SEVILLA

Momentos de oro de Urdiales y de entrega de Ureña con una agria corrida de Matilla


jueves 5 mayo, 2022

Diego Urdiales dejó un genial quite al cuarto, Cayetano selló dos obras de raza y Paco Ureña a punto estuvo de pasear la oreja del sexto, al que dejó naturales de buen trazo, pero el palco no atendió la petición. Deslucida corrida de García Jiménez en este Jueves de Farolillos.

Maestranza (9)

Este jueves tenía lugar la undécima corrida de abono en la Real Maestranza de Caballería de Sevilla, en la que se lidiaba un encierro de Hermanos García Jiménez y Olga Jiménez para Diego Urdiales, Cayetano y Paco Ureña.

Silenciado Urdiales con el manso y desrazado primero

El primero fue un deslucido animal de García Jiménez, un astado que nunca humilló y que acabó rajado. No se desplazó nunca en el recibo capotero, embistiendo a media altura y soltando la cara. El de Matilla tampoco hizo cosas buenas en la muleta, ahí siempre fue con el freno de mano puesto. Hacía hilo el animal, debido a ello siempre había que perderle un paso. Se la ofreció siempre muy bien, empapando de muleta al astado y dando toques fijadores para que siguiera la pañosa. Por el izquierdo acusó aún más esa mansedumbre, pero fue por ese pitón donde dibujó tres naturales de gran templanza y armonía. Fue lo único potable de una faena que nunca tomó vuelo. Mató con el toro ya muy rajado en terrenos del 5. Silencio para el riojano y pitos al toro.

Ovacionado Cayetano con el noble pero feble segundo

Un zapato de bajo era el segundo de la tarde, un astado que tuvo la virtud de la nobleza pero el hándicap de la justeza de fuerzas. Un toro con el que vimos a un templado y centrado Cayetano. Se le vio queriendo hacer las cosas bien, dándole sus tiempos al animal y buscando torearlo con despaciosidad. Su comienzo de faena hacía los medios por doblones a media altura fuee torero caro, el cambio de mano porterio, descomunal. Toro al que había que llevar siempre pulseado y no apretarlo porque perdía las manos. Se colocó perfecto, dándole siempre los frentes. Los naturales a pues juntos tuvieron prestancia pero se le vio en ocasiones a merced de un toro que nunca hizo por el. Cerró por ayudados en un final de faena marca de la casa. Mató de una estocada en buen sitio y saludó una ovación tras pedírsele la oreja.

La firmeza y el valor de Ureña salen ovacionados ante el complicado tercero

Se protestó al tercero de la tarde por su justeza de fuerzas. Un toro que sacó complicaciones en la muleta en una faena de gran firmeza por parte de Ureña. Se la presentó siempre perfecta a un toro que embistió a dos velocidades, sin clase y con mucha informalidad. Se puso en el sitio el torero murciano, ahí donde los toros o embisten o te cogen. Faena en la que tragó una enormidad ante un toro que siempre estuvo detrás de la mata. Todo lo hizo con mucha pureza. Jugó con las alturas y las querencias de un astado que venía siempre dormido. Por el izquierdo le robó meritorios naturales, esos que no tuvieron el eco que requerían en los tendidos. Con el toro ya a la defensiva vino la voltereta, se escapó de milagro de una cornada muy fea. El de García Jiménez lo colgó del pitón en unos segundos angustiosos. El público pareció entrar más en la faena a partir de ahí. Una serie de gran exposición por cada pitón rubricaron el final de su faena. Tras la estocada el animal tardó en caer, sonaron dos avisos y todo quedó en ovación.

Urdiales saluda una ovación tras dejar una faena de buen gusto y armonía ante el cuarto

Mejores hechuras tuvo el cuarto, un astado que sin embargo todo lo hizo sin emplearse. El de Matilla venía cruzado, imposibilitando así el toreo ligado. Pero Urdiales no quería irse de Sevilla sin torear a la verónica. Lo hizo en un quite que a aunó cadencia y armonía rematado con una templada media. Ya en la muleta le imprimió elegancia a todo lo que hizo, siempre echándole la muleta por delante e intentando vaciar el muletazo por debajo de la pala del pitón. Pero la condición del toro no permitía esa exigencia, por ello los muletazos tuvieron que ser a media altura. Le faltaron finales a un toro que movió sin clase. Un astado al que le puso ritmo a base de temple. Jugó con las alturas y las distancias en un trasteo de regusto. Pese a no ser una faena rotunda si vimos momentos interesantes en los que embarcó y pulseó las embestidas del astado. Tras cobrar una gran estocada saludó desde el tercio.

Silenciado Cayetano con desrazado quinto

Corto de cuello, manilargo y despegado de tierra fue el quinto de la tarde, un aninal que salió suelto de los capotes y que nunca descolgó. Un toro al que le realizó una faena de más a menos Cayetano. Lo mejor vino en la primera tanda a derechas, le imprimió temple a los muletazos y ralentizó el pase de pecho. Intentó ligar los muletazos a media altura por ambas manos, pero al igual que le pasara en su anterior toro volvió a estar muy a merced del animal al dejar mucho hueco entre su cuerpo y la muleta. Se le vio entregado y muy dispuesto ante un toro que no humilló y el cual acabó aculado en tablas. Ahí acortó distancias en un final de faena con el toro ya muy apagado. Dejó un bajonazo y fue silenciado.

Ovación tras petición para Ureña con el noble pero apagado sexto

También se protestó al castaño que hizo sexto, un toro con la fuerza justita pero con nobleza. Ahí vimos una faena con el denominador común de la firmeza de plantas. Se la dejó siempre puesta para llevar empapado en la pañosa la noblona embestida del de Matilla. Cogió siempre la muleta por el centro del palillo e intentado hacer el toreo que siente, pero el astado embestía de forma desigual; unas veces lo hacía por abajo y otras a media altura. Finalizó su labor con naturales cogiendo la muleta con la derecha ya con el toro saliendo desentendido de la suerte. Tras dejar una estocada arriba se le pidió la oreja, saludando finalmente una ovación desde más allá del tercio

FICHA DEL FESTEJO

Plaza de toros de la Real Maestranza de Caballería de Sevilla. Undécima de abono. Corrida de toros. Tres cuartos de entrada.

Toros de Hermanos García Jiménez y Olga Jiménez. De mansa y descastada embestida el desrazado primero; con buen son el noble pero justo de fuerzas segundo; de complicada y geniuda condición el manso tercero; de movilidad sin clase el pasador a media altura cuarto; sin celo ni humillación el manso quinto; con cierta nobleza el mansito y apagado sexto.

Diego Urdiales, silencio y ovación.

Cayetano, ovación y silencio.

Paco Ureña, ovación tras dos avisos y ovación.