Hoy nos vamos a tierras de Portugal, concretamente a la localidad de Beja, en plena región del Bajo Alentejo para conocer más de cerca la ganadería de Sobral. Se trata de una divisa joven aunque en manos de una familia ganadera ilustre en este país, que ha retomado de nuevo su andadura en la ganadería brava bajo la experiencia de Manuel Passanha Sobral y la juventud e ilusión de sus hijos José Antonio y Manuel Sobral Justiniano.
En la finca portuguesa Herdade Barbas de Lebre pastan desde hace quince años los toros de Sobral, una divisa que camina con paso firme en un mundo en el que la competencia es feroz. El prisma que da estar en el otro lado de la frontera les ayuda a ver lo que sucede en España con más objetividad. Saben que las prisas no son buenas y por eso no quieren dar el salto definitivo a España sin tener la seguridad que sus animales van a responder a las expectativas marcadas.
Hoy hablamos con José Antonio un ganadero joven y con las ideas muy claras del toro que buscan en casa. Vivió desde pequeño lo que significa el toro bravo; para su familia ha representado una gran parte de su vida. Pese a ser portugueses les une una vinculación muy estrecha a la ciudad de Sevilla, sin ir más lejos gran parte de su familia es de allí. Esto se debe a que durante la Revolución de los claveles la familia Passanha Sobral tuvo que emigrar a España tras ser ocupada su finca durante diez largos años.
La historia familiar de Sobral se remonta a 1845
Hoy queremos conocer un poco más esta vacada tan particular, un hierro que cobró gran popularidad gracias sus resultados en la plaza y a las redes sociales. Queremos que José Antonio nos cuente un poco la historia ganadera familiar más allá de la creación de este nuevo hierro familiar. «La historia familiar se remonta a 1845, a mitad del siglo XIX se crea la ganadería de El Conde de Sobral, que fue vendida en 1910. Posteriormente en los años 50 se forma una nueva ganadería en la familia, esta por el lado Pasanha perteneciente a mi abuela paterna. Primero se creo con ganado procedente de la viuda de Soler -Marqués de la Conquista (casta Jijona)-, para posteriormente aumentarla en 1956 con una parte de la ganadería de Urquijo adquirida por sorteo», nos relata José Antonio.
«Pero aquí no queda todo, pasado los años la vacada se divide en dos, la parte de Murube va a para a manos de Luis Pasanha –hermano de mi abuela-, el cual lidia a nombre de Pasanha, mientras que la otra parte que procedía de la viuda de Soler, quedó en manos de mi abuela María Passanha. Como ves la historia familiar es larga, la cual aún seguirnos manteniendo pese a que el ganado que hay actualmente no se parece en nada al que hubo en su tiempo», nos acaba contando el joven ganadero.
Una familia que ha pasado por distintas vicisitudes, como explicamos antes tuvieron que emigrar fuera de su tierra durante la mitad de los años 70 pese a que la ganadería se quedó en Portugal. Durante este tiempo la ganadería quedó diezmada, perdiendo gran parte del trabajo realizado por María Pasanha y sus hijos. En 1985 Manuel Passanha volvió a adquirirla anunciándola a nombre de Condesa de Sobral: «Así es, tras años de lucha mi padre pudo recuperar parte de la ganadería, pero al fallecer mi abuela en 1990 acabó dividiéndose. Una de esas partes se la quedó mi tío Joaquín, el cual posteriormente la vendió en 2002 a D. Álvaro Domecq Romero y D. Luis Erquicia, los cuales eliminaron todo lo anterior añadiendo ganado de Torrestrella. En 2015 se la venden a la familia Vázquez Gavira, los cuales siguen manteniendo esa sangre», añade el ganadero.
«Para este año tenemos prácticamente todo o vendido o apalabrado»
Una vez conocida la historia familia queremos que saber como es el proyecto que tienen entre manos, de donde viene esta ganadería y los pasos a seguir para seguir manteniendo una ganadería tan particular: «Mira te cuento. Esta es una ganadería joven, date cuenta que mi padre la crea en el 2007 al comprar parte de la ganadería de Ángel Bohórquez, la cual se anunciaba a nombre de Herederas de Bohórquez. Se compra el 50% de la ganadería, no entrando en el trato los machos. Aquí vinieron vacas con el hierro de Cebada Gago, Marqués de Domecq y de Herederas de Bohórquez; hierro en el que se aglutinaban estas dos procedencias».
Ese 2022 se cumplen por tanto quince años desde la creación de la ganadería, un año que debe ser importante para una vacada que pese a su juventud es ya muy reconocida por el aficionado: «Para este año tenemos prácticamente todo o vendido o apalabrado, aunque tu sabes que en el toro no se puede elevar nada a definitivo. Ya lidiamos un toro el pasado Domingo de Resurrección en São Manços. Para el 17 de julio lidiaremos en Moura una de las corridas fuertes que tenemos en el campo, mientras que la otra corrida está pendiente de anunciarse. Al estar muy parado el mercado de las calles decidimos lidiar toda la cabeza de camada en Portugal, no podíamos esperar y que luego nos quedáramos con los toros en el campo sin vender».
Sobral tiene grandes expectativas puestas en el resto de la camada, la cual irá casi íntegramente a España: «Las corridas más bonitas casi con total seguridad la lidiaremos en España. Las tres están apalabradas y pendientes de oficialización por parte de las empresas. Luego hay dos novilladas picadas por las que se han interesado varios empresarios españoles, pero las cuales estamos esperando a cerrarlas definitivamente. En Portugal lidiaremos únicamente una sin caballos en Vila Franca de Xira para un encuentro entre las escuelas taurinas españolas y portuguesas», expone el ganadero.
La variedad de pelajes, personalidad de Sobral
La ganadería de Sobral se caracteriza por su diversidad de pelajes, debido su procedencia se dan toro tipo de pelos, desde ensabanaos hasta castaños, pasando por los burracos y llegando hasta los sardos o salineros. Ver esta ganadería en el campo es un puro espectáculo. Su procedencia Marques de Domecq, pero sobretodo las sangres que confluyen en Cebada Gago hacen de esta sangre una joya genética de incalculable valor.
Una camada la de 2022 que según nos cuente su ganadero es espectacular: «Es una camada muy variada de pelos, seria pero con buenas hechuras. Representa a la perfección el toro de casa. Verlos en el campo es ver una paleta de colores, los animales muchas veces se mimetizan con el entorno, es espectacular. Mi familia disfruta mucho de los días en el campo, cada vez que vienen no se quieren ir, el campo engancha de una manera espectacular».
Ya por último y antes de despedirnos queríamos que José Antonio nos contara como ve el panorama, como afronta el futuro de una fiesta que pese a los ataques sigue en claro ascenso tras la pandemia: «Creo que pese a ser un sector al que le cuesta unirse vivimos un momento de transición. Yo veo que la gente sigue con ganas de toros. Respecto a la ganadería nuestra idea es seguir por el camino trazado hasta ahora, la pandemia nos dio muy fuerte, teníamos un 2020 muy ilusionante en el que incluso íbamos a llevar a un toro a la concurso de Zaragoza. Ahora queremos consolidarnos, ir poco a poco dando pasos para poder dar pronto un salto y entrar en el circuito de las ferias en España».
FOTOGALERÍA: José Joaquín Diago