Llegaba el día más esperado del año para Francisco de Manuel, que confirmaba esta tarde la alternativa en la tradicional Corrida Goyesca del 2 de mayo en Madrid, con un clima cambiante, propio de las fechas. Como padrino, José Ignacio Uceda Leal y como testigo, Antonio Ferrera. Un encierro de El Cortijillo esperaba en chiqueros el momento de saltar a la plaza en tan señalada fecha del calendario venteño. El Himno Nacional fuel el preludio del inicio del festejo.
Francisco de Manuel firma una muy digna confirmación con un Cortijillo que nunca terminó de romper
El toro de la ceremonia de confirmación de alternativa se llamó «Socarrón», n⁰ 27, colorado, cinqueño, de 522 kg. No pudo «Socarrón», el toro de la ceremonia, negar su sangre Núñez, ni por hechuras ni por comportamiento, guardando su ímpetu y ese pasito de más para el último tercio, donde sacó casta a pesar de embestir a media altura y con un punto de aspereza cuando no se le llevó muy templado. Porque ese fue el mayor reto que tuvo Francisco de Manuel, enganchar las embestidas y llevarlas muy cosidas a la muleta para evitar el derrote y quedar bien colocado para el siguiente. No siempre lo consigue Francisco que, no obstante, sí que firmó varios naturales sueltos de gran calidad, por hondos y enfibrados. Además, estuvo perfecto en la ejecución de la suerte suprema, aunque la espada tardó un poco en hacer efecto. Lo que no fue obstáculo para hacerle saludar una ovación tras un aviso.
Uceda Leal se rompe a torear con el segundo y Gonzalo de villa demuestra que no tiene criterio
La vuelta de campana que sufrió el titular segundo agudizó su falta de fuerza y provocando su devolución a los corrales. Corrido el turno, recibió el madrileño a «Barbudo» con un buen manojo de verónicas, replicado en un bonito quite de Antonio Ferrera con su capote azul. El toro, hondo y serio, tuvo codicia y prontitud, con lo que la transmisión estaba garantizada. Pronto lo vio José Ignacio, que le bajó la mano para obligar la humillación, ganando en profundidad. Una buena tabla de derechazos sirvió para apuntar todo lo bueno que podría ser el encuentro entre toro y torero, pero fue cuando tomó los trastos en la mano izquierda cuando aquello cobro la verdadera dimensión. Los naturales fueron inmensos, ronco, por bajos, hondos y templados. Primero uno a uno, luego ligados en series rotundas, llenas de verdad, adornados con unas trincherillas que fueron carteles de toros. La espada, con el sello de la casa, en esta oportunidad cayó un poco baja y esa, junto a la laxitud del día anterior que le ha sido recordada al palco al inicio del festejo, puede ser la excusa por la que la presidencia negó un más que justo trofeo.
Detalles de personalidad de Ferrera con el tercero, con el que se le va la mano a los blandos
El temple y el pulso fueron las bases sobre las que edificó Ferrera su faena al tercero, un toro que tuvo buen fondo de raza, pero al que no le sobraron las fuerzas, por lo que todo lo hizo Antonio con mucha suavidad, a media altura, imprimiendo, además, gusto y desmayo cuando el toro, ya entregado, se lo permitió. Entre medias, el extremeño dibujó un par de buenas series de derechazos, tersos y cadenciosos, seguidos de una serie de naturales (uno de ellos con la derecha), que elevaron su faena. Sin embargo, su meritoria labor se emborronó con el acero, pues un pinchazo, una estocada caída y dos descabellos dejaron todo en silencio para toro y torero.
Uceda Leal cierra con una ovación una tarde de tremenda profundidad sin premio
Tuvo torería el bonito inicio por bajo de Uceda al sobrero que hizo cuarto (tras haberse corrido turno en el segundo), un toro de escaso recorrido que se pensó cada arrancada. Esta vez, fue la mano derecha de José Ignacio la que puso la autoridad para provocar las arrancadas y llevarlas lo más atrás que pudo, dejando un puñado de derechazos recios y encajados como cenit de de su actuación. Media espada en buen sitio y un golpe de descabello precedieron la ovación con la que se le premio.
El quinto se pone a la defensiva y deja en silencio el esfuerzo de Ferrera
Manseó en varas el quinto, que se coló con peligro por el pitón izquierdo cuando Ferrera se quiso encajar para torrero a la verónica. La incertidumbre de sus embestidas se prolongó en un dilatado tercionde banderillas, en el que ni el mandón capote de José Chacón consiguió encelarlo. Poco a poco lo conseguiría Ferrera, encontrando en la media distancia, situado más allá de la segunda raya de picar, cerca de la querencia, el sitio en el que el toro se sintió más cómodo, al menos en dos tandas iniciales de buenos derechazos, más largos cuando fueron a favor de las tablas, pero tras los que, sintiéndose podido, de puso a la defensiva. No se dio coba el extremeño que, tras intentarlo un poco más, fue por la espada para despacharlo de una efectiva estocada. Silencio para el torero.
La voluntad templada de Francisco de Manuel saluda una ovación con el sexto
Volvió la presidencia a ser protagonista en el sexto, cuando, aún sin haberse parado el toro con el capote, se ordenó la salida de los varilargueros, convirtiendo el primer tercio en una capea sin sentido. Sin embargo, en la muleta, el toro tuvo interés por que cuando Francisco le bajo la mano, acudió humillado en una arrancada encendida, rabiosa, la misma que había que domeñar con temple y trayéndole enganchando con los vuelos en el hocico. El madrileño lo consiguió por momentos, sobre todo en una vibrante serie de derechazos y otra no menos buena de naturales al final, pero a la faena le pudo faltar esa sensación se conjunto, más allá de la exigencia y el esfuerzo que supuso ponerse por delante de un toro así. Sonó un aviso antes de montar la espada el torero, pero el golpe cayó certero y el toro no tardó en doblar. Una cariñosa ovación valoró su actitud.
FICHA DEL FESTEJO
Plaza de toros de Las Ventas, Madrid. Tradicional corrida goyesca del 2 de mayo. Un cuarto de plaza.
Toros de El Cortijillo, bien presentados y muy en el tipo. También en su comportamiento, desigual. Sobresalió el segundo.
Uceda Leal (celeste e hilo negro): vuelta al ruedo y ovación.
Antonio Ferrera (purísima e hilo negro): silencio y silencio.
Francisco de Manuel, que confirma alternativa (marfil e hilo negro): ovación y ovación.
FOTOGALERÍA: LUIS SÁNCHEZ OLMEDO