nuevo poso y dimensión de Borja Jiménez.
Es el fruto de estos años de profundizar en esa evolución de mi personalidad y creo que estoy consiguiendo asentar ese camino hacia el que quiero dirigir mi toreo. Un toreo de calidad, de gusto y haciendo las cosas son prisas, con torería y naturalidad. Y así lo ha cantado la prensa y los aficionados.
Una búsqueda íntima pues la pandemia pero no sólo ha supuesto que tuvieras pocas oportunidades en los ruedos. Ese camino ¿lo has hecho en compañía de más gente, que te apoya y aconseja?.
Ha sido muy personal, de pensar mucho en qué tenía que cambiar mi toreo, tanto porque yo lo siento así sino para que el aficionado se fijara en mí. Buscando, rebuscando en mi interior hasta que aflorara todo ese concepto que llevaba dentro pero que hasta ahora no había sacado del todo. Luego, claro, en los entrenamientos me ha ayudado mucho José Luis Peralta, que es el apoderado de mi hermano Javier y por supuesto el maestro Espartaco. En las conversaciones con ellos me han dado muchos consejos para que poco a poco salieran esas cosas que se pudieron ver el domingo en La Maestranza.
Suavidad, temple y un concepto artístico no diré que desconocido en ti pero sí a un nivel importante, fueron algunas de esas cosas, como se pudo ver ya en el quite culminado con una larga cordobesa en el toro de tu hermano. O luego, con la muleta y mientras el toro lo permitió en pasaje como los naturales de frente, con un gusto especial, todo muy despacio, con su punto de distinción. Y una puesta en escena en la que en todo momento ocupas el espacio.
Torear dentro y fuera del toro, captar la atención del público, es fundamental, y esa tarde me salió con toda naturalidad. Lo he estado trabajando todo este tiempo, es igual de importante pegar diez muletazos a un toro que andar en torero por el ruedo. Lo estoy trabajando en el campo y lo mejor es que me salió natural. He querido que el público viera una evolución en mi concepto y eso es lo que marca un punto de inflexión en como era hasta ahora y lo que va a hacer que se hable de mi . Y es ahí donde está la importancia de esa tarde, en la que se pudo ver a un Borja Jiménez renovado y capaz, tanto técnica como artísticamente.
Lo que dijiste a tu hermano Javier en el brindis queda en la intimidad, pero ¿qué llevaban dentro tus palabras?.
Sobre todo mucho sentimiento. Desde que quise ser torero, desde que empecé a ir a ver toros en Sevilla, siempre tuve el sueño de torear con mi hermano en La Maestranza. Y el brindis fue por eso, porque gracias a la constancia y pese a todas las circunstancias hemos podido torear junto en Sevilla. Es un sueño cumplido.
La gran pregunta es ¿ahora qué?
Ahora, de momento, seguir entrenando para estar preparado mejor aún en cuanto me llamen. Lo de los contratos sabemos que no está fácil, pero cuando todos los profesionales y los aficionados hablan bien de uno y que les ha llamado la atención cómo me han visto, esa evolución de la que hablábamos, tarde o temprano llega la recompensa, los contratos. En La Maestranza la condición del toro solo me permitió sacar una carta parte de lo que llevo dentro y en cuanto toree más seguido saldrá a relucir aún más. Estoy preparado para ir a todas las ferias.
A veces, como es el caso, no cortar una oreja no debe dejar en saco roto lo hecho en el ruedo.
Por supuesto. En este tipo de corrida de toros lo que se saca es un trasfondo de ver hasta dónde puede llegar cada torero. Y en mi caso es lo que decíamos antes, me ha encantado cómo lo ha tratado la prensa y comentan los aficionados y profesionales.
Si ese concepto de cartel del pasado domingo se propusiera para dos fechas hasta no hace tanto tan relevantes en la temporada de Sevilla como el Corpus o el 15 de agosto ¿dirías que sí?
Sería estupendo, primero por recuperar esas fechas que están perdidas y que todos los aficionados de Sevilla queremos que vuelvan. Para los toreros un cartel así, con un solo toro para cada uno, no es fácil pero como se ha podido ver hubo cosas muy buenas y se repitiera estaría encantado de volver a estar en él.
