Siempre decimos que el toreo esconde historias que muchas veces no salen a la luz o el que está en la plaza no es consciente de ello. Algo así pasó el pasado domingo en la primera plaza del mundo. Era el tercero de la tarde, un toro con el hierro de El Parralejo saltaba al ruedo venteño, negro como la noche y con dos puñales que desafiaban a cualquiera que se quisiera poner delante. Se estiró a la verónica Ginés Marín ante el animal; con el toro recién banderilleado, el extremeño se fue con paso decidido hacia la barrera para brindar el toro mediante los micrófonos de Movistar, y el destinatario del brindis no era otro que el maestro Paco Camino.
«Con todo mi cariño, respeto y admiración al maestro Paco Camino, el cual me ha mostrado siempre su cariño y su apoyo». Un brindis breve pero sentido de un torero que volvía a Las Ventas tras el suceso del pasado 12 de octubre. Pero parecía que ‘Congresista’ no estaba por la labor de que lo hicieran esperar, ya que se arrancó y obligó a Marín a sacárselo de tercio con la montera en la mano. Se colocó y citó al animal con la mano derecha, pero en la primera serie lo hirió en el muslo derecho. Con el muslo abierto, se puso en los medios con la mano izquierda de nuevo, sin cambiar el gesto, pero con evidencias de dolor en su rostro. Heroico Ginés Marín, que entró por su propio pie a la enfermería sin hacer gestos de dolor de cara a la galería.
Un duro parte médico
El parte médico de Ginés Marín rezaba lo siguiente: «Herida por asta de toro en 1/3 medio de muslo derecho, con orificio de entrada por cara anterior y con dos trayectorias: una ascedente de 25 cm. que alcanza anillo inguinal y contusiona arteria fernoral, y otra transversal de 20 cm. que lesiona el recto anterior y presenta orificio de salida en cara lateral del muslo. Es intervenido quirúrgicamente bajo anestesia general y trasladado al Hospital La Fraternidad Muprespa Habana Pronóstico: GRAVE»
Ginés Marín y el espejo de Paco Camino
Ginés Marín sabía que tras quedarse fuera de las primeras ferias debía dar un paso adelante para seguir manteniendo erguida la bandera del toreo que le hizo ya salir en hombros camino de la calle Alcalá. En Sevilla ya había cortado una oreja a un manso animal de Parladé y Madrid no se podía escapar. Ya se intuía en el brindis que le hizo llegar a un torero, a un Maestro en el que se quiere ver reflejado. El sevillano ha sido de esos toreros que ha marcado una época para los de su generación y los que vienen muy por detrás.
Paco Camino, también conocido como ‘el Niño sabio de Camas’ por su precocidad en el arte del toreo tomó la alternativa el 17 de marzo de 1959 en la Plaza de toros de Valencia y estuvo en activo hasta el 23 de septiembre de 1983. En sus 20 temporadas como matador de toros toreó más de 50 tardes en Las Ventas de Madrid, y salió 12 veces por la Puerta Grande, un hito que nadie ha llegado a igualar hasta la fecha. Se retiró definitivamente de los ruedos en Valladolid el 23 de septiembre de 1983, vistiéndose por última vez de luces en Nimes en 1987 para dar la alternativa a su hijo Rafael.